Culturales

Peter Pan a propósito del cine móvil en Cuba

Por Maribel Acosta Damas.

La Habana, noviembre de 2024, 15 Bienal de La Habana.- En 1961, mientras la Operación Peter Pan desangraba a la nación cubana en su infancia y sus familias, mientras el país acababa de librar la invasión de Bahía de Cochinos, la naciente Revolución- como contracorriente de su destino- se proponía lo que hoy pueden llamarse grandes epopeyas fundacionales: la Campaña de Alfabetización y la Cruzada Cultural.

Ya en 1959 se había fundado el Instituto Cubano de Arte e industria Cinematográficos (ICAIC). Un año después se constituye la Cinemateca de Cuba dirigida por Héctor García Mesa y a propuesta de él, a finales de 1961 se crea el primer camión de Cine Móvil, que empezó a funcionar en la antigua provincia de La Habana.

Para sorpresa de todos, resultó un verdadero éxito y creció la demanda para otras regiones del país. Entonces, en marzo de 1962, se constituye el Departamento de Divulgación Cinematográfica del ICAIC y cuarenta jóvenes de las antiguas seis provincias cubanas son entrenados en aprender a conducir el camión, operar los equipos de proyección y sus aditamentos; además de prepararse para llevar el cine a las escuelas, comunidades, campamentos y lugares aislados.

Así el cine móvil se convirtió en una extraordinaria experiencia socio-comunicacional que funcionó durante más de 20 años. Lamentablemente para 1988 se reciben las últimas copias de películas en ese formato, y para 1991, ya en el llamado Período Especial, desaparece el cine móvil por restricciones de combustible para los transportes encargados de su gestión.

La provincia cubana de Camagüey atesora el último camión de cine móvil de la isla. Su proyeccionista y chofer, Alberto Cedeño, comenzó en esa labor cuando tenía 22 años y para siempre. En ese camión están conservados, por el propio Cedeño, los sueños de un tiempo y una utopía. Y cuando Sonia Cunliffe lo descubre, comienza un intercambio de afectos, asombros y certezas, que dieron forma definitiva a esta obra.

De ahí que el proyecto de la artista peruana Sonia Cunliffe Operación Peter Peter: de ausencia en ausencia, pensado desde el horizonte del cine móvil cubano, expresa la voluntad de componer redes afectivas entre los creadores y los públicos-audiencias, para construir proyectos
colaborativos “más allá de los límites de sus respectivas disciplinas”, y desarrollar “acciones que permitan mediar entre todos los estratos y facetas de la sociedad y la cultura.” Se plantea un Peter Pan itinerante (también a modo de remake simbólico del suceso y de la leyenda del animado) para repensar el relato histórico desde la vivencia presente y la memoria creativa.

La artista, video y “proyector” en el viejo camión de cine móvil camagüeyano que viaja a La Habana -cual cine móvil- lleva su pantalla por distintos escenarios de la ciudad, genera reciprocidades y ofrece el material audiovisual para que sea copiado, intervenido y socializado en las pantallas múltiples de las audiencias conque tenga contacto.

La obra es una afrenta a lo imposible. En ello Sonia Cunliffe es Maestra con mayúsculas porque aquel viejo chofer del pueblito camagüeyano de Lugareño, que sigue vivo y cuidó su camión la vida entera, fue encontrado por la artista y le permitió la inmersión en un “pequeño acontecimiento” de los 60 en Cuba. Y Cunliffe, como hace con cada tramo de memoria que asalta, lo convierte en viaje por las venas de la isla.

Apela, Impulsa… Redescubre a las audiencias cubanas desde su legado de cine móvil y movilización social, y cuenta con forjar- de conjunto- lógicas de ecología tecnológica inversa en el tiempo multipantallas: o sea, sostenibilidad socio cultural y emocional para el siglo XXI.

OPERACIÓN PETER PAN
De ausencia en ausencia

Cine móvil presenta OPERACION PETER PAN DE AUSENCIA EN AUSENCIA, de la artista peruana Sonia Cunliffe forma parte del día inaugural de la Bienal de La Habana, el viernes 15 de noviembre a las 10 am en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.

La obra- video arte recoge, a modo de intervención emocional y tensa, el resultado de una ardua investigación del suceso histórico en que 14 mil niñas y niños cubanos fueron enviados por sus padres a Estados Unidos en la década del 60 ante la propaganda de que iban a perder la patria potestad con la Revolución. La vida demostró que muchos de ellos nunca a volvieron a reencontrarse con su familia, y para los que lo lograron, la experiencia constituyó una profunda herida que jamás sanó.

A su vez, este video arte de ocho minutos de duración, será proyectado en el último camión de cine móvil, que conservado en Camaguey y en trabajo colaborativo con el ICAIC y la dirección de cine de esa provincia, ya está en La Habana para formar parte del evento de las artes visuales de la isla. El camión, preparado para proyectar dentro de él, funcionará a manera de sala de cine móvil que recorrerá distintos puntos de la ciudad para que los públicos puedan subirse a él, mirar, escuchar y reflexionar sobre los acontecimientos, como memoria resignificada para estos tiempos y el futuro.

Antes de llegar a La Habana, la artista peruana viajó al poblado camagüeyano de Lugareño, donde vive el proyeccionista y chofer de este camión. Allí se le rindió homenaje a Alberto Sedeño, rodeado de sus vecinos y, allí mismo se proyectó el documental Por primera vez de Octavio Cortázar, ese otro grande del cine cubano que registró en los años 60, la llegada del cine a las comunidades antes olvidadas, por primera vez.

Sonia Cunliffe es una reconocida artista del arte de archivo y la apuesta por la vigencia de la memoria y del humanismo. Sus obras Documentos extraviados. Niños de Chernobil en Cuba y La encrucijada del Hombre nuevo, una utopía vista en el tiempo; ambas sobre sucesos e imaginarios de la memoria de la Revolución Cubana, han tenido gran repercusión dentro y fuera de la isla. Sonia Cunliffe ya se encuentra en La Habana.

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