Internacionales

Vigencia del programa de acción encubierta contra Cuba (III)

Por José Luis Méndez Méndez (*)  /Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Como un daño colateral del fracaso de la invasión mercenaria, las bandas de alzados habían quedado diezmadas. En diciembre de 1960, una gran ofensiva se había realizado contra estos grupos de asesinos, que habían atacado a maestros alfabetizadores, campesinos, quemado cooperativas agropecuarias y sembrado el terror en los campos de la zona central de Cuba, en particular. Cientos de bandidos fueron capturados, incluso se fomentó un plan de reinserción en la sociedad para aquellos que depusieran sus armas y se sumaran a la construcción de una nueva sociedad. Algunos de manera oportunista se integraron al proyecto para en pocos meses alcanzar la libertad, otros una vez liberados volvieron a delinquir. Las leyes se fueron fortaleciendo para el justo castigo y disuadir nuevos intentos de alzamientos. Los crimines fueron más violentos en los siguientes años hasta que en julio de 1965, se extinguió esa forma de combatir a la Revolución, décadas después Estados Unidos, de manera equivocada retomó el bandidismo como método para alcanzar sus objetivos.

El programa subversivo en su nueva versión proponía dar oxígeno a los grupos que en las montañas esperaron el triunfo mercenario: El estableci­miento de comunicacio­nes y su equipamiento, se elevará en depen­dencia del éxito que se logre en la creación de una sólida posición, razonable­mente dependiente y compartimentada, para una escalada de sus acciones guerri­lle­ras y de sabotaje. Nuestra primera empresa es la reconstruc­ción de las redes internas y de la capacidad para instrumen­tar operaciones significati­vas.

Otra línea subversiva fue fomentada, el promover el abandono de funciones de funcionarios cubanos, se explicaba así: Las ope­raciones dirigidas a lograr la deserción de funciona­rios bien ubicados en el gobier­no de Castro y en la fuerzas armadas, cada vez que sea posible, se planifi­carán y ejecutarán en oficiales en activo. El objetivo tiene una doble inten­ción: En el caso de las deserciones de oficiales en activo, será la de penetra­rlos para conocer las intenciones, planes y capacidades del régimen, y en los casos de deserciones abiertas y públicas, causar el mayor embarazo y pérdida de prestigio para el régimen, especialmen­te en el resto de América Latina. Este objetivo se mantiene vigente y es promovido con profusión para presentar la imagen de un país en fuga.

El programa original, tenía un objetivo secreto no declarado: el asesinato del líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, ese interés había sido concebido desde hacía varios años atrás, estructuradamente la CIA, lo analizó en diciembre de 1959 y en marzo de 1960, una semana antes de firmarse, se proponía por el coronel Joseph Caldwell King, directivo de la CIA a cargo del WH-4 dedicado a la destrucción de la Revolución, la necesidad de eliminar a los principales dirigentes de una sola vez, priorizaba a Fidel y Raúl Castro, además a Ernesto Guevara de la Serna Che.

La propuesta de mayo de 1961, declaraba realizar: Operaciones dirigidas a la destrucción de la imagen popular de Castro: En el campo de la guerra psicológica se planificarán y ejecutarán operaciones con el objetivo de destruir la imagen de Castro, como un verdadero revolucionario interesa­do en el bienestar de su pueblo, sustituyéndola con la de un cruel dicta­dor que, bajo las falsas banderas de las reformas revolucionarias, ha privado a su pueblo de las libertades básicas y ha convertido a su país en un satélite sovié­tico. Esto requerirá de la expansión de la prensa encubierta existente, la radio y otros medios masivos fuera de Cuba y el fortalecimiento de los mecanismos de propaganda clandestina dentro del país, incluyendo la impresión de propaganda ocul­ta, las transmisiones clandestinas de estaciones de radio y operaciones de interferencia de radio y TV. Además, hará falta una reorientación de las activida­des de Radio Swan con el Consejo Revolucionario, para que la programación juegue un importante papel en este esfuerzo de propaganda. El satanizar al proceso cubano en 2023, instalado la matriz de la existencia de una dictadura, denigrar la imagen de su Presidente y el clamor de “libertad”, son ejemplos de la vigencia de los postulados concebidos, seis década atrás.

El 11 de diciembre de 1959, un memorando fue redactado y enviado al Director de la Inteligencia Central, cuyo tema era los llamados problemas cubanos y requería la consideración y aprobación de las recomendaciones que aparecían en el punto 3 del documento. Desde fecha tan temprana la Agencia hacia así el estimado de la situación en la Isla: Se estableció ahora una dictadura de extrema izquierda. No solamente es desafecta a los Estados Unidos por medio de la crítica oral, sino que además ha realizado acciones contra las propiedades norteamericanas, tanto industriales como agrícolas, y si se le permite que se mantenga, alentará acciones similares contra las propiedades estadounidenses en otros países de América Latina.

Continuaba: Esperamos con toda seguridad que haya un gran incremento en la escala y efectividad de la ayuda y participación de Cuba en acciones revolucionarias contra otros países de América Latina, que ahora son amigos de los Estados Unidos. Además de aquellos que ya constituyen objetivos–Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Haití–la reciente información de inteligencia indica un interés directo en Colombia y Perú por parte de Castro. La posición de Betancourt en Venezuela se podría debilitar gravemente por los éxitos de Castro, y se cree que esto sea solamente una cuestión de tiempo, antes de que se establezca una alianza entre el poderoso Partido Comunista de Venezuela y los Castro.

Alertaba sobre el curso probable de los acontecimientos: Se contempla asimismo una rápida nacionalización de los bancos, las industrias y el comercio. Si esto ocurre, el pequeño grupo que posee el control dispondrá de unos cuantos cientos de millones de dólares a partir de la venta de la zafra a principios de 1960. Parte de estos fondos pueden ser utilizados para otros de sus objetivos revolucionarios contra países del Caribe y de América del Sur.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

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