Internacionales

En busca de culpables (IV)

Por José Luis Méndez Méndez/ * Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

Algunas críticas, que sustentan la versión de la “sorpresa” israelí, argumentan que el ejército sionista confió demasiado en la seguridad de su muro en el límite con Gaza para avizorar cualquier movimiento. Admiten como una debilidad. el que sus puestos fronterizos eran de alojamiento y no estaban listos para combatir, además la ubicación del cuartel de asiento de la División justo al lado de la valla le restó perspectiva y control sobre las maniobras de la resistencia palestina. En contra de estas aseveraciones están los reiterados informes de las soldados observadoras, que alertaron el inusitado movimiento del lado de la Franja, que sugerían la preparación de lo que sucedió después.

Los hallazgos más importantes de las investigaciones del ejército de “Israel” sobre el ataque del “Sábado Negro” (7 de octubre) mostraron un fallo causado por la ubicación del cuartel general del comando de la División de Gaza en la valla fronteriza. 

De acuerdo con el sitio web del canal israelí Kan, el resumen preliminar realizado un mes después del ataque del movimiento Hamás a las zonas fronterizas, incluye el criterio de combatientes y comandantes de campo.

Los resultados, publicados por primera vez, indicaron como un fallo esencial del ejército israelí la ubicación del cuartel general de mando directo en la valla fronteriza, lo cual dañó su capacidad de mando y control, “hasta el punto de que fue neutralizado por completo durante el ataque”.

Según las indagaciones, el ejército consideró, de manera errónea, colocar bases pertenecientes a la División en lugares vulnerables a un ataque como una ventaja logística, pero reconoció el riesgo de no ser efectivo ese desempeño en caso de guerra. Además, el ejército reconoció que sus puestos fronterizos fueron establecidos para alojar a los mandos, pero no estaban preparados para el combate. Desde su instalación comenzaron a surgir críticas aquí y allá sobre el “muro de seguridad”, terminado el año pasado 2022 con un costo de miles de millones de shekels israelíes.

A criterio de varios analistas, ese obstáculo instalado como valladar de inspiración estadounidense, provocó una reducción de la preparación combativa y les dio una sensación de seguridad, bajo la percepción de riesgo, como si no pudieran asaltarles sin previo aviso. De hecho, “cegó los ojos de los combatientes y comandantes”.

Los funcionarios israelíes siguen intercambiando acusaciones y responsabilizan al primer ministro Benjamín Netanyahu por el fracaso que llevó al éxito de la Operación Diluvio de Al Aqsa. El Premier ha hecho mutis, en espera del desenlace militar en desarrollo inclinado de un solo lado desde el mismo comienzo, para sustentar que es una guerra, cuando en realidad es un genocidio bárbaro.

Lo hasta ahora sustentado con más sombras que luces, es que el día aciago, el Estado de Israel fue testigo de uno de los momentos días más oscuros de su historia. El lance palestino “sorprendió” no sólo a Israel sino también a la comunidad internacional, suscitando preguntas sobre el aparente fallo de uno de los servicios de inteligencia y militares más prestigiosos del mundo. Este análisis pretende profundizar en el papel de la inteligencia, el ejército y el gobierno israelíes en los momentos previos y durante los acontecimientos militares.

Se insiste por propios y extraños, que admitir que Hamás sorprendió a su vecino y enemigo, reconoce la capacidad de esa organización de poder organizar ante las narices de su opresor sistemático, una operación de la envergadura de la preparada en silencio, con la participación de numerosas fuerzas capaces de asestar golpes simultáneos por tierra, mar y aire, de manera coordinada, planificada, con perfección milimétrica, propio de jefes egresados de academias curtidos en tácticas y estrategia, con comunicaciones eficaces para conducir la ofensiva en tiempo real, en vivo y en directo. Cuando se hacen análisis como estos, lo inverosímil de la sorpresa aflora con fuerza.

Los más pesimistas, convencidos de la pérdida de la mística invencibilidad de Israel y sus aliados, han llegado a concluir que la planificación y ejecución de la operación palestina, marcan un giro decisivo en el ya complejo enfrentamiento entre Israel y la resistencia palestina, se habla de paridad, aunque desde el inicio de la ríspida respuesta israelí, lo que acontece tiene pocos visos de confrontación, es en realidad una matanza.

