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Los paradigmas científicos en la obra de Julio Le Riverend Brusone

Por Flor de Paz * / Colaboración especial para Resumen Latinoamericano

La obra científica, docente y humana de Julio Le Riverend Brusone descansa en una buena parte de los libros de historia cubana de la última mitad del siglo XX. Él —uno de los promotores de la novela histórica en Cuba, entre otros méritos de su legado— falleció hace casi 24 años: el 12 de mayo de 1998.

“Era un hombre de mediaciones, capaz de ocuparse de la historia económica y también de la historia de las mentalidades”, dijo la intelectual Ana Cairo Ballester (1949-2019) en ocasión del centenario del nacimiento de Julio en un encuentro celebrado en la habanera Sociedad Económica de Amigos del País, también sede del Instituto de Literatura y Lingüística.

Entre sus grandes maestros, añadió la filóloga y ensayista, Le Riverend tuvo a Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964), historiador de La Habana desde 1935 hasta su muerte,  y a Fernando Ortiz (1881-1969), estudioso de las raíces histórico-culturales cubanas. Y, por si no bastara, “en Carpentier encontró uno de los caminos para entender la historia de América”.

Julio Le Riverend fue director del Archivo Nacional y miembro fundador de la Academia de Ciencias de Cuba. Era un hombre sencillo y jovial, capaz hallar tiempo para atender a los jóvenes profesores de historia que en la década del ’60 del pasado siglo compartían sus horas entre los predios de Universidad de La Habana, la Biblioteca y el Archivo Nacional.

Lo atestigua la Doctora Berta Álvarez: “El ambiente del Archivo era entonces excepcional. Entrábamos en contacto con documentos originales, a partir de los cuales desarrollamos nuestra labor investigativa y docente. En ese entorno estaban también los historiadores más famosos de nuestro país como Ramiro Guerra y José Luciano Franco”.

De acuerdo con la doctora Álvarez, valores paradigmáticos en la obra del intelectual perviven en textos como La Habana: Biografía de una provincia, “de una amplia fundamentación desde el punto de vista historiográfico y provista de una interesante propuesta de periodización”.

Pero, si han de citarse otros méritos de Julio Le Riverend, casi a un cuarto de siglo de su ausencia fìsica, hay que recordar que bajo su dirección fueron publicados once tomos de historia universal para la Escuela de Formación de Maestros, además de seis volúmenes de Historia de Cuba a los que casi todos los cubanos hemos acudido alguna vez.

Amén de lo anterior, un paradigma de la historia escrita por este autor radica en la capacidad que tuvo para entrelazar los vínculos existentes entre procesos históricos, elementos sociales y desarrollo cultural, lo cual sitúa a esta gran figura de ciencia nacional en un lugar que es preciso revisitar.

(*) Periodista cubana especializada en temas científicos y Directora de Cubaperiodistas.

Fotos: Gentileza de la autora.

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