Internacionales

Censura en las redes sociales: el estercolero del siglo XXI

Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Cuenta la fábula que, alguna vez en la historia, a la verdad le gustaba exhibir sus vistosos ropajes, caminaba entre los hombres segura de sí misma, mientras que la mentira no se atrevía a mostrar sus miserables ropajes.

Sin embargo, esto cambió un día, a la mentira le roía la envidia y estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de suplantar a la verdad y salir a la calle vestida con sus ricos atuendos, la invitó, so pretexto del calor reinante, a bañarse en una fuente, esta aceptó la invitación, se desvistió, colocó la ropa a un costado de la fuente y se sumergió en el agua, entonces le robó sus vestidos y huyó.

Desde entonces la mentira se pasea entre los hombres disfrazada de verdad y la gente prefiere verla y celebrarla antes que escuchar a la verdad desnuda.

Sobran en los tiempos que corren los ejemplos de la falsedad disfrazada de verdad, un ejemplo es la censura a la reciente entrevista realizada al presidente de Rusia, Vladimir Putin, por el periodista, Tucker Carlson.

El video de la entrevista cuenta con más de 195 millones de visualizaciones en la plataforma X, mientras que en Facebook acumula solo 143.000 reproducciones.

La red social Facebook (propiedad de Meta*) restringió la difusión de la entrevista, el comentarista político, Ian Miles Cheong, reportó que, “a petición de la Casa Blanca de Biden, Facebook limitó considerablemente la distribución de la entrevista de Tucker Carlson con Putin en su plataforma”.

Cheong afirmó que el director general de Meta, Mark Zuckerberg, “parece dar más prioridad a mantener relaciones favorables con la Administración Biden que a la verdad, potencialmente a expensas de su empresa”.

No es una novedad, la mentira es dueña y señora de los predios de Facebook, ninguna otra red castiga con más rigor a todo aquel que intenta “infringir” lo establecido por el poder global, cruzar la línea cuesta censura, limitaciones o la prohibición del uso de los servicios.

Escribir sobre el genocidio israelí, denunciar la barbarie sionista, es razón para que la “tropa” de Mark Zuckerberg, actúe y silencie a los “infractores”.

No se puede hablar de la culpabilidad de la CIA en la voladura de los gasoductos Nord Stream o del papel de la OTAN en la guerra en Ucrania.

Otras redes, no se quedan atrás, YouTube, no es tan descarnada como Facebook, pero tiene normas muy estrictas sobre determinados temas y limita cualquier mención favorable a Rusia o a la Operación Militar especial que ese país desarrolla en Ucrania, los youtubers que tocan esos temas, tienen que andar con “pies de plomo” porque son sancionados y pueden perder su Canal.

Los espacios que defienden a la Revolución cubana, son limitados se falsean las estadísticas y se restringe el acceso de los seguidores a los programas, en el caso de Meta, es aún peor, Facebook es rígido con el tema Cuba.

Las campañas de descrédito contra la colaboración médica cubana, asistencia que ha salvado a miles de vidas en todo el mundo, es realmente insólita, negar el valor de los médicos y enfermeras de la Isla y presentarlos como esclavos, es un acto escandaloso, una infamia que merece la repulsa de toda la humanidad.

Presentar a genocidas confesos como héroes, a sumisos vendepatrias como ejemplo de demócratas, traspasó los límites de la decencia y convirtió a las redes sociales en un verdadero estercolero.

Son las grandes transnacionales que defienden los intereses del poder global del que forman parte, son negocios privados que buscan en primer lugar la ganancia a toda costa y trabajan de manera orgánica con los servicios especiales, en la batalla simbólica por defender los valores de la sociedad de consumo.

El poder global ha convertido a la mentira en emperatriz de la palabra, se miente con un desenfado criminal, no se puede afirmar de otro modo, ocultar las fechorías sionistas en Gaza, garantiza la impunidad de los asesinos, colocar a los ladrones en el papel de héroes, denigrar valores humanos como la solidaridad, no es solo complicidad es crimen.

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

Foto de portada: AP.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *