Internacionales

Todos Santos vs. Halloween en Bolivia

Por Jorge Petinaud Martínez.

La celebración de la Festividad andina de Todos Santos, fecha en que los bolivianos rinden tributo a sus familiares muertos, trae a mi memoria una entrevista con un joven y brillante intelectual, Willy Flores, fallecido lamentablemente durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez.

El diálogo transcurrió en la sede de la Casa del Artista el 1 de noviembre de 2019, con el trasfondo del golpe de Estado en marcha contra el Gobierno del expresidente Evo Morales, y en ese contexto Flores encabezaba el enfrentamiento cultural entre la tradición de raíz andina y la anglosajona de Halloween.

Resulta impresionante cómo las redes sociales nos han enredado, antes Espartaco era un hombre libre, pero lo encadenaron para que no pudiera hacer revoluciones, sin embargo, esas cadenas las tenemos hoy en la cabeza”, afirmó Flores en entrevista exclusiva con Prensa Latina.

Director del grupo de teatro Albor y autor de la versión teatral sobre Las venas Abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, presentada exitosamente en varios continentes, Flores fungía también como coordinador de la programación de la entonces Casa del Artista, en esta urbe gubernamental.

Preocupado por lo que denominaba colonialismo cultural, el intelectual reflexionó sobre el arraigo en la región de una tradición de origen anglosajón como la de Halloween, en contraposición de otra de origen ancestral, la de Todos Santos.

Halloween -contracción del inglés All Hallows Eve (víspera de todos los santos, Noche de Brujas o de Difuntos)-, es una celebración moderna surgida del sincretismo.

Sus raíces están vinculadas con la tradición celta del Samhain -fin del verano- y la festividad cristiana del Día de Todos Santos, impuesta durante la colonia en la actual América Latina por la iglesia católica, y que se celebra el 1 de noviembre.

Con máscaras y disfraces de figuras monstruosas, miles de personas esperan este acontecimiento en la noche del 31 de octubre, sobre todo en Estados Unidos, por esta vía la costumbre se expandió hacia Iberoamérica y ganó adeptos especialmente entre los jóvenes.

En la casa del artista

Flores consideraba que en la época de las redes sociales “los chicos son piezas fáciles porque carecen de una información de la riqueza cultural enorme que tenemos los latinoamericanos”.

Sobre esa base, el coordinador de las actividades de la Casa del Artista consideraba que son más vulnerables a adoptar propuestas como Halloween o el reguetón más simple y vulgar como prácticas, a veces, incluso, estimulados desde pequeños por sus padres.

Pero Bolivia tiene una capacidad, una tradición, una riqueza cultural impresionante -comentó Flores a esta agencia de noticias-, y a partir de este criterio ideamos La Ruta de Todos Santos, recorrido desde la Casa del Alba Cultural hasta la contigua del Artista”.

En forma de puesta en escena, Albor, otras agrupaciones teatrales y músicos de la Pinkillada explicaron a cientos de visitantes el contenido de esa tradición arraigada en la cosmovisión andina.

Con ese proyecto lanzaron un desafío a espacios públicos y privados para en propuestas de este tipo difundir la cultura boliviana.

Existen en Bolivia muchas Casas del Terror, costosas, que ofrecen recorridos como oferta de recreación en la fecha, sin embargo, esta propuesta basada en nuestra cultura hizo felices desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el del día 2 a cientos de personas”, explicó.

Flores aspiraba entonces a que tras esa experiencia, en 2020 los elencos artísticos crearan rutas con cuentos andinos y costumbres basadas en la identidad del Estado Plurinacional, idea frustrada por el golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019 y su prematura muerte en sospechosas circunstancias.

“No pretendemos que desaparezca la celebración de Halloween, pero aspiramos a estar al menos 50 por ciento a 50 por ciento -comentó a Prensa Latina-, eso sería un gran logro porque ahora estamos 90 a 10”, subrayó.

Héroes de Nuestramérica

En la mesa instalada en la Casa del Artista resaltaban la imagen de Simón Bolívar, Fidel Castro, Che Guevara, Hugo Chávez y otros héroes de la lucha por la verdadera independencia de América Latina y el Caribe o lo que Flores denominaba el Abya Yala.

Todos estos héroes vinieron al mediodía del 1 de noviembre con motivo de la Fiesta de Todos Santos y el 2, a esa misma hora los despedimos, pero seguirán aquí con nosotros”, indicó el director del grupo Albor y del recorrido cultural Ruta de Todos Santos.

Según la tradición andina, cada año al llegar noviembre retornan los espíritus (ajayus) de los seres queridos ya fallecidos.

A ellos se les espera con altares armados para los difuntos conocidos como apxatas con alimentos, bebidas y, sobre todo, las tantawawas, elementos de especial significado en esta festividad.

En Bolivia, esta tradición se mantiene como una de las costumbres que sobreviven frente a un marcado sincretismo cultural, que pervive en la práctica y es transmitida de generación en generación.

Los sabios aymaras o amautas reiteran en sus prédicas que venimos de un Wiñay Marka (Pueblo Eterno), adonde volveremos, y por tanto la muerte no existe, pues el fallecimiento de un ser querido significa su retorno al pueblo del que partió.

“En estos momentos tan tensos -declaró Flores a esta agencia de noticias apenas a nueve días del derrocamiento del expresidente Evo Morales-, por el golpe de Estado que se intenta imponer en Bolivia con la injerencia de las trasnacionales, del imperio, ellos nos están recargando con su energía, nos dan su ajayu revolucionario».

Reiteró el director artístico que las almas de esos héroes se marcharon al mediodía del 2 de noviembre, pero desde las 12 del día hora local del primer día del mes estuvieron con los bolivianos y les dejaron su fortaleza, sus convicciones.

Explicó Flores que al mediodía del 2 de noviembre los despidieron, y como siempre estarán ahí, en el Wiñay Marka de los andinos junto con el pueblo boliviano.

Fidel está vivo en nuestras mentes, nuestro Tupac Katari, nuestra Bartolina Sisa, Zárate Willka, ahí podemos ver al Che, Tania la guerrillera, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi…, tantos hombres y mujeres que dieron su vida por la liberación”, expresó mientras señalaba las imágenes en el centro del altar.

La plática transcurrió ante un retablo iluminado con velas en el que, desde el mediodía del 1 de noviembre, se observaba caña de azúcar, que según las creencias andinas aporta energía y da apoyo a los caminantes como un bastón; flores de distintos colores, muchos dulces y frutas.

Resaltaban entre las ofrendas las tantawawas o figuras de pan a las que se les pone una máscara de yeso, que representan a los difuntos.

También el altar incluye pan en forma de escalera, para ayudar a las almas a bajar al mundo de los vivos, bizcochuelos suaves, horneados en un molde de papel y forma rectangular, que representan el ataúd en que partió el ser querido, y también pan en forma de caballo, como ayuda para la carga que acompaña a quien debe partir el mediodía del 2 de noviembre.

No puede faltar la cebolla en flor, con su rica carga de agua, cuya función es la de satisfacer a las almas que llegan sedientas después del largo viaje.

Esa es la magia de nuestra cultura, nuestras tradiciones, y lo poco que podemos hacer es colocar aquí sus retratos y darles la posibilidad de que lleguen para que sus almas estén con nosotros”, concluyó el luchador contra el colonialismo cultural, a quien Prensa Latina rinde tributo en esta fecha.

 

Tomado de Prensa Latina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *