Cuba

¿Por qué lloran los «mantenidos» de Washington?

Por Raúl Antonio Capote */ Colaboración Especial

Resumen Latinoamericano

Cuando se conocieron los detalles de la política que seguiría el presidente Donald Trump, en relación con el dinero dedicado a subvertir el orden en los países considerados enemigos de EE. UU., el pánico cundió entre la contrarrevolución.

Una vez que el recorte de fondos se hizo efectivo, con el cierre de la USAID y de otras agencias y ONG, el pánico se convirtió en histeria. ¿De qué vivirían de ahora en adelante?

Para que se tenga una idea del golpe recibido por los centros de subversión político-ideológica, los proyectos de prensa y demás grupos dirigidos al trabajo contra Cuba, basta con observar algunas cifras.

Antes del congelamiento de los caudales, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) recibió de 2 millones de dólares, dinero que estuvo activo hasta el 30 de septiembre de 2025.

La FUPAD desembolsó más de 637 757 dólares para programas de «Democracia» en Cuba, destinados a los llamados medios independientes y al flujo «libre» de información.

Desde 2020, ADN Cuba ha recibido un total de 3 072 123 de la USAID, de los cuales, según se sabe, solo gastó menos de la mitad. ¿Y el resto dónde está? Se desconoce el destino final de esos recursos.

La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba fue beneficiada con la cantidad de 2 millones de dólares. Hasta la fecha, la organización ha empleado 723 631 desde su sede en el estado de Florida.

Siguiendo esta línea de conducta, en diciembre de 2022 la USAID concedió un presupuesto de 1,5 millones de dólares al Grupo de Apoyo a la Democracia (GAD), del cual se emplearon hasta fecha reciente 869 994 en ayuda económica a la contrarrevolución y en donaciones.

También en ese orden de cosas, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) recibió un fondo de 1,5 millones vigente hasta el 30 de septiembre de 2025, para el programa de “asistencia humanitaria a individuos perseguidos en Cuba” certificado en el marco del «programa de Asistencia Exterior».

Por su parte, Outreach Aid to The Americas (OAA) dispuso de un presupuesto de 1,5 millones para “mejorar la seguridad alimentaria y las condiciones de salud de los presos políticos en Cuba”.

No faltó dinero para Freedom House, ni mucho menos para el renombrado Instituto Republicano Internacional (IRI), ambos con una larga historia en la guerra sucia contra la Mayor de las Antillas. El primero recibió 1 millón y el IRI 1,5 millones de dólares.

Como si fuera poco, el Buró de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL) del Departamento de Estado (DoS) entregó una jugosa financiación a la National Endowment for Democracy (NED).

El contrato otorgó un monto de 6 172 839 dólares para “promover la democracia, el pluralismo, los medios independientes y el activismo político en la Isla”.

Desde septiembre de 2024, el Departamento de Estado (DoS) ha financiado varias partidas de El Toque, a través de las empresas Mas Voces Foundation y Media Plus Experience, que ascienden a 292 369 dólares. Además, el medio contrarrevolucionario recibió una cifra similar de la Agencia de Medios Globales (USAGM) y la USAID.

La anteriormente mencionada agencia (USAGM) adjudicó un contrato al Poynter Institute for Media Studies INC, administrado y gestionado por la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB), por un monto de 27 037 50 dólares para un programa global que incluye a Cuba.

Se trata, en el caso de la Isla, de un programa para capacitar y apoyar a “artistas, activistas, periodistas y escritores independientes”.

Desde el año 2020 hasta la fecha, CUBANET recibió de la USAID unos 2 572 493 millones de dólares, y otro tanto de la NED.

A esto se suma el peculio proveniente de Open Society, fundada por George Soros y con sede en Washington, que mantiene un alto nivel de protagonismo en el sostenimiento de entidades con sobrados antecedentes subversivos contra la Mayor de las Antillas, sin contar, por supuesto, los fondos secretos de la CIA y otras agencias.

Renunciar a ese peculio no resulta fácil. Como se puede apreciar, es mucho el dinero de los contribuyentes estadounidenses que se malgasta en una guerra sin sentido ni logros palpables, aunque, bueno, sí tiene un propósito: mantener a los tarifados que sirven a un gobierno extranjero contra su propio país.

¿Cuánto le costaría a un ciudadano estadounidense cometer semejante delito? ¿Cuántos años de cárcel recibiría por actuar contra su patria a cambio de dinero?

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

Foto: Getty Images

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