Mensajes de Ana Belén y la familia Montes por el apoyo recibido y agradecimiento al pueblo de Puerto Rico
Apreciados compañeros y compañeras:
Estamos emocionados y felices porque finalmente Ana Belén regresó a casa.
¿Cómo agradecer a cada uno de ustedes los gestos de solidaridad hacia mi prima? Imaginen a un pájaro capaz de atravesar todas las fronteras con la palabra GRACIAS en su pico. Luego, con toda la ternura de los pueblos, entregársela en sus manos.
Atesoro sus palabras de aliento, sus poemas, discursos, mosaicos, pinturas, canciones, caminatas, maratones, reconocimientos públicos, flores, misas, oraciones, obras comunitarias en su nombre, pequeños y grandes obsequios, y tantas maneras creativas de demostrarle que piensan en ella, que la admiran y que la quieren. Pienso que, desde el silencio de su encierro, cada expresión de ustedes significó para Ana un ansiado abrazo en la distancia y la promesa de un futuro benévolo.
Ahora imaginen su encierro inhumano pintado de blanco y gris. Solo blanco y gris, solo concreto y plástico. Dos décadas sin el contacto con la naturaleza, sin voces queridas, sin belleza. La lista de privaciones es inconcebible, atroz y aniquilante.
Ana Belén recién inicia un necesario período de recuperación. Cerca de la naturaleza. Un día a la vez. De a poco, a su ritmo, con sus silencios y esperas. Ansía sanarse. Adaptarse a una realidad diferente, casi a otro mundo. Conectar con la humanidad. Tocar las hojas, oler la lluvia, sentir el agua fresca del mar y el pelaje suave de un perro, abrazar los árboles… Y a nosotros nos toca permitirle toda la tranquilidad y sosiego que necesita. Se lo ha ganado.
Vendrán tiempos más normales, y entiendo que Ana querrá agradecerles con sus propias palabras. Mientras tanto, envíenle amor y gratitud; de seguro la hará sonreír.
A nombre de todos los que amamos a Ana Belén, mil gracias.
Miriam Montes-Mock
Mensaje de Ana Belén Montes
Estoy más que contenta de tocar suelo borincano de nuevo. Tras dos décadas bastante agotadoras y ante la necesidad de volver a ganarme la vida, quisiera dedicarme a una existencia tranquila y privada. Por lo tanto, no participaré en ningunas actividades mediáticas. Animo a los que desean enfocarse en mí a que, en cambio, se enfoquen en temas importantes, como los serios problemas que enfrenta el pueblo puertorriqueño o el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba. ¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si ellos quieren que los Estados Unidos les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir? También merece atención la apremiante necesidad de cooperación global que detenga y dé marcha atrás a nuestra destrucción de nuestro medio ambiente. Yo, como persona, soy irrelevante. No tengo importancia, mientras que existen problemas graves en nuestro terruño mundial que reclaman atención y una demostración de amor fraternal.
Atentamente,
Ana Belén Montes.
Tomado de Periódico Claridad.