Silvio Rodríguez, un canto para la revolución
Silvio Rodríguez nace un 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de Los Baños, población ubicada al sur de la cubana Provincia Artemisa. Criado en una familia campesina pobre; su padre, Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega, fue campesino y poeta aficionado, y su madre, Argelia Domínguez León, se dedicaba a las labores domésticas. Todo parece indicar que su vocación musical se debe a la inclinación que su progenitora tuvo por el canto, al cual era muy aficionada.
Cuando tenía cinco años de edad, su familia se trasladó a La Habana y a los siete años, recibió clases de piano con Margarita Pérez Picó, directora del Conservatorio La Milagrosa. Silvio alcanzó la máxima calificación en los exámenes de interpretación teoría y solfeo. Poco después sus padres se divorciaron y su madre regresó con él y su hermana a su pueblo natal. Por la inestabilidad de su residencia entre San Antonio de los Baños y La Habana se vio obligado a abandonar sus estudios de piano.
Al producirse el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 pasó a residir definitivamente en La Habana. Silvio, que en ese momento era estudiante de secundaria básica se afilió a la Juventud Socialista y poco después a la Asociación de Jóvenes Rebeldes. También fue el fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Como miembro de las Brigadas Conrado Benítez, el futuro cantante cubano, participó en la Campaña de Alfabetización en la zonas de Rancho Luna y Ciénaga de Zapata en la provincia de Las Villas. Al año siguiente, empieza a trabajar como dibujante de historietas y caricaturas en el semanario Mella orientado por el dibujante Virgilio Martínez. En Mella se le encomendó la sección “El hueco”, una historia muy profunda, en la que hizo primero sólo los dibujos y después los dibujos y el guion. Durante su trabajo en la revista, conoció a Lázaro Fundora, quién le exhortó a iniciar el aprendizaje de la guitarra. En 1962 durante algunos meses cursó piano complementario mientras de manera simultánea realizaba estudios de pintura en la Escuela de San Alejandro.
En marzo de 1964 dio inicio a su Servicio Militar Obligatorio. Durante su tiempo como soldado sirvió en una unidad de infantería, en una de servicios y finalmente en una de comunicaciones. Al conocerse su trayectoria periodística fue enviado a trabajar en la Sección Política del Ejército de Occidente en calidad de dibujante de la revista Venceremos. Paralelamente Silvio continuó mejorando la técnica en la guitarra y componiendo algunas canciones.
Apoyado por sus compañeros de armas participó en el I Festival de Aficionados de las FAR, donde interpretó dos canciones de su inspiración. Cuando ya casi terminaba el servicio militar, obtuvo una Primera Mención de Poesía en el Concurso Nacional de las FAR con Horadado Cuaderno N° 1.
Silvio comenzó a frecuentar la casa del destacado músico Mario Romeu, quien le orquestó dos canciones para que hiciera su debut ante las cámaras de la televisión. El 13 de junio de 1967, un día después de terminar el servicio militar se presentó en el programa de televisión “Música y Estrellas” dirigido por Manolo Rifat, donde interpretó dos de sus canciones de amor: ‘Sueño del colgado y el árbol’ y ´Quédate’. En esa época comenzó a dar sus primeros recitales en solitario con temas de César Portillo de la Luz.
Al cumplirse el primer aniversario de El Caimán Barbudo en 1967 se realizó un concierto homenaje en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde en compañía de Teresita Fernández y jóvenes intelectuales Silvio volvió a ofrecer al público algunas de sus canciones de temática amorosa. Poco a poco aumentó su popularidad y se le confirió un espacio televisivo semanal, “Mientras tanto”. El programa se vio envuelto dentro de las polémicas culturales de la época y fue finalmente cancelado.
En febrero de 1968 se integró como fundador al Centro de la Canción Protesta de la Casa de las Américas junto a Pablo Milanés y Noel Nicola. Durante esa etapa ofreció numerosos recitales por centros de trabajo, escuelas, unidades militares, así como en la propia sede de la Casa, desde donde mensualmente era televisado el programa “Canción protesta”. En ese momento la canción “La era está pariendo un corazón” alcanzó una gran difusión en la voz de Omara Portuondo, lo que hizo a Silvio mucho más conocido.
