Cuba

Prensa Latina, a la que auguraron unos meses de vida, cumple 64 años

Por Martín Hacthoun.

Como parte de una campaña orquestada por círculos políticos en Estados Unidos que le auguraron unos meses de vida, a lo largo de los años, en especial las décadas de 1960 y 1970, fue objeto de presiones, amenazas, clausuras, agresiones y ataques a sus reporteros; no obstante, logró no solo subsistir, sino también avanzar.

La historiadora norteamericana Renata Keller concluyó en una investigación sobre la agencia de noticias cuya sede principal está en La Habana, que “Prensa Latina sobrevivió, se expandió y hasta floreció”.

En las conclusiones de la detallada obra, Keller expresó que “de alguna manera, la supervivencia por sí sola podría considerarse una victoria”, al tiempo que demostró la capacidad de resistencia ante numerosos ataques, lo cual calificó de “impresionante y sin precedentes”.

“Sus fundadores esperaban crear una fuente alternativa de noticias e información para Cuba, América Latina y el resto del mundo, y lo lograron”, aseveró la académica acerca del papel del medio cablegráfico en la promoción de la Revolución Cubana y contrarrestar el aislamiento a que la sometió Estados Unidos.

La hostilidad contra PL no solo radicó en acciones políticas e intentos de aislamiento y cerrar sus oficinas, también atentaron contra la vida de sus periodistas.

Muchos fueron los actos hostiles, desde el vandalismo contra su oficina ante las Naciones Unidas hasta el arresto por el FBI con el fin de amedrentarlo del primer corresponsal en esa plaza Francisco V. Portela.

En 1970, fueron asesinados el periodista chileno Elmo Catalán, colaborador de PL en Bolivia, y su esposa Jenny Koeller. Poco después, el régimen golpista boliviano clausuró esa corresponsalía.

Su oficina en Montevideo también fue allanada, y sus periodistas, detenidos. Poco después, la junta castrense uruguaya clausuró esa oficina.

En 1972, resultó asesinado -junto a su esposa Ivette Jiménez- el corresponsal Luís Martirena, quien también fue director de la corresponsalía en La Habana hasta mediados de 1971.

Martirena y su esposa fueron acribillados en Uruguay en 1972 en la puerta de su casa. Ese año también resultaron expulsados de Ecuador dos de los corresponsales de la agencia.

Personal de Prensa Latina y periodistas chilenos en la corresponsalía de Santiago fueron blanco de una balacera el 11 de septiembre de 1973. Jorge Timossi fue corresponsal-jefe en Chile durante todo el proceso político encabezado por el presidente Salvador Allende.

Ese luctuoso día de la asonada militar contra el gobierno popular de Allende, las oficinas en Santiago fueron violentamente allanadas, sus periodistas detenidos y expulsados del país. Entre ellos estuvieron, además de Timossi, la chilena Elena Acuña, el peruano Jorge Luna y el cubano Mario Mainadé.

Hubo otros ataques: el jefe de la corresponsalía en Ciudad de Guatemala Manuel Guerrero fue blanco de amenazas de muerte y de atentado con bombas contra la oficina, y más acá en el tiempo el enviado especial en Honduras resultó expulsado a raíz del golpe de Estado contra Manuel Zelaya.

En octubre de 1983, la oficina en Granada fue clausurada durante la invasión estadounidense a esa isla caribeña y su corresponsal, Arnaldo Hutchinson, detenido y deportado.

PESE A HOSTILIDADES, NO SE DETUVO

Sin embargo, pese a estas hostilidades la agencia no se detuvo; suscribió en ese período convenios de colaboración periodística con numerosos medios de países de América Latina, Europa, África, Asia e incluso de Estados Unidos.

Tras la reapertura de las corresponsalías en Argentina, Colombia y Ecuador, y la inaugurada en Portugal, cerró el año 1974 con oficinas en 26 países.

Auspició en La Habana la Primera Reunión de Redactores de Temas Latinoamericanos de Agencias Socialistas y estableció lazos con la CTK, de la entonces Checoslovaquia; la APN, de Polonia; Tanjug, de Yugoslavia, y con el semanario francés L’Express.

En el Caribe Oriental abrió sus primeras plazas en 1975, en Guyana y Jamaica, así como en 1976 las de Angola, África, y Sri Lanka, Asia del Sur, y comenzó sus transmisiones para esas regiones en español, inglés y francés.

La institución continuó progresivamente estableciendo nexos de cooperación con los más diversos medios del mundo: entre muchos otros, la agencia TASS, de la Unión Soviética; la ADN, de la República Democrática Alemana; la PTI, de la India; la BBS, de Bangladesh, y la ANOP, de Portugal.

Luego de estar interrumpido desde 1969, reanudó el intercambio de servicios noticiosos con la agencia estadounidense Associated Press (AP) en 1979 mediante un acuerdo de cooperación.

Ese año también estableció con la agencia española EFE un nuevo sistema de comunicaciones a través del satélite Intersputnik, que enlazó La Habana con Madrid.

En 1989, Prensa Latina contaba con 40 corresponsalías y unos mil clientes recibían diariamente un promedio de 300 despachos noticiosos en diferentes idiomas.

Esos avances se vieron truncados con el agravamiento de la crisis económica en Cuba en la década de 1990, que la obligó a reducir servicios, publicaciones y cerrar oficinas, disminuyendo la cifra de 40 a sólo 16 en el exterior.

En lo sucesivo, debido al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, muchas corresponsalías de Prensa Latina afrontaron obstáculos para establecer cuentas bancarias y realizar transferencias financieras, así como trámites de visado para cubrir eventos internacionales o el traslado de sus periodistas. A lo largo de todos estos años, Prensa Latina contó con la guía de 10 directores generales. Después de su jefe fundador Jorge Ricardo Masetti, otros nueve asumieron en distintas etapas del desarrollo de la agencia las complejas tareas, no solo de mantener su funcionamiento, sino de asegurar su crecimiento e influencia hasta convertirla en un centro multimedial de referencia.

Fernando Revuelta (1961-1962), José Felipe Carneado (1962-1967), Orlando Fundora (1967) y José M. Ortiz (1967-1970) condujeron la agencia frente a numerosas agresiones externas en su primera década de existencia.

Manuel Yepe se encargó de dirigirla de 1970 a 1973, cuando las presiones arreciaban contra PL. Le siguió Gustavo Robreño en 1973 y lo hizo hasta 1984 cuando Pedro Margolles tomó las riendas. Durante su mandato la agencia inauguró sus oficinas en Etiopía y Nicaragua, y la reabrió en Costa Rica, mientras modernizaba su infraestructura técnica mediante la automatización de las transmisiones.

En 2003, Frank González asumió su liderazgo para ampliar los servicios noticiosos, abrir oficinas, sumar nuevas publicaciones y crear un pequeño estudio de video noticias.

A partir de 2010, ya bajo la dirección de Luis Enrique González, Prensa Latina se adentró en el mundo de los medios sociales, diversificó sus servicios informativos, modernizó sus portales, creó sitios de noticias en idiomas francés y árabe, abrió las corresponsalías en Damasco y Puerto Príncipe, y reabrió Washington, Londres y San José.

Pese a las adversidades económicas, mantiene con gran esfuerzo de su personal periodístico la elaboración y transmisión diaria de cerca de 400 despachos en seis idiomas, produce una veintena de espacios radiales y abrió una radio en línea. Además, continuó firmando convenios con agencias de noticias y otras organizaciones de medios; suman centenas.

Con oficinas en casi 40 países de todos los continentes, Prensa Latina se ratifica como el medio de comunicación cubano que más noticias publica diariamente, y uno de los de mayor producción informativa en toda América Latina y el Caribe.

Su sitio web es el portal cubano con mejor posicionamiento en Internet, de acuerdo con el ranking Alexa, y cada día crecen los suscriptores en los canales de la agencia en redes sociales, incluidas Facebook, Twitter, Youtube e Instagram.

Tomado de Prensa Latina.

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