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La brecha entre EE.UU. e Israel se amplía en medio de la tensa disputa sobre la guerra de Gaza

El Gobierno de Joe Biden sigue defendiéndose de las reacciones adversas tras desviarse de su rumbo anterior y abstenerse en la votación de una resolución del Consejo de Seguridad de ONU que exigía un alto el fuego inmediato entre Israel y el grupo palestino Hamás en Gaza. Lo sucedido reforzó el creciente desacuerdo entre EEUU e Israel.

Aunque muchos expertos creen que la abstención no fue más que una maniobra de relaciones públicas, Israel y los dos partidos del Congreso de EEUU han reaccionado.

Al tiempo que el primer ministro Benjamin Netanyahu canceló el viaje de una delegación de alto nivel a Washington, los indignados legisladores proisraelíes de la Cámara de Representantes han arremetido contra Joe Biden por lo que consideran un alejamiento de la política estadounidense de apoyo a Israel. Tanto demócratas como republicanos están indignados por la abstención.

El senador demócrata John Fetterman publicó en las redes sociales que era “espantoso” que EEUU permitiera la aprobación de la resolución.

El representante Josh Gottheimer se mostró igualmente “conmocionado”. Otro demócrata, el representante Tom Suozzi destacó que la abstención había “envalentonado” a Hamás.

El republicano de la Cámara de Representantes Antony D’Esposito presentó el 26 de marzo una resolución en la que declara que “cualquier resolución del conflicto entre Israel y Hamás solo debe tener lugar con la plena cooperación y aprobación de Israel en cada paso del proceso”.

También insistió en que EEUU “debe seguir apoyando a Israel y no debe intentar obligar a Israel a tomar ninguna medida que vaya en contra de sus intereses”.

El revuelo de reacciones de los legisladores siguió al desafío diplomático cuando Israel canceló la visita de una delegación de alto nivel a Washington. La reunión se había convocado a petición de Biden y estaba supuestamente planeada para debatir “alternativas” a una ofensiva israelí prevista en la ciudad meridional de Rafah, en Gaza.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, permaneció en Washington para entrevistarse con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en el Pentágono. Tras la reunión, Gallant declaró que los “objetivos de Israel son simples: tenemos que destruir a Hamás como organización militar y de Gobierno en Gaza (…) Significa que hay que destruir el marco militar”.

Inmediatamente después de la votación de la ONU, se produjo un intercambio de tensa retórica entre EEUU e Israel. La oficina de Netanyahu hizo pública una declaración en la que afirmaba que Hamás había “rechazado todas las ofertas estadounidenses de compromiso, al tiempo que celebraba la resolución del Consejo de Seguridad”. Añadió que la postura de Hamás “atestigua el daño causado por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”.

En respuesta, el portavoz del Departamento de Estado, Matt Miller, rechazó las afirmaciones por “inexactas en casi todos los aspectos” e “injustas para los rehenes y sus familias”. La postura de Hamás durante las negociaciones sobre los rehenes se formuló antes de la votación de la ONU, destacó Miller en una rueda de prensa. Washington se negó a “participar en distracciones retóricas sobre esta cuestión”, agregó.

Anteriormente, el 25 de marzo, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró en una sesión informativa que el voto estadounidense “no representa un cambio en nuestra política”. Kirby también indicó que EEUU estaba “perplejo” por la respuesta oficial de Israel, alegando que la resolución no era vinculante.

A medida que se acercan las elecciones presidenciales estadounidenses, Joe Biden se ha visto sometido a una creciente presión por la postura de Estados Unidos en la última espiral mortal del conflicto palestino-israelí. Los últimos sondeos indican que Biden corre el riesgo de perder las elecciones de noviembre tras enfurecer a gran parte de la base de su partido, incluidos los votantes árabes estadounidenses de estados indecisos como Michigan.

Recientemente, seis demócratas de la Cámara de Representantes enviaron una carta al mandatario estadounidense en la que ponían en duda la continuidad de la ayuda estadounidense a Israel mientras el Gobierno de Netanyahu sigue bloqueando la entrada de ayuda humanitaria en la asediada Franja de Gaza, donde más de 32.000 palestinos han muerto desde que comenzó la ofensiva militar israelí en octubre.

Tomado de Sputnik / Foto de portada: AP.

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