En 1969, el cantante realizó un viaje en el barco pesquero Playa Girón, de la Flota Cubana de Pesca, compartiendo cinco meses con los pescadores. Durante esa travesía Silvio compuso algunas de sus canciones antológicas como: ‘Te doy una canción’, ‘Ojalá’, ‘Resumen de noticias’, ‘Debo partirme en dos’, ‘Jerusalén año 0’, ‘Playa Girón’, ‘Historia de la silla’ entre otras.
Al regreso del viaje se incorporó a un curso intensivo de estudio de la música en el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, en compañía de Pablo Milanés, Noel Nicola, Eduardo Ramos, Sergio Vitier, Leonardo Acosta y, posteriormente, Emiliano Salvador, Leoginaldo Pimental y Sara González, bajo la orientación de Juan Elósegui, Federico Smith y Leo Brouwer como director del grupo.
Dentro del Grupo de Experimentación Sonora, Silvio compuso “La nueva escuela”, “Si tengo un hermano”, “El hombre de Maisinicú”, “Al sur del Maniadero”, “Columna Juvenil del Centenario”, “Los Testimonios” y “Elpidio Valdés”; y compartió con Pablo Milanés y Noel Nicola la concepción de Cuba va destinada a un documental del inglés Félix Green.
En 1970 y por voto popular, Silvio Rodríguez fue seleccionado junto a Pablo Milanés y otros cantantes cubanos para participar en el Festival Internacional de la Canción Popular de Varadero.
Además de las grabaciones con destino a las bandas sonoras el Grupo de Experimentación Sonora comenzó a brindar conciertos a los que afluían gran cantidad de jóvenes. El primer concierto fue en diciembre de 1971, durante los actos por el XV Aniversario del desembarco del yate Granma y en el que Silvio interpretó “Fusil contra fusil”, “El rey de las flores” y “El tren blindado”. A partir de 1973 los conciertos se produjeron de forma sistemática en la propia sala de la Cinemateca del ICAIC. A juicio de Silvio el Grupo de Experimentación Sonora significó:
“(…) Conciencia de de lo que me traía entre manos. Ciencia también, es decir, aporte científico, lo cognoscitivo y también desde el punto de vista humano y político, una gran experiencia colectiva: la primera vez que compartí mi trabajo y fui copartícipe de otros trabajos de otros músicos, que estaban dentro de los mejores músicos de mi generación”
En 1972, junto a Eduardo Ramos y Augusto Blanca viajó a Berlín para representar a Cuba en el III Festival Internacional de la Canción Política patrocinado por la Juventud Libre Alemana. También se presentaron en algunos programas de radio y televisión y en la embajada cubana. Al finalizar el Festival viajó a Moscú donde también se presentó en programas de radio y televisión y actuó para los estudiantes cubanos.
En septiembre de ese mismo año 1972 viajó a Chile, acompañado de Noel Nicola y Pablo Milanés para participar en el IV Festival de la Canción Comprometida, que se celebró en Valparaíso y que reunió a un nutrido grupo de representantes de la Nueva Canción Latinoamericana. En noviembre se creó en Manzanillo el Movimiento de la Nueva Trova del cual Silvio sería una de las voces más representativas y miembro fundador.
Dentro de las numerosas giras realizadas por cantautor cubano como representante del Movimiento de la Nueva Trova y cultor de la canción política, destacan las realizadas a Angola en 1976 y 1977 durante las cuales recorrió el país en calidad de artista internacionalista. De las experiencias acumuladas en su recorrido por el país africano surgieron canciones como “Pioneros”, “Aceitunas”, “La gaviota”, “Identidad” y “Canción para mi soldado”.
En los años ’80 Silvio trabajó con destacados músicos cubanos como Frank Fernández, Guido López-Gavilán y José María Vitier. También experimentó nuevas sonoridades junto a los Van Van, Afrocuba y la Camerata Brindis de Salas y sus canciones nuevas y viejas fueron arregladas en una estética musical completamente nueva. A comienzos de 1990, en vísperas de su viaje a Chile, trabajó junto a Irakere y Chucho Valdés para arreglar varias de sus piezas antológicas. El concierto único lo ofreció el 31 de marzo en el Estadio Nacional de Santiago de Chile ante casi 80.000 personas.
