Internacionales

Una huella indeleble en la memoria reciente

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

En tiempos, cuando se erosiona la memoria reciente, se reniega y coloca en bandos a la historia nacional y el patriotismo es cuestionado y relegado a sinónimo de bienestar material y carencias temporales, es un acto de justicia evocar la épica de dos jóvenes cubanos de 22 y 26 años, que hace 49 años nos entregaron un legado de valentía. Eligieron morir antes de traicionar la gloria que se ha vivido.

Enfrentaron torturas inimaginables, suplicios diversos hasta ser asfixiados, colocados en bidones y arrojados a un basurero donde esperaron por décadas ser rescatados, pero de sus labios no salió una palabra al servicio del enemigo. Desafiaron el martirió con valores, convicciones y patriotismo mambí.
Compartir el ejemplo de Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández, conocerlo, transmitirlo y preservarlo es obligación de la presente y futuras generaciones, somos nuestra historia, que se convierte en identidad cuando se conoce y defiende.

Fueron secuestrados en Buenos Aires, Argentina, el 9 de agosto de 1976, en el escenario de la Operación Cóndor, habían llegado a la Argentina con el sueño de dos jóvenes que cumplirían una misión diplomática para su país. Nadie podría imaginar que iban a vivir junto a miles de argentinos la “noche y niebla” de las desapariciones forzadas, que iban a compartir aquella tragedia dantesca, tan difícil de contar y tan necesaria conocer por el mundo para que nunca más se repita.

Después del secuestro, los llevaron al Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “Automotores Orletti”, uno de los 500 instalados en la capital argentina, donde fueron torturados hasta la muerte, sin que revelaran ninguna información a sus captores. Sus cuerpos, como destino final a sus vidas, introducidos en tanques metálicos a los que se les añadió cemento, y después arrojados en un basural en las afueras de la ciudad de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires, donde luego de más de treinta y seis años, incluyendo una década de intensa investigación cubana para encontrar sus restos y repatriarlos, fueron hallados en los años 2012 y 2013.

Tras un largo proceso de identificaciones científicas y tramitadas sus repatriaciones ante las autoridades argentinas, sus restos llegaron a Cuba, recibieron los honores merecidos y depositados en el Panteón de los Caídos en Defensa de la Patria en el cementerio de Yaguajay, provincia de Sancti Spíritus y en uno de la ciudad de Pinar del Río, sus respectivos lugares de nacimiento.

Gloria eterna a las más de 30 000 víctimas del fascismo en Argentina, hallados pocos, desaparecidos la mayoría, pero todos presentes en la memoria de los pueblos donde no hay espacio para el olvido y más allá del dolor, el compromiso de siempre los encontraremos.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

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