Culturales

Cine cubano conquista terrenos en Venecia y Toronto

Por Joel del Río

Entre finales de julio y principios de agosto recibimos sendas buenas nuevas: el documental de largometraje Landrián, dirigido por Ernesto Daranas, es escogido por el decano de los festivales de cine, el de Venecia, y a los pocos días supimos que La mujer salvaje, ópera prima de Alan González, resultaba elegido por el selectivo Toronto International Film Festival, en la sección Discovery, que agrupa solo 26 títulos seleccionados entre lo mejor y más renovador que se hace en 25 países.

Reconocido dentro y fuera de Cuba por varios documentales y filmes de ficción (ConductaSergio y Serguei) Ernesto Daranas es parte de la selección oficial en la edición número 80 del Festival de Venecia, con este filme que estudia y recrea los aportes al nuevo cine cubano de los años 60 del otrora subestimado Nicolás Guillén Landrián. La sección en que se exhibe el filme cubano se titula Venezia Classici, y se dedica a reunir títulos sobre el mundo del cine, sus intérpretes y realizadores.

La edición número 80 del Festival de Venecia presenta grandes apuestas del cine europeo por el León de Oro, entre otras, la nueva película del griego Yorgos Lanthimos, Poor Things, en la cual el personaje que hace Emma Stone se rebela al científico que la resucitó (como una especie de Frankenstein femenina) y se lanza en un viaje empujado por su feroz deseo sexual. También promete sorpresas Dog Man, con la cual el francés Luc Besson demuestra que no es solo un director hábil para el cine de acción más comercial. El imperio, de Bruno Dumont, se ambienta en un pequeño pueblo del norte de Francia que resulta ser campo de batalla de caballeros extraterrestres encubiertos.

Este año destaca el compromiso de los organizadores del Festival de Venecia con el cine latinoamericano. El chileno Pablo Larraín, después de indagar en el pasado dictatorial de Chile a través de la trilogía integrada por Tony ManeroPost Mortem y No, asombra con una extraña vuelta de tuerca en la que el general Pinochet nunca murió, pues se convirtió en vampiro. Y por su parte, el mexicano Michel Franco ha exigido que nada se adelante sobre el argumento de Memory, en la cual consigue la participación de Jessica Chastain y Peter Sarsgaard; al
parecer, la gran actriz interpreta a una mujer poco a poco sumergida en la demencia.

A pesar de que Venecia no podrá contar con el estreno de Dune Part Two, de Denis Villeneuve, anunciada en un principio, tampoco faltarán prometedores títulos norteamericanos como The Killer, de David Fincher, con Michael Fassbender en la piel de un asesino que sufre una crisis de conciencia; Priscilla, de Sofía Coppola, biografía de la sufrida esposa del Rey del rock and roll; y vuelve a la dirección Bradley Cooper con Maestro, que aborda los aspectos más íntimos de la vida del músico Leonard Bernstein. Fuera de concurso se verá The Palace, de Roman Polanski, y Coup de chance, de Woody Allen.

Para inaugurar la sección Giornate degli Autori se estrena Los océanos son los verdaderos
continentes
, ópera prima del italiano Tommaso Santambrogio, rodada en San Antonio de los Baños, con la colaboración de la Escuela Internacional de Cine y TV de esa localidad. Inspirada en un corto del mismo autor realizado en 2019 y con el mismo título, la coproducción cubano-italiana presenta una buena parte de sus intérpretes elegidos entre los pobladores de San Antonio, aunque también aparecen los muy conocidos Osvaldo Doimeadiós y Lola Amores. El productor de terreno fue Ricardo Figueredo, y la fotografía corrió a cargo de Lorenzo Casadio, uno de los más notables directores de foto egresados de la EICTV.

Y como para demostrar que todo «machea» como se dice en argot cinematográfico, el mismo Casadio y Lola Amores desempeñan importantes papeles en La mujer salvaje: él diseña las imágenes, y ella protagoniza esta historia de una mujer que intenta recuperar no solo la custodia sino el aprecio y el respeto de su hijo, en medio de desencuentros reales, cotidianos, que impresionan al espectador por el desgarrado realismo de una película bastante insólita en el cine cubano. Alan González combina con naturalidad, como si fuera fácil, la sordidez dominante con una delicadeza de sentimientos que asume ciertos rigores del melodrama sin dejarse arrastrar por sus desafueros, porque se trata de una película comedida, al mismo tiempo fresca e impactante.

Integrada por 26 títulos, casi todos estrenos mundiales, la sección Discovery incluye 13 filmes, la mitad del total, dirigidos por mujeres, porque el propósito final consiste en ofrecer «una ventana al cine contemporáneo del mundo y presentarle a los públicos las primeras o segundas películas de los más talentosos cineastas», por decirlo con las mismas palabras que los organizadores. Los competidores de La mujer salvaje proceden desde Irán, India, e Indonesia, hasta Italia, Francia, Alemania e incluso la propia Canadá. De América Latina solo fueron escogidos otros dos títulos, además del filme cubano: el mexicano Valentina o la serenidad, y el colombiano La Suprema.

En próximos reportes contaremos sobre la presencia de La mujer salvaje en Toronto, y sobre otras misceláneas informativas relacionadas con ese Festival.

Tomado de Juventud Rebelde

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