Cuba

Kari Krenn: Aprendamos a aplastar los egos, las ambiciones y las avaricias, para poder tender puentes hacia los otros

Por Nuria Barbosa León.

Un post de la escritora argentina Kari Krenn, que publicara en su muro de Facebook, y el cual publicamos al final de esta entrevista, alcanzó tal relevancia en su red social que fue también replicado en varios medios digitales.

En su mensaje se aprecia una defensa consciente de la Revolución Cubana y un franco esclarecimiento a quienes pretenden dañarla desde posiciones mercenarias. Interesados por conocer más detalles sobre esta intelectual y su amor a nuestro país, sostuvimos con ella un entrañable diálogo.

–¿Cómo nace su apego a nuestra nación?

–Hablar del amor que siento hacia Cuba es casi que dejar a esta pequeña poeta sin palabras… Mi amor, siempre digo, fue por una especie de «ósmosis», por un querido amigo cubano (hermano de mi alma), quien, viviendo aquí, me hizo ir descubriendo a esa pequeña isla tan lejana en mi geografía. Poco a poco, con el sigilo de las cosas bellas, comenzó a nacer en mí, hasta sentirla tan profundamente mía, que cada agravio hacia ella flagela mi alma de una manera lacerante. Tal vez mi sentir se plasma en cada uno de los seres que allí amo, en mis amigos-familia, en lo genuino de su entrega. Cuando me interpelan diciendo: Pero… ¿y Argentina no la amas entonces? Yo les respondo con la sabiduría de quien sabe de la inmensidad del amor: ¿Acaso una madre puede sopesar en su alma el privilegio para un hijo? ¿Acaso una madre cubre la ausencia de un hijo ante la presencia de otros cinco hijos más? Bien… así es Cuba, íntimamente cerca en mi corazón, junto a mi amada patria.

–¿Ha visitado Cuba?

–Ha sido un honor para mí que me invitaran a llevar mis palabras a la Feria del Libro y a festivales de poesía. ¿Qué me emociona de Cuba? La dignidad de su gente, la entrega amorosa hacia los demás, ¡la alegría innata del cubano!  Créanme que eso no lo he visto en otros pueblos. Nosotros los argentinos somos como algo dramáticos, nos hacemos un mundo capaz que en medio vaso de agua y, de pronto, allí me sonríen y me dicen: «Kari, lo que sucede conviene», y aprendo tanto… ¡Pero tanto! Y me enseñan a mirar la vida en su profundidad. A veces me atacan en las redes aquellos ilusos que me imaginan «turisteando La Habana», sin tener idea que comparto los sueños, las luchas, las dificultades, las aspiraciones de aquellos, que, por derecho propio, han ganado un lugar en mi corazón.

–Sostiene una lucha frontal en las redes sociales en contra de la mafia anticubana en Miami…

–Es brutal la manipulación mediática que han emprendido contra Cuba y contra todos los que la amamos. En lo particular hacia mí, con acciones deleznables que ni vienen al caso, pero no obstante ello, no me mueven ni medio milímetro de mis convicciones. Se muestran con ese odio visceral, sórdido, con sus ambiciones tan despreciables, como una calaña impulsada a reunirse solo para dañar. Han desplegado ese poder por medio de bots y de algunos infames que se prestan a esas jugadas; desconociendo que el pueblo soberano de Cuba ha refrendado el carácter socialista por propia convicción y no por imposición. Desconocen que a los cubanos les corre una sangre valerosa de Maceo, de Martí, de Fidel… y tantos más, que han puesto por lo alto la dignidad y la soberanía de su patria.

–Respondió a Yunior García en Facebook y lo replicaron diversos medios… ¿Por qué le prestó atención a esa persona?

–Escucharlo motivó mi respuesta. Respuesta que jamás imaginé trascendería así. Lo observé disfrazado de líder en la búsqueda de un nuevo pacto social, hablando de derechos inalienables y comencé a percatarme de que era un apóstata de todos los ideales, engañando y manipulando; por eso no podía quedarme callada. A posteriori salió a la luz su cercanía con aquellos que intentan avasallar a su pueblo y ahora siento que todo lo que le dije ¡fue poco! Algún día él será consciente de la responsabilidad individual que le cabe, al poner en jaque al pueblo que «supuestamente» dice defender. Uno puede escapar de muchas cosas, pero de la interpelación de la propia conciencia no: el despertar será duro. En verdad no puedo comprender ni desde el intelecto ni desde la emoción, que haya cubanos pidiendo invasión, que mancillen sus símbolos patrios, que deshonren la memoria colectiva de su pueblo, que traicionen así. Cuba tiene mil cosas que mejorar, mil cosas que cambiar seguramente, como tenemos todos los pueblos. Cuando me agreden diciéndome que yo no me meta, porque soy extranjera les respondo: ¿y por qué ustedes dejan que mercenarios lo hagan? Para que les quede clarito como el agua ante alguna duda.

–¿Podría precisarnos cuál es su nombre completo, su profesión y sus mayores pasiones?

–Soy Karina Silvana Krenn, fui docente de profesión y por convicción durante 28 años en escuelas privadas, públicas, rurales y urbano-marginales de mi provincia de Córdoba. Actualmente, ya jubilada, me dedico con ahínco a las dos pasiones que me acompañaron desde joven: la promoción social y las letras. Siempre digo que el título de «escritora» no me agrada tanto como el de tejedora de palabras. Tejiéndolas desde mi pequeñez, a veces toco las almas de la gente…

«En el contexto de labor social integro varias fundaciones, en mi patria y en el extranjero, que tienen que ver con los derechos humanos de los niños, las mujeres en situación de violencia, las personas con discapacidad, los ancianos.

«Sueño con que un mundo más justo es posible, si aprendemos a aportar desde el corazón aquellas cosas que nos permitan crecernos como sociedad. Si aprendemos a aplastar los egos, las ambiciones y las avaricias, para poder tender puentes hacia los otros.

«Aspiro a que mi paso por esta vida se justifique por el caudal de entrega que he podido brindar. Por lo demás, la vida humana es un ratito… un suspiro efímero. Ojalá todos lo entendiéramos a tiempo».

Tomado de Granma.

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