Bolivia lista para definir su futuro: comicios del 17 de agosto
Por Ricardo Pose
El próximo domingo 17 de agosto, Bolivia vivirá una jornada electoral decisiva. Más de 7.5 millones de ciudadanos están habilitados para elegir a sus nuevas autoridades legislativas y presidenciales, en unos comicios que podrían extenderse hasta una segunda vuelta prevista para el 19 de octubre, en caso de que ningún candidato alcance la mayoría absoluta.
La cifra incluye a 369.931 bolivianos residentes en 22 países, quienes ejercerán su derecho al voto de forma consular, evidenciando la dimensión transnacional de la diáspora boliviana. Para garantizar la transparencia del proceso, el Tribunal Superior Electoral (TSE) habilitó 3.733 recintos electorales distribuidos en todo el territorio nacional.
Un mosaico electoral complejo
Los electores deberán definir la fórmula presidencial, además de elegir 36 senadores, 130 diputados, siete representantes de circunscripciones especiales, indígena, originario, campesinas y nueve representantes parlamentarios ante organismos supranacionales. Esta arquitectura institucional refleja la compleja estructura del Estado Plurinacional boliviano.
Aunque el TSE habilitó inicialmente nueve organizaciones políticas, la contienda se ha concentrado en siete fuerzas principales que mantienen candidaturas activas:
- Autonomía Para Bolivia (APB-Súmate), con Manfred Reyes Villa
- Alianza Libertad y Progreso (ADN), encabezada por Jorge “Tuto” Quiroga
- Alianza Popular, que postula a Andrónico Rodríguez
- Alianza Unidad, con Samuel Doria Medina
Partido Demócrata Cristiano (PDC), representado por Rodrigo Paz - Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP), con Eduardo del Castillo
- Alianza Fuerza del Pueblo, que presenta a Jhonny Fernández
Los protagonistas de la contienda
Samuel Doria Medina: ficha del empresariado
El candidato de Alianza Unidad representa la aspiración de un proyecto político de centroderecha. A sus 66 años, el empresario paceño afronta su cuarto intento presidencial, después de participar en 2005, 2009 y 2014.
Catalogado como el segundo empresario más influyente de Bolivia según Bolivian Business —solo superado por Marcelo Claure—, Doria Medina figura entre los 500 empresarios más reconocidos de América Latina y el Caribe, según Bloomberg. Su trayectoria incluye el paso por el Ministerio de Planeamiento y la fundación de Unidad Nacional en 2003, tras su salida del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Jorge “Tuto” Quiroga: el retorno de la derecha tradicional
El cochabambino de 65 años encarna la opción de la derecha tradicional boliviana. Expresidente entre 2001 y 2002, Quiroga cuenta con una trayectoria institucional que incluye la vicepresidencia bajo Hugo Banzer (1997-2001) y el Ministerio de Finanzas durante la gestión de Jaime Paz Zamora.
Sus vínculos con Estados Unidos lo posicionan como el candidato de los sectores económicos dominantes y transnacionales, aunque, en público, insiste en mantener una línea independiente respecto a Washington. Durante el gobierno interino de Jeanine Áñez, ejerció brevemente como portavoz internacional del país.
Andrónico Rodríguez: la nueva generación
El senador representa la renovación generacional dentro del movimiento sindical. A sus 36 años, Rodríguez construyó un liderazgo orgánico desde las bases cocaleras, ascendiendo desde las organizaciones juveniles hasta convertirse en Secretario Ejecutivo de la Federación Mamoré Bulo Bulo.
Su formación académica —Ciencias Políticas, Maestría en Seguridad, Defensa y Desarrollo, y diversos diplomados— complementa su experiencia política. Como presidente del Senado, logró ratificarse en cinco ocasiones con amplio respaldo, consolidando su perfil institucional.
Manfred Reyes Villa: un político exmilitar
El alcalde de Cochabamba llega con una trayectoria marcada por controversias judiciales. Ex militar y empresario, Reyes Villa gobernó Cochabamba entre 1993 y 2000, ejerció como prefecto departamental hasta 2008 y ya compitió por la presidencia en 2002 y 2009.
Su historial incluye un exilio en Estados Unidos entre 2009 y 2019, tras enfrentar múltiples demandas judiciales. Su regreso durante el gobierno interino de Áñez le permitió reconquistar la alcaldía cochabambina, aunque en 2022 fue condenado a prisión por una expropiación de hace más de 25 años.
Eduardo del Castillo: la continuidad del MAS
El candidato del oficialismo enfrenta el desafío más complejo. El abogado cruceño de 36 años llegó al Ministerio de Gobierno en 2020 y permaneció en el cargo hasta mayo de 2025, convirtiéndose en una de las figuras más visibles del gabinete de Luis Arce.
Militante del MAS desde 2005, del Castillo construyó su carrera entre la función pública y la asesoría parlamentaria, especializándose en temas de justicia y migración. Su candidatura representa el intento del oficialismo por renovar liderazgos tras las fracturas internas del partido.
La sombra de Evo y el voto nulo
La campaña electoral se desarrolla bajo tensiones. El expresidente Evo Morales, quien no pudo inscribirse como candidato presidencial con ningún partido que tenga personalidad jurídica vigente, desde su bastión en el Trópico de Cochabamba, impulsa activamente el voto nulo como forma de protesta política. Esta estrategia responde a las tensiones internas del MAS y su rechazo tanto al gobierno de Luis Arce como a las candidaturas opositoras.
En su cierre de campaña en Entre Ríos, Morales radicalizó su discurso: “Cuando el Estado no respeta los derechos del pueblo, es un derecho la sublevación y la rebelión. Esta va a ser una rebelión democrática contra un Estado corrupto, un gobierno corrupto y toda la derecha que está en la lista de candidatos”.
Con los resultados del domingo 17 se verá si Bolivia logra construir consensos mínimos para enfrentar sus desafíos estructurales. O si, por el contrario, profundiza su crisis de gobernabilidad. Será un referéndum sobre el modelo de país que los bolivianos quieren construir para las próximas décadas.
Fuente: teleSUR
Foto: EFE
