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Argentina: Se fue físicamente el Comandante Montonero, Roberto Perdía, pero sus ideas ya han sido sembradas

Por Carlos Aznárez/ Resumen Latinoamericano.

No podemos engañarnos, hay golpes que duelen más que otros. Y la muerte de un compañero como Roberto Cirilo Perdía pega duro a todos los que, en varios momentos del pasado, transitamos juntos o estuvimos muy cercanos. El Pelado Perdía fue siempre un gran constructor de ideas liberadoras, de esas que no admiten quedarse en el discurso sino que exigen en todo momento transformarlas en acción directa para demostrar que son auténticas. Proveniente de una experiencia social cristiana en los años 60, no pasó mucho tiempo para que encontrara en el peronismo, y sobre todo en su variante más revolucionaria, un lugar para desarrollar la enorme tarea de pensar en darlo vuelta todo para que el mundo no sea un máquina de triturar gente sino un sitio donde los explotados y explotadas de siempre dejen de serlo.

Así fue, como en los años 70, con la caída en combate del Che muy cercana, y la necesidad de radicalizar el nivel de rebeldía, es que no solo se enrola en la lucha armada montonera, sino que por su valía pronto logra las estrellas de Comandante. Desde allí en adelante, una veces en la superficie, irradiando optimismo entre la compañerada de los barrios y en las coordinadoras fabriles, o en la clandestinidad, moviéndose como el pez en el agua para que no decaiga la esperanza de la lucha, soportó, como muchos, el poder criminal estatal de la Triple A, y luego la perversidad destructora de la dictadura militar.

En todos esos años, el Pelado, como todo aquel que no se mira el ombligo, tuvo errores y aciertos, pero nadie podrá discutirle su grado superlativo de entrega a la militancia. Incluso, cuando ya instalada esta caricatura institucional (tan bien denunciada por él en su libro “Prisioneros de esta democracia”), lo encarcelaron junto con el compañero Fernando Vaca Narvaja. De esa experiencia, salió más convencido que nunca que la lucha continuaría, y sin ningún tipo de problemas, él que fuera uno de los jefes de miles de combatientes en la década setentista, metió los pies en el barro, pateó los barrios más humildes, y supo hacer lo que mas sabía, formar y organizar para la pelea. Para ello, la OLP (Organizaciones Libres del Pueblo) que fundara con otros compañeros, fue la herramienta que precisaba en esa etapa. Ni qué hablar de su trabajo incansable en la defensa de presas y presos políticos en la Gremial de Abogadxs que pusiera en marcha con Eduardo Soares y otros militantes populares.

Años después, esas mismas ganas de seguir abonando el camino de la militancia, sin casarse con el progresismo y teniendo siempre como enemigos a oligarcas, capitalistas y vendepatrias, puso -pusimos- sus ganas en otra estructura organizativa, la OLP-Resistir y Luchar.

Odiado por los energúmenos de la derecha, y respetado por todos los sectores del amplio campo popular, Roberto es de esa clase de compañeros que jamás aflojaron, ya que su sueño seguía siendo el de la Revolución. Cuando le preguntaron alguna vez si se arrepentía de su pasado, no dudó en responder: “Para mí la palabra no es arrepentimiento. Sí hay un dolor de todo eso y es un dolor colectivo, de la sociedad. Y fundamentalmente un dolor mucho más profundo en el sentido que aquellos sueños de miles de compañeros no se pudieron realizar”.

Hoy, cuando nos toca despedirlo, en el marco de una Argentina secuestrada por un grupo faccioso de la ultraderecha que está dispuesto a destruir a las y los trabajadores y a amplios sectores de la sociedad, no podemos menos que recordar de qué pasado glorioso venimos, y con el espíritu rebelde y el legado del Pelado, comprometernos a que como hizo él, nunca dejar de soñar en la victoria definitiva contra quienes tanto mal le han hecho a este pueblo.

Querido Roberto, tus ideas nunca serán derrotadas, porque son rebeldes y rojas como la estrella del Che y la Federal de Facundo, el Chacho y Felipe Varela. Este 24 de marzo, en la Plaza y con el calor de las multitudes que no olvidan, no perdonan ni se reconcilian, estarás marchando como siempre a nuestro lado, junto a Amorcito y los 30 mil compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos.

Nuestras condolencias a su compañera Amor y a toda su familia.

Hasta la victoria siempre, compañero.

Roberto Perdía junto a Carlos Aznárez en el acto en la expenintenciaría, recordando los fusilamientos del 9 de junio de 1956

Presentando su libro “Prisioneros de esta democracia”

Marchando un 24 de marzo

Fotos: Resumen Latinoamericano / En portada: Perdía en el acto por el Día del Montonero.

Tomado de Resumen Latinoamericano – Argentina.

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