Alentó y contribuyó a la construcción de los Estudios Abdala y Estudios Ojalá, en La Habana, y el Estudio Eusebio Delfín, en Cienfuegos.
En 2008, al frente de un grupo de artistas y escritores cubanos recorrió 16 prisiones, actuando ante más de 40.000 reclusos. En 2010, luego de 30 años de exclusión, pudo volver a los Estados Unidos y realizó un memorable recorrido. Poco después hizo un concierto en las calles de Medellín (Colombia), otro en Ciudad Juárez, y recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana, con sede en Xalapa, México.
En febrero de 2011 se anunció que haría su debut como actor en la ópera prima del director Rudy Mora, “Y sin embargo”, interpretando a un conserje. Durante los meses de febrero y marzo de ese mismo año realizó un grupo de conciertos en barrios populares semimarginales de la capital cubana como Pogolotti, Atarés y La Corea. En este proyecto lo acompañaron como artistas invitados indistintamente, el trío Trovarroco, Niurka González, Oliver Valdés, Víctor Casaus, Frank Fernández.
En mayo reanudó esta gira realizando conciertos en Lutgardita (Quemado de Güines) y El Romerillo (Playa) acompañado de Polito Ibáñez, Vicente Feliú, Los Papines y Frank Fernández entre otros invitados. En ese mismo mes la UPEC decidió premiar a Silvio Rodríguez con la Distinción Félix Elmuza por la contribución realizada al periodismo desde su blog Segunda Cita. Contemporáneamente a la entrega del premio, fue lanzado oficialmente su sitio web El Zurrón del Aprendiz, donde declara en su misma portada que:
“Siempre se me han acercado personas interesadas en textos, datos, información de distinta índole. Este zurrón pretende ser una fuente segura de la que se pueda beber de primera mano”.
Premios y reconocimientos
Durante la década de 1980 Silvio se convirtió en uno de los músicos cubanos más demandados fuera de Cuba y recibió numerosos premios discográficos en Cuba y en el extranjero. En 1985 la prensa italiana le concedió en San Remo el Premio Luigi Tenco. Así mismo el Consejo de Estado de la República de Cuba y otras instituciones le otorgaron la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier, la Orden Félix Varela de Primer Grado, la Orden Julio Antonio Mella y la Medalla Raúl Gómez García.
Los Comités de Defensa de la Revolución, la mayor organización de masas cubana, le otorgaron el Premio del Barrio por sus conciertos en los barrios más humildes de La Habana. La organización reconoció a Silvio Rodríguez como transmisor de valores históricos en la comunidad.
En 1993 fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de la que se retiró en 2008. En 1997 fue nombrado Artista UNESCO por la Paz. En 2004 recibió el Premio Nacional de Música; en 2006 el Premio Latino por toda una vida, de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España; ése mismo año, también recibió el Premio Latino por toda la vida.
En 2007 la Universidad Mayor de San Marcos de Lima (Perú), le confirió el título de Doctor Honoris Causa y en el 2009 este mismo título por la Universidad Veracruzana. En el 2011 recibió el Premio del Barrio, la Distinción Félix Elmuza y la Distinción Deodoro Roca (Argentina). También, en ese mismo año recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba (Argentina).
El 21 de mayo de 2014 recibe el premio Barnasants 2014, entregado por Pere Camps, creador de este festival de canción de autor (de los más importantes de Europa) en 1996 y su director desde entonces. El premio consiste en una serigrafía con el lema del Barnasants, en catalán, cuya traducción es: La patria es el pueblo.
El 11 de marzo de 2015 le fue entregado en la sede la Sociedad Cultural José Martí el reconocimiento “La Utilidad de la Virtud”, por su labor en defensa de los valores de la nación cubana y la divulgación del pensamiento del Apóstol.
El 17 de noviembre de 2016, en la Plaza del Cristo, en uno de sus concierto Gira por los Barrios, recibió también el premio Gitana Tropical que la Dirección Provincial de Cultura de La Habana otorga a personalidades destacadas. El 14 de junio de 2017 recibió el título Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Artes (La Habana).
Tomado de Acercándonos Cultura