Patriarcado y capitalismo: El bloqueo compromete mis derechos (II)
Por Claudia Rafaela Ortiz Alba
Durante la crisis sanitaria generada por la COVID-19, el gobierno estadounidense, bajo el liderazgo ponzoñoso de Donald Trump, no dudó en mantener, e incluso recrudecer, las sanciones a Cuba, dificultando y a veces imposibilitando el acceso a algunos medicamentos para tratamientos específicos, a insumos destinados a la producción de pruebas para el diagnóstico del SARS-Cov-2, y para candidatos vacunales desarrollados en Cuba.
Durante la crisis sanitaria generada por la COVID-19, el gobierno estadounidense, bajo el liderazgo ponzoñoso de Donald Trump, no dudó en mantener, e incluso recrudecer, las sanciones a Cuba, dificultando y a veces imposibilitando el acceso a algunos medicamentos para tratamientos específicos, a insumos destinados a la producción de pruebas para el diagnóstico del SARS-Cov-2, y para candidatos vacunales desarrollados en Cuba.
El testimonio de la Doctora Dagmar García en el informe de OXFAM, Directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas, asegura que conseguir los reactivos y materiales para producir las vacunas contra la COVID-19 es un desafío diario para las instituciones científicas cubanas.
Y Humberto, un drag-queen villclareño que vive hace 32 años con VIH, lleva 24 meses sin poder hacerse el exámen de sangre para el conteo de células ‘T’ por falta de reactivos (cuando está indicado debería hacérselo cada 6), resultado de un bloqueo que, sin temor a ser injusta, también es homicida.
Como si esto fuera poco, el gobierno norteamericano ha centrado especial atención en denigrar al Contingente Médico de Emergencia Henry Reeve, un equipo que responde a desastres y epidemias mundiales, en donde, de las 56 brigadas humanitarias que han prestado servicio a varios países para el enfrentamiento a la pandemia, un 55,4 % son mujeres.
Tomado de Revista Muchachas/ Foto de portada: Yander Zamora/ EFE