Desafíos
Por Gabriela Orihuela
Sobre embarazo adolescente hemos conversado en nuestra revista Mujeres, donde recientemente publicamos el texto “Apuntes sobre embarazo adolescente en Cuba”. Del mismo modo, en la revista Muchacha llevamos a cabo la campaña #QueNoSeRompanTusSueños, promovida por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Sin embargo, hablar de embarazo en la adolescencia nos remite a otro factor de gran importancia y preocupación: el aborto.
Cuba fue el primer país de América Latina y el Caribe en despenalizar el aborto y, desde el año 1965, se creó la base legal para realizarlo en el marco del sistema nacional de salud.
Cabe destacar que, en su entramado legal, Cuba es una de las pocas naciones que «establecen en su legislación los casos en que no debe realizarse el aborto, mientras en la mayoría se establecen las excepciones según las cuales se practica legalmente», expresó María Elena Benítez Pérez, del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), en su artículo titulado “La trayectoria del aborto seguro en Cuba: evitar mejor que abortar”.
Igualmente, el Código Penal, como parte del título dedicado a los delitos contra la vida y la integridad corporal, en su artículo 267.1 establece que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) puede constituir delito y debe ser sancionable si: se efectúa por lucro; se lleva a cabo sin el consentimiento de la mujer gestante, o se ejecuta fuera de las instituciones de salud o lo realiza alguien desvinculado de la medicina.
La Resolución Ministerial №24 del 2013 del MINSAP legaliza el procedimiento; en ella se regula su puesta en práctica de acuerdo con el tiempo de gestación (se realiza sin restricciones hasta las 12 semanas de edad gestacional, con la excepción de extender el tiempo hasta la semana 26 ante malformaciones fetales y a las 35 semanas, de forma excepcional, por razones terapéuticas de causa genética).
Por tanto, queda claro que el aborto es un derecho legal y seguro en Cuba, garantizado a través del acceso gratuito y seguro a centros donde se realiza.
Resaltamos que, cuando se trata de casos adolescentes ―en estas cuestiones se toma por menor de edad a las personas menores a 19 años— se requiere, además de los exámenes médicos correspondientes, el permiso de la madre, padre, tutor o tutora legal.
Matilde Molina Cintra, profesora titular y subdirectora Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, impartió el taller “Embarazo adolescente en Cuba” como parte de los cursos previos del Congreso Internacional de Infancias y Adolescencias “Creciendo al Futuro” y en él mostró algunos de los datos más recientes con respecto a esta problemática nacional.
De acuerdo con Molina, la interrupción voluntaria del embarazo en adolescentes constituye la cuarta parte de los abortos generales, lo que demuestra que las mujeres en ese grupo etario están regulando su fecundidad mediante las interrupciones a sus embarazos.
«Aunque conceptualmente el aborto no es un método anticonceptivo, la realidad indica que su práctica se ha instalado entre las mujeres cubanas como un método que alterna con los demás métodos anticonceptivos e, incluso, en mujeres muy jóvenes, antecede a la utilización de estos en no pocos casos. Ello explica por qué las tasas de aborto constituyen motivo de preocupación entre las autoridades sanitarias del país y su uso excesivo es centro de reflexión y análisis profundo de numerosos especialistas», subrayó María Elena Benítez Pérez.
La falta de anticonceptivos, la intermitencia en su disponibilidad, la inexistente educación integral de la sexualidad, el poco conocimiento y la escasa responsabilidad en temas sexuales y reproductivos inciden de manera directa en la fecundidad y la interrupción voluntaria del embarazo en edades adolescentes. Las cifras, lejos de controlarse y disminuir, siguen siendo indicadores alarmantes.
Debemos educar, desde una edad temprana, en salud sexual y reproductiva; dotar a niños, niñas y adolescentes de herramientas claras para su autocuidado y protección. Conocer cuándo y cómo se puede quedar embarazada, qué riesgos supone llevar a término tanto el embarazo como la interrupción voluntaria del embarazo en la adolescencia son cuestiones claves que podemos informar.
Tomado de Revista Mujeres/ Foto de portada: UNFPA