Debemos aunar esfuerzos para eliminar la enorme brecha de desigualdad que nos separa
Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el Encuentro de líderes de la Unión Europea–Caribe, previo a la III Cumbre CELAC-UE en Bruselas, Bélgica, el 17 de Julio de 2023, “Año 65 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)
Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno;
Distinguidos participantes:
Las delegaciones que nos hemos dado cita en este Encuentro de líderes del Caribe y la Unión Europea procedemos de países con recursos y capacidades muy dispares.
La historia de los países caribeños aquí representados está marcada por siglos de coloniaje, esclavitud y saqueo y por el injusto orden económico internacional actual. Reconocer esa realidad facilitará el entendimiento sobre quiénes somos y cuáles son nuestras aspiraciones.
Este encuentro es una oportunidad para avanzar en el diálogo político de alto nivel, que se debe traducir en acciones concretas en beneficio de nuestros pueblos.
Más allá de los discursos, las realidades de las relaciones entre el Caribe y la Unión Europea están aún muy lejos de aprovechar todas las potencialidades comunes existentes.
El contexto internacional actual, marcado por los efectos de una crisis global multidimensional acrecentada por los efectos de la pandemia, reclama de los gobiernos más entendimiento y unidad.
Es perentoria una mirada más cooperativa y solidaria hacia el Sur, especialmente hacia el Caribe.
Podemos ampliar y diversificar los proyectos conjuntos en áreas de alta prioridad, como la seguridad alimentaria, el financiamiento al desarrollo, la transferencia de tecnologías, las energías renovables, la transformación digital y la investigación científica, entre otros.
Los efectos del cambio climático nos afectan a todos, pero no de la misma manera. El Caribe es, sin dudas, una de las regiones más bellas del mundo; pero también es una de las más vulnerables a la amenaza global del cambio climático.
Para las naciones caribeñas el enfrentamiento al cambio climático es una cuestión de supervivencia.
La intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y sus efectos ya es ostensible: sequías, huracanes, incremento de las temperaturas, deterioro de los suelos y lechos marinos, arribazón masiva de sargazos, entre otros.
Contamos en el Caribe con personal calificado y avanzados protocolos dirigidos a enfrentar la severidad del cambio climático y preservar el sistema ecológico caribeño; pero se necesita mayor apoyo internacional, incluyendo el de la Unión Europea.
Distinguidos participantes:
La ampliación de los vínculos entre la Unión Europea y el Caribe requiere, necesariamente, debida atención a los legítimos reclamos de reparación y compensación de los Estados de la CARICOM por los terribles daños ocasionados por la esclavitud y la trata transatlántica, uno de los más tristes y vergonzosos capítulos de la historia.
Los actuales criterios de “graduación” para recibir Ayuda Oficial al Desarrollo son injustos: invisibilizan los graves efectos multidimensionales de la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad, asociados a nuestra condición de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
Es imperativo revisar esas calificaciones y modificarlas, de modo que reflejen adecuadamente la realidad y necesidades específicas de las naciones caribeñas.
Nos oponemos a la calificación arbitraria y discriminatoria de Estados de la CARICOM como jurisdicciones fiscales no cooperativas, lo que tiene consecuencias muy perjudiciales para sus economías.
Las relaciones de la Unión Europea y el Caribe deben contribuir a fomentar el desarrollo, la estabilidad y la paz de Haití, sobre la base del respeto a la soberanía y a la autodeterminación de ese hermano pueblo.
Los vínculos de Cuba con las demás naciones caribeñas están basados en la amistad y la solidaridad. Durante más de 50 años de relaciones hemos comprobado los beneficios de la cooperación en áreas estratégicas de interés común.
Agradecemos profundamente a las hermanas naciones del Caribe por su permanente solidaridad y apoyo a Cuba en todas las tribunas internacionales, por acompañarnos en nuestro legítimo reclamo de poner fin al ilegal e injusto bloqueo impuesto a nuestro pueblo y por su firme condena a la inclusión de Cuba en la fraudulenta y unilateral lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Apreciamos también las muestras de apoyo que en ese sentido recibimos desde los países europeos.
Permítanme concluir haciendo un llamado a aunar esfuerzos para eliminar la enorme brecha de desigualdad que nos separa. Es una tarea difícil, pero no imposible.
¡El Caribe y la Unión Europea pueden y deben cooperar mejor! ¡Para avanzar hacia ese objetivo, cuenten con Cuba!
Muchas gracias (Aplausos).