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¿Una posible rival de Trump en el old party?

Por Raúl Capote

Contra todo pronóstico inicial de campaña, una aspirante a la candidatura republicana, Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, se acerca con buen paso a las consideradas «estrellas» de las huestes del old party: Donald Trump y Ron DeSantis.

Un sondeo efectuado por 538/Washington Post/Ipsos determinó que la exembajadora de las Naciones Unidas (ONU) obtuvo el 55 % de aprobación de los ciudadanos que presenciaron el último debate realizado en el Adrienne Arsht Center, en Miami, Florida.

La visión del país que promete hacer realidad Haley, en caso de llegar a la Casa Blanca, ha despertado la atención de algunos multimillonarios dispuestos a apoyar la campaña de la única mujer participante en el proceso para elegir al candidato republicano.

Las declaraciones realizadas recientemente por el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, así lo confirman. Dimon solicitó a los demócratas ayudar a la exgobernadora de Carolina del Sur, en su carrera por la nominación presidencial republicana.

En esa línea, el grupo Americans for Prosperity, brazo político de los multimillonarios hermanos Koch, se pronunció a favor de Haley: «Ella es la visión positiva (de EE. UU.) que necesitamos desesperadamente». Sorprendió a muchos que la red Koch, los arquitectos de la agenda MAGAnomics de Trump, brinden su apoyo a Nikki.

Trascendió que, entre los multimillonarios donantes que se preparan para respaldar a la política, con potentes inyecciones de dinero, figuran Paul Singer y Greg Wendt, grandes líderes del mercado financiero.

Mientras, Ken Langone, multimillonario cofundador de Home Depot, planea reunirse con la aspirante republicana para decidir si se suma o no a la lista de donantes que la apoyan, con el objetivo de vencer a Trump. En 2016, el magnate neoyorquino fue uno de los principales contribuyentes de la campaña del expresidente.

Como si no bastara, la Americans for Prosperity Action (AFP Action) anunció su apoyo a Haley, en una carta dirigida a «líderes de base, activistas y partes interesadas».

Sin embargo, y a pesar del respaldo de estos «pesos pesados», Haley todavía se encuentra por detrás de Donald Trump, a quien los sondeos le dan cifras superiores al 40 %.

No obstante, el auge de su imagen pública la puede convertir en la rival que podría amenazar las aspiraciones del exmandatario, mucho más de lo que ha intentado lograr la frustrada campaña de Ron DeSantis.

En sitios como New Hampshire, considerado clave para ganar las elecciones presidenciales, Nikki Haley figura solo detrás de Donald Trump, y si la exgobernadora ganara en su estado natal, Carolina del Sur, sería un duro golpe para la credibilidad del expresidente.

Una victoria en cualquiera de los estados claves podría ocasionar que el resto de los votantes la vieran como alternativa para enfrentar a Joe Biden, pues en algunos sondeos figura como hipotética vencedora del actual presidente.

Tomado de Granma/ Foto de portada: Reuters

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