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Almagro, tres años de luna de miel pagadas por la OEA

Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Como la película “La vuelta al mundo en 80 días” el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luís Almagro pretendió hacerle competencia a ese film y durante dos años pasó Lunas de Miel en cerca de 30 países con una querida cuyos gastos fueron pagados en su mayoría por el organismo.

En total este derechista enemigo de los pueblos democráticos de América Latina y cumplidor de las orientaciones emanadas desde Washington, viajó por lo menos en 34 ocasiones acompañado de una asesora con la cual mantenía una “relación sentimental”, según la investigación realizada por la organización.

Los detalles de los viajes, adelantados por la medios de prensa y que tuvieron lugar entre 2018 y diciembre de 2019, aparecen también en una serie de informes que el secretario general presenta sobre sus actividades fuera de la sede de la institución en Washington a la presidencia del Consejo Permanente.

La investigación, encargada por la OEA a un bufete externo de abogados para determinar si la relación entre el secretario general y la mexicana Marian Vidaurri, empleada de la organización tuvo carácter indebido y la asesora fue promocionada a mejores cargos dentro de la institución como trato de favor, indica que en algunos casos, el coste del viaje de la “querida” de Almagro fueron cubiertos por los organizadores de los eventos y en otros por la OEA.

Todo hace indicar que Luís y Marian, disfrutaron “Lunas de Miel” en Cartagena de Indias, durante una reunión de la Asociación de Prensa Interamericana en marzo de 2019; en Pamplona, en una visita organizada por la Universidad de esa ciudad; en Bahamas, en octubre de 2019 para reunirse con el primer ministro de esa isla; en Buenos Aires, en marzo de ese año, para participar en un seminario sobre populismo, y en un conversatorio con jóvenes en la universidad EAFIT en Medellín (Colombia), entre otros.

Almagro se ha caracterizado desde su investidura en ese cargo, en ser un fiel aliado de Estados Unidos y cumplir todas las orientaciones emanadas desde Washington en contra de los movimientos y gobiernos progresistas de la región.

Recordemos que ayudó y dio el visto bueno a la realización del golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia; atacó en innumerables ocasiones a los legítimos gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua y exhortó a que no se les levantaran los bloqueos económicos y financieros que Estados Unidos mantiene contra ellos.

Almagro tampoco ha condenado las matanzas realizadas por la ultraderecha boliviana tras el golpe contra Evo en 2019, ni las de Dina Boluarte en Perú al consumarse el golpe parlamentario contra el presidente Pedro Castillo que han dejado más de 60 muertos y centenares de heridos, entre otros actos violentos de las fuerzas de derecha en la zona.

Pero al parecer los días del súbdito estadounidense en la OEA están al terminar porque ya no le es beneficioso a Washington mantener en el puesto a un personaje tan detestado por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.

Para tratar de limpiar la imagen de Washington sobre esos hechos, ahora un grupo de congresistas estadounidenses, en carta dirigida al secretario de Estado, Anthony Blinden, ha solicitado se investigue a Almagro por presuntamente haber incurrido en “infracciones éticas e irregularidades” y de de comprobarse se le sancione y destituya.

Ah, eso huele a que a Estados Unidos ya no le sirve su “hombre” en la OEA.

Recordemos que la obsesión de Estados Unidos por controlar toda América Latina y el Caribe ha sido una constante desde mucho antes de que se fundara el 30 de abril de 1948 la Organización de Estados Americanos.

Las raíces de la OEA están profundamente ligadas a las de Estados Unidos ya que fue creada para servir a los intereses hegemónicos de la “potencia colonial” en la búsqueda de dominar a los países de Nuestra América. Sus antecedentes son los llamados Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe.

Desde las trece colonias hasta el siglo XXI, el Destino Manifiesto, adoptado por el entonces presidente James Knox Polk, impulsor de la guerra contra México en 1846-48, para anexarse más de la mitad de la nación azteca, ha mantenido la convicción de que Dios eligió a Estados Unidos para ser una “nación superior” y así se fue adueñando de territorios con diferentes artimañas o guerras.

Más tarde, la Doctrina Monroe (América para los americanos o mejor dicho para los estadounidenses), fue anunciada por el quinto presidente James Monroe, y dirigida principalmente a las potencias europeas con la intención de que Washington no toleraría ninguna interferencia o intromisión de las potencias europeas en América.

En aras de esa Doctrina, Estados Unidos ha intervenido más de un centenar de ocasiones en naciones latinoamericanas o ha propiciado golpes de Estado contra gobiernos progresistas y hasta atentados y asesinatos contra líderes nacionalistas en la región.

La OEA, con diseño y reglas confeccionadas por Estados Unidos vino a redondear la política de control que Washington ha mantenido por más de un siglo sobre América Latina.

En cuanto a Almagro, sus días en la OEA están contados porque parafraseando el adagio de Roma, Estados Unidos paga a los traidores pero los desprecia.

(*)  Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.

Foto de portada: El Tiempo.

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