Internacionales

El Imperio de la necedad: la era de la estupidez humana

Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

La necedad, esa entrañable compañera de viaje del Homo sapiens, ha sido objeto de burla y reflexión en sainetes, operetas, canciones, poemas, tratados filosóficos, uno pensaría que, con tanta los avances científicos, y hasta evolutivos del ser humano, la estupidez estaría en vías de extinción, como el dodo o la decencia en la política.

¡Pero no! Lejos de disminuir, gracias a la sobrecarga de estereotipos simplones dignos de un meme de gato, y a esa maravillosa capacidad de vulgarizar la realidad hasta convertirla en un reality show de tercera categoría, se ha extendido, multiplicado y diversificado.

¡La estupidez ya no es solo privilegio de unos pocos, ahora es un buffet libre donde todos podemos atragantarnos! Es que, señoras y señores, la humanidad está haciendo un esfuerzo titánico para demostrar su capacidad de auto-sabotaje.

Destruimos el planeta con la misma alegría con la que un niño destroza un pastel de cumpleaños, promovemos guerras con la misma facilidad con la que cambiamos de calcetines y despreciamos el conocimiento, la historia y la cultura.

Pero lo más preocupante y quizás, lo más divertido desde un punto de vista puramente antropológico, si no fuera por las terribles consecuencias de sus actos, es la calidad de nuestros líderes mundiales.

Parece que hemos instaurado un concurso para ver quién es el más incapaz e ignorante. Y los concursantes, ¡vaya que se lo toman en serio!

Ejemplos de políticos enfermos de estulticia, esos adalides del pensamiento tan profundo como un charco, abundan, tenemos varios ejemplos al norte de la Isla, y entre los líderes actuales de Europa, que parecen competir por ver quién hace el ridículo más espantoso en la escena internacional, la competencia es feroz.
Ignoramos la evidencia científica abrumadora sobre el calentamiento global y sus consecuencias catastróficas, priorizando intereses económicos a corto plazo sobre la salud del planeta y el futuro de la humanidad.

Iniciamos guerras basadas en información falsa, en pretextos inventados o exagerados, causando la muerte de miles de personas, la destrucción de infraestructuras y la desestabilización de regiones enteras, demostrando una falta de empatía y un gran desprecio por la vida y la dignidad humana.

Utilizamos las redes sociales para lanzar insultos, difundir noticias falsas o hacer comentarios inapropiados, dañando la imagen pública de otros y generando conflictos innecesarios.

Creemos en teorías de conspiración sin fundamento, mientras propagamos en los medios ideas absurdas sobre planes secretos, sociedades ocultas o extraterrestres, demostrando una falta de pensamiento crítico y una predisposición a dejarnos engañar.

Se consume y crea con placer contenido basura en exceso, desperdiciando el tiempo y limitando el desarrollo intelectual, mientras guardamos silencio ante los crímenes más atroces contra pueblos indefensos.

Así que, mientras contemplamos este espectáculo dantesco con una mezcla de horror y fascinación solo nos queda preguntarnos: ¿Llegaremos a tiempo para presenciar el apocalipsis estúpido, o la sandez nos consumirá antes? ¡Hagan sus apuestas!

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

Fotos: Creadas por AI.

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