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Déficit fiscal en Cuba y las proyecciones para reducirlo

Por Laydis Soler Milanés

El déficit fiscal a pesar de parecer solo un complejo asunto económico, es un problema que nos afecta a todos. Este alcanza todos los sectores de la sociedad y su solución no solo atañe al Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), sino que depende del esfuerzo de los diversos actores económicos y organismos del país.

Este se trata de la diferencia negativa entre los ingresos y egresos en las cuentas públicas (del Estado). Es decir, que se gasta más dinero del presupuesto estatal del que se puede reponer mediante ingresos de la economía como exportaciones, servicios, créditos y otros.

En Cuba, durante la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular de diciembre de 2022, la entonces titular de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, informaba que la política fiscal para el 2023 tiene por premisas fundamentales la necesaria reducción del déficit fiscal y el respaldo al principio de justicia social.

Sin embargo, se proyectaba en el presupuesto anual un déficit de 68 mil 126 millones 600 mil pesos, resultado de ingresos netos por 279 mil 770 millones de pesos y gastos totales por 347 mil 896 millones de pesos, lo que significa una disminución de poco más de 7 mil millones de pesos con respecto al 2022, debido a una pequeña recuperación de los aportes al presupuesto en el período post-pandemia.

Esto impacta, por supuesto, en la cantidad de divisas que se pueden destinar para garantizar gastos en programas sociales y de inversión, pues el déficit indica que los ingresos no serán suficientes.

LAS CAUSAS

Además de las causas más conocidas como el impacto a la economía nacional que supone el bloqueo, se encuentran otras de funcionamiento interno del sector empresarial y la recuperación que conlleva el período después de la pandemia.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe anual Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2020, los países de la región enfrentan una crisis humana y económica provocada por la COVID-19, la cual supuso acciones de respuesta con un eminente gasto en asistencia social y atención médica, además de frenos en las producciones y el comercio.

Esto también afectó al país y no solo a nivel interno, sino también que lo impacta directamente en sus relaciones comerciales, ya que los precios de productos como los alimentos han subido.

Solo en 2020, recuenta el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, la economía cubana decreció en un 10,9% y en la actualidad la recuperación global es de tan solo 3%.

“La caída es mucho más acentuada que la recuperación”, comentó, y añadió que “el PIB por sectores refleja una recuperación asimétrica”. Mientras hay actividades con mayor crecimiento como el turismo y las comunicaciones, los sectores de la producción como agricultura, la ganadería y la industria manufacturera reportan mayores caídas.

Las actividades primarias reportan valores negativos del -34.9%, los secundarias del -20% y las sociales, -4.9%, explicó.  “La situación que está viviendo la población referente a la oferta y los precios tiene, por supuesto, un conjunto de distorsiones. No estamos todavía al nivel del 2019 y tenemos una brecha que es bastante amplia, sobre todo en la industria manufacturera”, dijo el titular de Economía y Planificación.

Por otra parte, informó que tampoco se alcanzan los ingresos previstos en las exportaciones cubanas como el níquel, azúcar, miel y carbón vegetal, aunque en el tabaco, el ron, los productos del mar y los biofarmacéuticos se tienen mejores resultados. “Necesitamos cumplir con las exportaciones para asegurar las actividades que están previstas en el plan de la económica”, advirtió.

Además, la situación económica del país impacta negativamente en la gestión de las empresas estatales, la cuales aportan el 92% de las ventas netas del sistema empresarial del país, el 75% de las exportaciones de bienes y servicios y el 87% del PIB (incluidos los sectores de educación y salud pública).

“Entre los aspectos con mayor incidencia se mantienen la falta de financiamiento oportuno en divisas, los pagos retenidos a proveedores, la insuficiencia de materias primas e insumos, las restricciones en la asignación de combustible y la aplicación, en algunas actividades, de precios y tarifas centralizados que no cubren los costos y gastos de la actividad principal, como mecanismos de protección a la población y la economía”, afirmó.

También son conocidos problemas en su gestión. A pesar de medidas para mejorar su funcionamiento, no se logra concretar el impulso necesario para que vayan adelante.

Además, en medio de este contexto, se mantienen prácticas en el país como la evasión y elusión fiscal.

PRESUPUESTO EMINENTEMENTE SOCIAL

A pesar de la difícil situación, el gobierno cubano mantiene su política de equidad y justicia social, lo que lleva a la puesta en práctica de un presupuesto con un eminente gasto en programas sociales y subsidios a los más vulnerables.

Según comentaban expertos en el programa Cuadrando la Caja, el déficit fiscal se puede financiar por varias formas. Una de ellas es que el Estado venda sus activos (instalaciones económicas y sociales, recursos naturales, por ejemplo), lo que pone en peligro la soberanía, y otra es mediante deudas, que da paso a una trayectoria de deuda que no se pueda contener con respecto al producto interno bruto (PIB).

Los panelistas del espacio televisivo en aquel momento explicaron que en Cuba el déficit presupuestario se financia mediante bonos soberanos que emite ese ministerio y son adquiridos por el sistema bancario nacional. Además, se buscan alternativas de inversiones y relaciones comerciales.

Mencionaron que cuando en otros países el método para reducir el déficit fiscal era hacer recortes en el gasto público y el aumento de los impuestos, conocidos como terapias de choque, en Cuba tales alternativas no se conciben porque van en contra de su proyecto de país. El Estado continúa subsidiando bienes y servicios básicos a la población, a la vez que destina presupuesto a la seguridad social.

PROYECCIONES PARA GENERAR INGRESOS

En el plan de acción para disminuir el déficit fiscal se encuentra generar mayores ingresos mediante servicios y exportaciones. Por ejemplo, el turismo, el principal sector de la economía nacional se recupera a pequeños pasos con respecto a 2019, pero ya hasta julio de 2023 presenta 1.3 millones de visitantes 80% de lo previsto.

En cuanto a las exportaciones, Alejandro Gil comentó que se necesita ingresar al país unos 2 305 millones, con un promedio mensual de 384 millones, para poder cumplir con los planes de importaciones, cuando el promedio mensual del primer semestre fue de 214 millones.

Las importaciones del país en ese primer semestre fueron de 4 368 millones, el 33.8% del plan anual, debido al déficit de divisas en el país. El 91.2% corresponde a empresas estatales y mixtas y el 8.8% a formas no estatales, informó el ministro.

Afirmó, además, que se deben lograr políticas fiscales y tributarias que sean incentivos para la importación de materias primas e insumos que permitan encadenarse con la producción nacional, al contrario de lo que se hace actualmente, que es importar productos terminados. Esto hará que se alcance un aprovechamiento de los recursos y capacidades para una reducción de costos y así tendremos mayores ofertas y precios más asequibles, afirmó.

Por otra parte, explicó que se requieren de transformaciones fundamentales del sistema empresarial, relacionadas fundamentalmente con los mecanismos de acceso a los recursos, la gestión de la fuerza de trabajo, la determinación de los salarios, la formación de precios y las relaciones financieras con el Estado. En ese sentido se trabaja para elaborar la Ley de Empresas, que se presentará este año.

“Se requiere avanzar con mayor celeridad en las medidas que están vinculadas con la captación de divisas, el aumento de las producciones nacionales, el control de la inflación, la estabilidad del sistema eléctrico nacional y de los combustibles y el ordenamiento de las relaciones entre los diferentes actores económicos”, añadió.

Para concluir, el déficit fiscal no será un problema que se solucione de la noche a la mañana. Requiere de un esfuerzo conjunto donde cada parte y mecanismo de control debe funcionar correctamente.

Tomado de Cubahora/ Imagen de portada: Pexels

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