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Declaración de Casa de las Américas: Nuestra América, entre el fascismo y la esperanza

Declaración de la Casa de las Américas

“Hoy ha muerto la cultura. Hoy la tiranía, la oscuridad, el terror, le han ganado a la vida, a la alegría, a la diversidad, a la pluralidad, hoy el terror está posándose en la institución cultural más importante del país”. Estas fueron las dramáticas palabras de Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, frente a su allanamiento y posterior ocupación por la Policía Nacional.

En el contexto de una ola de protestas populares y en respuesta a un paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador que mantiene en jaque al gobierno de Guillermo Lasso, las autoridades no solo declararon el estado de excepción en tres provincias, sino que, además, echando mano a pretextos espurios, han mancillado la más renombrada institución cultural del país al convertirla en sede de las fuerzas destinadas a reprimir la movilización popular.

En un acto brutal, el espacio que durante casi 80 años han animado escritores, artistas y gestores, ha sido transformado en cuartel y en claro ejemplo del aplastamiento de la cultura por parte de una derecha dispuesta a barrer con los más importantes valores de esa nación.

Para la Casa de las Américas, que durante décadas ha mantenido una gran admiración por el quehacer de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, y que sostuvo una relación profunda con el relevante intelectual que le da nombre, el ultraje resulta atroz.

El colectivo ecuatoriano Contraelviento Teatro, que nos acompañó en el reciente Mayo Teatral, hizo público este domingo un comunicado: “Denunciamos ante el mundo las circunstancias que está viviendo el Ecuador, pedimos a los hacedores del pensamiento, el arte y la literatura del mundo su solidaridad para romper los cercos mediáticos creados”.

También este 19 de junio, cuando tuvo lugar el atropello fascista en Ecuador, la victoria en las elecciones de Colombia de Gustavo Petro y Francia Márquez al frente del Pacto Histórico, abrió nuevas esperanzas en nuestro Continente. El respaldo de más de once millones de ciudadanos significa igualmente la demanda de cambios reales en un país que ingresó oficialmente como “aliado externo” de la OTAN el pasado 21 de abril de 2022 y que mantiene estadísticas pavorosas de criminalidad contra líderes sociales, contra exguerrilleros acogidos a los acuerdos de paz, contra la población civil.

Este triunfo, sin embargo, no está exento de enormes riesgos, como bien advirtió el pensador argentino Atilio Boron al conocer los resultados:

“No nos olvidemos que en términos sociopolíticos en los últimos años Colombia se convirtió en un protectorado norteamericano, con al menos siete bases militares de ese país instaladas en su territorio, y sería ingenuo pensar que esta noche los oficiales estadounidenses estarán brindando por el triunfo de Petro. Por lo tanto, el Pacto Histórico tiene que redoblar su actitud de permanente vigilancia para evitar que su victoria sea birlada por la poderosa derecha colombiana –que controla la riqueza, el Poder Judicial y los grandes medios de comunicación– y sus patrocinadores establecidos en Washington”.

Debemos usar todas las tribunas y todas las vías a nuestro alcance para “romper los cercos mediáticos”, denunciar las arbitrariedades contra el pueblo y la cultura ecuatorianos, y apoyar el renovado protagonismo de la izquierda en la región y la alternativa que se inaugura en Colombia, que podrá hermanarse verdaderamente al resto de las naciones de Nuestra América.

Tomado de Cubadebate / Foto de portada: Juvenal Balán / Granma.

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