Durante el sabbat, miles de militantes palestinos lanzaron un ataque multifrontal contra objetivos militares y civiles israelíes en una operación denominada “Diluvio de al-Aqsa”. Esta ofensiva, liderada por Hamás y apoyada por la Yihad Islámica Palestina (YIP), fue dirigida contra numerosos objetivos de manera simultánea.

Se insiste en presentar a Israel como víctima y bajo la consigna del derecho a existir y defenderse ha desatado, con todas sus fuerzas, el despiadado exterminio de no solo Hamás, sino de toda la población palestina. En 75 años de confrontación en la llamada Tierra Santa, este enfrentamiento eclipsa a cualquier otro, implicando a una amplia variedad de actores a nivel regional, estatal y sub-estatal. Su simbolismo abarca la lucha por los derechos y la autodeterminación, la importancia histórica y religiosa, y la contraposición cultural. En consecuencia, este conflicto transciende las fronteras locales, influyendo en las alianzas globales debido a su prolongación en el tiempo y naturaleza polarizadora, que tiende además a generalizarse de manera muy peligrosa con la tendencia de sumar cada día a más actores, ya ha salpicado a Siria, Yemen, Líbano y sigue sumando.

Desde su creación, Israel ha mantenido una inteligencia y poder militar de primer nivel, centrando su atención específicamente en la vigilancia de grupos de resistencia armada palestina y sus simpatizantes. Dado este contexto, el mundo se ha mostrado perplejo ante la incapacidad de Israel para anticipar los eventos.

Para poder explicarse lo dudoso, el descalabro lo han calificado como un fallo de inteligencia, lo que plantea varias preguntas: ¿Fue un fallo en la recopilación de inteligencia? ¿Un fallo en la interpretación de la inteligencia recabada? ¿O fue un error de diseminación, al no presentarse adecuadamente la inteligencia a los responsables políticos? Además, la meticulosa preparación de Hamás plantea serias dudas sobre la efectividad de su lucha antiterrorista. ¿Cómo falló el contra-terrorismo israelí en detectar los métodos de recolección de Hamás? La atención también se ha centrado en el gobierno israelí. ¿Fallaron los responsables políticos en tomar las medidas necesarias? ¿Hubo politización de la inteligencia? Cuando se mezclan esos ingredientes, resulta una conclusión que no pocos admiten: el fantasma de la conspiración del ejecutivo, para aprovecharse del pretexto para expandirse, recuperar la autoridad interna y resolver la crisis política.

El pretexto, superó con creces el peor escenario posible para Israel. Sumido en una guerra desatada por estos eventos y que ha conmocionado al mundo, el general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), declaró: “Investigaremos, pero ahora el momento es de luchar”, será contra enemigos invisibles, en su lugar han asesinado a miles de mujeres, ancianos y sobre todo niños. Hasta ahora ningún avión palestino ha incursionado contra territorio israelí, ningún cohete ha caído después del 7 de octubre, mientras la vengativa respuesta ya cobra cerca de 100 000 palestinos entre víctimas mortales no combatientes y heridos, mutilados, así como más de dos millones de emigrantes forsozos.

El desenlace es previsible, el Premier, lo presentará como una victoria del bien sobre el mal, dirá que la sangre judía ha sido vengada, que no se pudo evitar los daños colaterales, producto de las “cruentas batallas”, que el valeroso ejército israelí libró y en resumen llevará meses o años el que se establezca una comisión, que proporcione respuestas oficiales, incluso entonces, dada la naturaleza sensible y clasificada de la inteligencia, es poco probable que todos los hallazgos se revelen al público, languidezca con el paso del tiempo. Nuevos sucesos militares en la región, opaquen lo acontecido.

En consecuencia, se tendrá que depender de la inteligencia de fuentes abiertas, declaraciones de terceros y fuentes no oficiales para reconstruir la comprensión más precisa posible o cómo el ejecutivo de Israel, presente su versión oficial.

Países ahora impasibles ante la barbarie, aporten migajas para restañar la destrucción y bajo las condiciones de Israel, la Franja de Gaza, se convierta en un recinto turístico a visitar, que rememore el holocausto palestino.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Mostafa Alkharouf / Anadolu

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *