Internacionales

Palestina

Por Ana Hurtado

Decía Eduardo Galeano que el mundo está dividido entre los indignos y los indignados y hay que ver de qué lado está uno.

Vivimos en un mundo que nos tiene acostumbrados a normalizar la injusticia. Es tal el grado de aceptación de la misma, que el silencio es el mayor cómplice y aliciente. El culpable no es solo el que ejecuta, sino el que sabiendo que se está cometiendo un crimen, calla y agacha la cabeza.

Watan Jamil Alabed nació el 8 de enero de 1993 y lo hizo ya siendo un refugiado palestino en Jordania. Es actualmente el representante del Frente Popular por la Liberación Palestina en Cuba, de corte íntegramente marxista leninista. Y está terminando su cuarto año de especialidad en Pediatría en La Habana.

“Somos palestinos, árabes e internacionalistas” es el lema del Frente.

Nació en una familia humilde y comenzó a trabajar con trece años. Su abuelo salió de Palestina a un campo de refugiados en Jordania. Allí nacieron los padres de Watan y sus tíos. Me cuenta que en 1948, tras la Naqba (catástrofe), el campamento estaba formado por carpas de tela, y a día de hoy sigue existiendo, con edificaciones de piedra, donde se amontonan las personas. Donde existe hacinamiento humano y malas condiciones de alcantarillado.

Aun así Jordania alberga los mejores campamentos de refugiados en lo que a condiciones se refiere. Y junto a Líbano y Siria, es uno de los tres países que acogen refugiados fuera del territorio palestino.

El padre de Watan es fontanero (plomero) lleva toda su vida trabajando sin parar. Gente que sale todos los días a ganarse la vida sin saber qué pasará mañana. Jamás habría imaginado lo que la vida le tenía preparado en el camino a su hijo.

Un día antes de Watan inscribirse en la Universidad de Ciencias y Tecnología de la ciudad jordana de Irbid, le avisaron que había sido beneficiado con una beca a la que se había postulado. El Frente Popular forma parte de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) y Cuba otorga becas de estudio a la OLP. Por lo que llega a la isla el 28 de agosto de 2011 para hacer lo que nunca pensó que pudiera realizar en su vida: convertirse en médico. Salvar vidas.

Y desembarcó en la Escuela Latinoamericana de Medicina, uno de los proyectos internacionalistas de Fidel que no solo ayuda a la región Latinoamericana sino que forma profesionales de Medio Oriente, África, Asia y Pacífico desde el 2009.

¿Qué mejor manera de hacer Revolución Internacionalista con los pueblos que la de dar médicos al mundo? Y Watan es uno de ellos. Forma parte del legado de Fidel con los pobre de la tierra, con los que él también vive echando su suerte.

Sueña con trabajar en zona palestina, aún bajo ocupación israelí. Pero en cuanto termine su especialidad tiene claro que volverá a Jordania. A ejercer como médico y como defensor de los derechos humanos.  Como tantos muchos estudiantes de medicina de diferentes latitudes que estudian gratuitamente en Cuba para luego volver a su tierra y poner en práctica lo aprendido.

Lo hemos visto esta mañana de 18 de octubre frente a la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos en La Habana.

Nos hemos dado cita todos. Cubanos, amigos, embajadores, palestinos y todos aquellos que apoyan el fin de esta masacre que está viviendo el mundo. Para que se vea y que ellos mismos sientan que Palestina tiene el apoyo de la gente digna e indignada.

Bassel I. Salem es otro compañero palestino que reside en Cuba desde hace varias décadas.  Su padre de 87 años está dentro de la franja de Gaza. No lo dejan salir, ni a él ni a sus hermanos entrar. La fuerza y el brillo de sus ojos refleja lo que la victoria significa. Lo comentaba en otra columna en semanas anteriores. Hay muchas maneras de vencer.

La primera intifada del pueblo palestino fue en 1987 y la segunda en el año 2000.

Se están dando todos los factores e incluso peores a los anteriores para que se produzca una tercera. El levantamiento de todo un pueblo frente a la masacre.

El pasado 7 de octubre la resistencia palestina atacó la parte sur de Israel. Sí, es verdad. ¿Alguien se ha llegado a preguntar si este ataque es gratuito?

El estado de Israel tiene actualmente, aunque se caracteriza por ello, un gobierno de extrema derecha que somete al pueblo palestino a agresiones diarias. Muchos no lo saben. No sale en los “mass media”. Pero es real. La agresión es continuada.

Este año 2023 se han perdido más vidas humanas en Palestina que en los últimos quince años. Sin hablar de las pérdidas materiales y los continuos ataques a todos los lugares sagrados para el pueblo.  No se puede cuantificar este crimen de lesa humanidad.

Se lleva tiempo avisando a la comunidad internacional desde dentro de Gaza y fuera. Oídos sordos.

Si llenamos un vaso de agua gota a gota es normal que al final se desborde. Es ciencia.

Pero como era de esperar y como llevan décadas haciendo, el Estado de Israel aprovecha este último ataque para darle rienda suelta a la limpieza étnica, genocidio y guerra que están llevando a cabo. Y por supuesto para perjudicar a la solución de los dos estados poniendo en práctica lo que mejor sabe hacer con su socio norteamericano: ejecutar la ilegalidad internacional e influir mediante demagogia a las potencias occidentales.

La Embajada de Palestina en La Habana recibe a sus visitantes con un busto de Yasser Arafat en su entrada. Cuando conocí al embajador, Akram Samhan, solo contemplé el reflejo de su pueblo en su semblante. Transmite una honda preocupación y a la vez paz.

Él pudo explicarme de primera mano la esencia de la lucha y la situación actual. Una lucha que es antiterrorista. Una lucha que en sus propias palabras, es por sus derechos nacionales, por la libertad.  Y debe ser compartida por todas las fuerzas anticolonialistas del mundo. Sin olvidar que la opresión comenzó en 1948 con la agresión a un pueblo al que se le impuso otro estado (Israel) creado por el colonialismo.

Como me expresó claramente el embajador: “Palestina quiere un alto al fuego inmediato y que haya pasos para que las ayudas humanitarias que están en Egipto lleguen a la Franja de Gaza”.

Según Watan, lo que sucedió el 7 de octubre unió a todas las fuerzas políticas palestinas y puso a un lado las diferencias que pudieran existir, frente al genocidio.

¿Qué podemos esperar en los tiempos más cercanos?

El próximo 21 de octubre tendrá lugar en Egipto la Conferencia Internacional de Paz, que ya ha sido planteada hace tiempo tanto por el Gobierno de China, como por los propios palestinos e incluso por el presidente colombiano Gustavo Petro en la pasada cumbre en La Habana del G77 + China.

En esta conferencia el gobierno legítimo de Palestina aprovechará al máximo para pedir el fin de la ocupación sionista.

Joe Biden estuvo ayer en Israel y hoy está en Jordania.  Son socios de guerra y ha ido a darles su apoyo incondicional. Israel quiere quemar toda la zona norte de Gaza para empezar un ataque terrestre (cuando Biden esté fuera de la zona). Ya Hizbullah y otras fuerzas han avisado que si esto ocurre ellos intervendrán en el conflicto.

¿Pero qué estamos viviendo?

Vivimos sometidos a la dictadura del silencio y la mentira. Es inaceptable que la comunidad internacional guarde silencio.

Si no se llega a la conciencia a los hebreos (en palabras del embajador palestino en Cuba) de que tienen un pueblo al lado que necesita tener su identidad, nunca va a haber paz en Oriente Medio.

Ambas infancias deben poder jugar tranquilamente. Tienen la misma sangre, los mismos genes.

El sionismo pretende que se llegue a un nuevo éxodo. Pero parece mentira que no conozcan el heroísmo. El pueblo no se va a ir. Parece también mentira que se les olvide a Moisés vagando por el desierto de Egipto y el éxodo judío del que hablan las sagradas escrituras.  Fueron los primeros en matar a Jesucristo y no tienen piedad con la vida humana, ni de mujeres, ni de niños, ni de hombres ni de ancianos. Tampoco recuerdan Auschwitz.

Sé que hay muchísimos judíos que apoyan al pueblo palestino y su libertad. Haría falta que se planten. Muchos dentro y fuera de Israel se lo están diciendo a su gobierno fascista e inhumano.

No es lo mismo judaísmo que sionismo al igual que no es lo mismo exiliado que refugiado. Un exiliado se va de un lugar por una persecución política.

Y un refugiado huyendo de la guerra y el genocidio.

Esperemos que salga algo fructífero de la Conferencia por la Paz de Egipto. Podría ser un pequeño paso hacia una solución.

Pase lo que pase, si algo pueden tener claro los imperialistas, los asesinos, los sionistas y los colonialistas, porque lo son todo en uno, es que el pueblo palestino no se rinde. Y vence.

Ya su mera existencia es un acto de victoria.

A todos los mártires palestinos.

Tomado de Cubadebate/ Foto de portada: Annalie Rueda / Resumen Latinoamericano

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *