Cuba

Recordando a Delarra en sus 83 abriles

Por Flor de Paz / Colaboración especial para Resumen Latinoamericano  

Este 26 de abril cumpliría 83 años José Delarra (1938-2003), el escultor que erigió la figura del Che emplazada en Santa Clara, y uno de los más prolíficos artistas contemporáneos de esa manifestación en Cuba.

José Ramón de Lázaro Bencomo (Delarra), quien vio la luz en el mítico pueblo San Antonio de los Baños, a 35 kilómetros al suroeste de La Habana, hizo su primera escultura a los once años, cuando esculpió una cabeza de Martí en el patio de su casa de la barriada capitalina del Cerro. Desde entonces dio prueba de un talento y una fuerza que lo acompañaron toda su vida.

Cultivó la escultura, la pintura, el dibujo, la ilustración y diseño gráfico e industrial, la cerámica, el grabado y la caricatura escultórica. Desde 1953 hasta el 2003 realizó más de 2 000 obras dentro y fuera de Cuba.

El triunfo de la Revolución cubana lo sorprende en España. Unos meses después regresa a la Isla y se incorpora a una de las acciones primeras de la sociedad naciente: llevar el arte al pueblo. Así modela en la calle numerosas cabezas ante la vista de observadores, mientras su amigo, el más tarde periodista Guillermo Cabrera Álvarez, hablaba a los presentes del arte del escultor.

En esa etapa, entre 1961 y 1972, Delarra hizo unos 30 bustos en distintos lugares del país, especialmente en La Habana. En 1976 erige su primer gran monumento, dedicado al generalísimo Máximo Gómez (4 metros de alto por 3 de ancho), en la Escuela Vocacional de Ciencias Exactas de Camagüey.

Entre 1974 y el 2001, levantó cerca de 50 grandes esculturas en todo el país, muchas de ellas dedicadas a personajes históricos, a batallas heroicas y a hechos como la masacre atómica de Nagasaki. Desde 1950 hasta 2003 emplazó en lugares públicos unas 150 obras.

La primera gran escultura que hizo fuera de Cuba es el monumento a Martí, en Cancún, México (1978). Tres años después, en la misma ciudad, el presidente López Portillo inauguró la obra monumental de Delarra sobre la historia de ese país.

En Angola (1991) el escultor erigió un conjunto monumentario al combatiente internacionalista cubano y a la amistad cubano-angolana, y en República Dominicana, en la Universidad de Puerto Plata, instaló un Busto a José Martí. En Uruguay hay una escultura en bronce de su autoría dedicada a Augusto César Sandino.

Delarra modela a Osvaldo Guayasamín. Foto del archivo del artista, cortesía de Flor de Paz

Las comunidades autónomas de Asturias y Galicia, España (1994-1995), también cuentan en parques o plazas con obras de José Delarra, específicamente con varios monumentos de Martí por el centenario de su caída en combate. En Láncara, provincia de Lugo, en la casa donde nació el padre de Fidel Castro, hay una tarja en piedra tallada por el escultor.

Así, en alrededor de 40 países, hay obras del artista en pequeño, mediano y gran formato; entre ellas, decenas de relieves, murales, cabezas, placas y tarjas.

Grandes monumentos en Cuba

Una nueva etapa de su vida artística comenzó para Delarra en 1978, con la inauguración en Sagua de Tánamo, Holguín, del Monumento a los héroes caídos en la toma de esa localidad (hormigón, 10 metros de alto, 3 piezas). A este le siguió, en 1979, la Plaza de la Revolución de dicha provincia, dedicada a la historia de Cuba desde la llegada de los españoles hasta el Asalto al Cuartel Moncada. La obra está compuesta por un relieve de hormigón de 61 metros de largo por 11 metros de alto y 274 metros cuadrados de superficie esculpida.

La inauguración del monumento de la Plaza de la Patria (25 por 17 por 5 metros), en Bayamo, en 1982, coronó esos años de realización del escultor. Este es el momento en que le es encomendado realizar un proyecto de monumento al Che en Santa Clara. Tan solo unos días después, en su estudio de La Habana Vieja, Delarra comienza a trabajar en el proyecto y maqueta de lo que sería su obra capital, a la que dedicó seis años de labor ininterrumpida.

“Esta obra es como el resumen de muchas cosas. Fue una oportunidad excepcional porque es un monumento al Che, es un monumento a una personalidad que tiene un alcance más allá de las fronteras de Santa Clara, de Cuba y de América incluso, es la obra cumbre de toda mi vida de escultor”, dijo entonces Delarra.

Un resumen de la obra de este artista abarcaría muchas más páginas en esta nota, si tan solo citáramos toda su obra escultórica e, incluso obviáramos su quehacer pictórico, exposiciones, conferencias…

Lo cierto es que el día en que terminó su vida, el 26 de agosto de 2003, tenía un sinfín de ideas proyectadas, dos monumentos fundidos pendientes de emplazar y mucho más que dejar al patrimonio artístico e histórico de la nación. Una ojeada a su currículo da fe de ello.

La obra de José Delarra honra la Cultura cubana y la historia de la Revolución a la que se entregó con alma y vida, con el mismo amor que construyó su familia de la que sus hijos y nietos sienten enorme orgullo.

Foto de portada: Del archivo del artista, cortesía de Flor de Paz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *