¿La carrera espacial podría derivar en un conflicto bélico entre potencias?
La actual urgencia por dominar la escena espacial ha sustituido la cooperación por la competencia, lo que podría acarrear serias consecuencias para el planeta Tierra en caso de una confrontación bélica en esa dimensión, apuntaron especialistas del área en un diálogo con Sputnik.
En los últimos años, los intereses de las grandes potencias militares del planeta se han acentuado en su exploración del espacio, como permite ver, por ejemplo, que en 2019 Estados Unidos creó una Fuerza Espacial Militar, integrada a su fuerza aérea.
Además, en octubre de este 2022 físicos de China simularon una explosión nuclear en el espacio, que desató controversia. En ese mismo mes, Rusia llamó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a pensar medidas para evitar un conflicto militar en el espacio, en un escenario donde también va en aumento el interés del capital privado de fomentar el comercio y el turismo más allá del planeta.
El profesor de ingeniería aeroespacial Antonio Gil Vicente de Brum, en ejercicio en la Universidad Federal de ABC, y el profesor de astrofísica Alexandre Zabot, de la Universidad Federal de Santa Catarina, conversaron con Sputnik sobre la importancia estratégica del espacio, en aumento, y los riesgos de una confrontación entre potencias en ese ámbito.
La disputa por el espacio no es reciente, recordó Brum, pues ya en la década de 1950 se vivió un escenario similar durante la llamada Guerra Fría, que confrontó a la Unión Soviética con Estados Unidos.
“La carrera espacial colocaba frente a frente a los países dominantes después de la Segunda Guerra, los dos modelos de mundo enfrentado. Ganar esa disputa significaba ser el mejor pais, el mejor modelo del mundo, más capaz y más poderoso”, apuntó.
“El espacio representa el punto de vista más alto. Como en las guerras de la Edad Media, donde el sujeto fijaba su posición estratégica en lo alto, esperando a quien se aproximara desde una parte más baja. Dominar el espacio confiere amplia capacidad estratégica militar”, abundó.
Actualmente, distinguió el universitario, el espacio ha ganado importancia económica y política, pues aspectos globales como la administración urbana o el aprovechamiento de los recursos naturales dependen de información satelital.
Los satélites, recordó, están comprometidos en la navegación, la geolocalización, la meteorología, la comunicación, la observación y hasta el lanzamiento de misiles. “Hasta las guerras son espaciales hoy en día. En la Guerra del Golfo la televisión transmitía imágenes de satélites que mostraban objetivos seleccionados e identificados, y después los misiles que eran disparados y alcanzaban el objetivo. O sea, hoy en día todo depende del espacio”.
Pese a este escenario, la cooperación ha sido fundamental para el desarrollo del conocimiento espacial, toda vez que las actividades del ámbito suelen ser muy costosas y demandan un alto nivel de especialidad, subrayó el universitario. Sin embargo, la nueva perspectiva apunta al lucro y a perspectivas como la explotación de recursos naturales allende la Tierra, agregó.
Un elemento físico que contribuye a la conquista espacial es que en la Luna la gravedad es seis veces menor que en la Tierra, explicó el académico, por lo que es mucho más fácil construir ahí grandes naves.
La cooperación, ejemplificó, fue central para crear la Estación Espacial Internacional, pues varias misiones se trasladaron parte por parte para después montarlas en el espacio. Hacer algo similar en la Luna, agregó, permitiría lanzar desde el satélite natural una misión hacia Marte.
Sin embargo, la cooperación está siendo superada por la competencia en un escenario donde buscan el dominio científico y tecnológico fuerzas económicas y políticas como China, Rusia, Estados Unidos y la India, consideró Brum, un escenario al que además se suman las grandes empresas, como la SpaceX que preside el magnate Elon Musk, con acompañamiento de la Casa Blanca.
Esta competitividad apunta a la posibilidad de un choque militar por el dominio del espacio, sin embargo Brum consideró que el riesgo de un conflicto no es inminente al menos por ahora.
“Los principales interesados en que eso no acontezca son las propias potencias, que tienen muchos recursos en el espacio, ellos tienen muchos objetivos en el espacio. Si comenzaran a destruir los satélites de unos y otros, quienes van a perder más serían ellos. Dado que sus economías están prácticamente basadas en esos recursos espaciales, no es buen negocio fomentar una guerra en ese sentido ahora”, distingue.
Además, apuntó a que ya existe un tratado internacional creado en 1967 por Naciones Unidas que promueve el manejo pacífico de los recursos espaciales con criterios civiles, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, además de que impide que ninguna nación reclame soberanía sobre el territorio espacial.
Tomado de Sputnik / Foto de portada: NASA.