Una enfermedad, que hace metástasis en Estados Unidos (I)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Mientras se documentaba la entrega sobre los delitos sexuales en Miami, que involucra a menores, una terrible noticia, una más, sobre otra tragedia con armas en Estados Unidos: una madre asesinada frente a su hijo en Florida y una breve descripción: La mujer recibió un disparo mortal a través de la puerta de la casa de una vecina, mientras su hijo menor de 9 años estaba junto a ella. Es una actualidad considerada la enfermedad, que hace metástasis en Estados Unidos
La víctima, Ajike Owens, de 35 años, fue atacada a balazos tras presentarse en la vivienda de su vecina, quien antes había gritado a los hijos de la occisa mientras jugaban cerca y les había lanzado un par de patines, que golpearon a uno de ellos.
La desgracia parece ser otra consecuencia de la proliferación de armas de fuego en Estados Unidos, donde hasta ahora la mayoría de las iniciativas para controlar su venta y portación fracasaron, aún luego de las acostumbradas matanzas en escuelas y otros lugares públicos. En Florida, y en especial en Miami, los gobiernos republicanos han sido promotores de la portación de armas, sin límites.
Al llegar a la vivienda las autoridades encontraron a la atacada con heridas de bala. Ella, madre de cuatro hijos fue trasladada a un hospital cercano, donde murió. La policía se lamentó: “Ojalá la tiradora nos hubiera llamado en lugar de tomar la justicia en sus propias manos”. “Ojalá la señora Owens nos hubiera llamado con la esperanza de que nunca hubiéramos llegado al punto en el que estamos hoy”. Desde enero de 2021, se había iniciado la disputa entre Owens y la mujer que le disparó.
En el momento de redactar esta nota, no se había producido arrestos, debido a que se investiga si la victimaria disparó con apego a la defensa propia, ya que una ley de Florida, establece que no se puede hacer un arresto a menos que se pueda probar que el tirador no actuó en defensa propia. Aunque los hechos parecen claros y quedó establecido que antes del tiroteo, los hijos de Owens estaban jugando en un campo cercano al departamento de la tiradora. Más tarde, cuando la ahora fallecida se enfrentó a la mujer en su departamento, se produjo una discusión y la mujer le disparó a través de la puerta principal.
Según la descripción se menciona la presencia de patines y arma de fuego, habría que discernir la proporcionalidad para recurrir a la defensa propia entre ser agredida con unos patines y responder por medio de disparos.
El abogado de derechos civiles Benjamin Crump, que representa a la familia de la sucumbida, expresó en un comunicado que la autora de los disparos había gritado insultos racistas a los niños antes del enfrentamiento con su madre. La ultimada y sus hijos son negros. Las autoridades por su parte no han confirmado que se profirieran insultos ni ha dicho si la raza fue un factor en el tiroteo, que en Florida es frecuente esa motivación.
Según lo establecido hubo mucha agresividad de las dos en ambos sentidos, según la versión de la tiradora a los investigadores. “Ya se trataba de golpear las puertas, golpear las paredes o lanzar amenazas. Y en ese momento es cuando dispararon a la señora Owens a través de la puerta”. Se ha pedido paciencia y confianza en las investigaciones en curso, para evitar que la impunidad desborde las pasiones por el tema racial presente en el suceso.
Este caso, parece ser un hecho menor, si tenemos en cuenta que en Estados Unidos, se produjeron 72 tiroteos masivos en las primeras seis semanas del 2023, que han dejado 2.237 muertos. En ese país han ocurrido más tiroteos masivos en el primer mes y medio del presente año, que días han transcurrido. El caso que se describe, apenas califica para ser considerado “tiroteo masivo”, tuvo solo una víctima fatal, no se cuenta los daños colaterales psicológicos en los niños, que pasaron a la categoría de huérfanos en menos de un minuto.
Se reportaron dos situaciones en las cuales un agresor armado comenzó a disparar: primero en la Universidad Estatal de Michigan, donde tres estudiantes murieron y cinco fueron heridos, y más recientemente en un centro comercial de El Paso, Texas, con al menos una muerte y tres heridos.
Según el observatorio, que sigue estos lamentables eventos, el 2023 ha sido especialmente notable en el conteo de este tipo de acaecimientos mortales. “No ha habido ningún año en el que se haya tenido 67, tiroteos masivos en seis semanas” declaró a la prensa estadounidense el director ejecutivo del Archivo de Violencia con Armas (GVA), una organización sin fines de lucro que rastrea la violencia armada en Estados Unidos, Mark Bryant. Poco después ese mismo día en la noche, la organización creada en 2013 para indagar y documentar esos sucesos elevó la cifra a 72. El tiroteo El Paso estuvo entre los que incrementó el número a esa impactante cifra.
Ha sido necesario caracterizar y definir el término “masivo”, ya que todavía no hay un consenso sobre lo que constituye un tiroteo masivo, aunque la institución señala especialmente a los sucesos de violencia armada en la que muere o son heridos al menos cuatro personas. En el 2022, el (GVA por sus siglas en inglés) contó 647 tiroteos masivos. De esos, 21 involucraron cinco o más muertes. En noviembre de 2022, se había producido una media de 1.68 tiroteos masivos por día y el año todavía no había concluido. Mientras que entre enero y noviembre de 2021, 43,000 personas en Estados Unidos, habían sido víctimas de la violencia armada en el país. Mientras que en el 2022, se produjeron más 600 tiroteos masivos, que dejaron 39, 827 muertos. Un seguimiento estadístico de la ocurrencia de esta espiral de violencia, muestra que en el 2019, se produjeron 417, en 2020, 610 y en el 2021, 690 y en el 2022, se registraron 675, el segundo record más elevado desde el 2013, la progresión asusta.
No se trata solo de las facilidades para obtener un arma de fuego de cualquier calibre, poderla utilizar, exhibirla en público, con entrenamiento certificado o no, es, además, una expresión de lo que ocurre en la sociedad estadounidense, que demuestra la violencia reinante, por causas multifactoriales.
El 4 de enero de 2023, un hecho estremeció a la nación, cuando en Enoch, Utah, estado religioso donde predomina la iglesia mormona, un hombre mató a siete miembros de su familia para después quitarse la vida, en lo que la policía calificó como un asesinato-suicidio. El agresor disparó a su esposa, su suegra y sus cinco hijos, que tenían entre cuatro y 17 años.
Días más tarde, el 21 de enero, en Monterey Park, California, un hombre de 72 años mató a 11 personas e hirió al menos a otras nueve en un salón de baile de una comunidad predominantemente asiático-estadounidense que celebraba el Año Nuevo Lunar. Este fue el ataque armado más mortal en Estados Unidos, desde el 24 de mayo de 2021, cuando 21 murieron en una escuela primaria de Uvalde, Texas.
La matanza de Uvalde, donde la gran mayoría de los muertos fueron escolares de entre 8 y 10 años, y el tiroteo donde ocho personas murieron en una tienda en Búfalo, Nueva York, reavivaron el debate en el Congreso y ayudaron a mover las negociaciones que resultaron en la aprobación de la conocida como Ley de Comunidades más Seguras.
El 1 de febrero, en Washington, un hombre armado atacó a personas en un autobús y dentro de una estación de metro en el sureste de Washington, hirió a tres personas y mató a un empleado de Transporte que intentó detenerlo.
El 13 de febrero, en East Lansing, Michigan, tres estudiantes murieron y otras cinco personas resultaron heridas en el campus de la Universidad Estatal de Michigan por un tirador de 43 años que no estaba afiliado al centro de estudios y se suicidó poco después de los sucesos.
Mientras el 15 de febrero en El Paso, Texas, un hombre armado mató a una persona y lesionó a tres en un tiroteo en Cielo Vista Mall, un gran centro comercial en esa localidad. La policía arrestó a dos sospechosos en conexión con el crimen.
El control de las armas es uno de los temas más complejos y espinosos en Estados Unidos, cada día más polarizado y donde este tipo de asuntos es muy politizado. La gran mayoría de los republicanos defiende el derecho a portar armas como está reflejado en la Constitución, mientras que la otra mayoría demócrata apuesta por la reducción de la venta de rifles y un alto a la proliferación de armas en el país. Es tema electoral y también forma parte de la manipulación del tráfico de influencias de la asociación nacional del rifle, cuyos miembros tiene capacidad enorme para decidir y actuar en ese país.
Cada tiroteo aviva el encendido debate entre ambos lados. El partido Republicano insiste en que los atacantes son personas con problemas de salud mental, mientras que sus contrapartes demócratas aseguran que la responsabilidad recae en gran parte en el amplio acceso a las armas de gran calibre. Son tendencias de opinión temporales y acordes con intereses del momento, no se trata de posiciones antagónicas opuestas. Se mueven a conveniencia.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Maxres.