En cualquier lugar: En firme
Por Ana Hurtado.
Decía el poeta que podía escribir los versos más tristes aquella noche. Yo no puedo decir lo mismo. Esta noche puedo escribir líneas llenas de esperanza.
El pasado fin de semana significó un antes y un después en la lucha contra el Bloqueo a Cuba y las atrocidades a las que Estados Unidos somete a este pueblo.
Los tiempos cambian, las generaciones con ellos, pero hay algo que no lo hace: la RESISTENCIA de una Patria que vive inmersa en el odio de un gobierno extranjero y de sus dirigentes. Da igual si demócratas o republicanos. Ha habido cantos de sirena, pero al final, siguen torturando a un pueblo -de manera silenciosa-, de todas las formas posibles en las que se hacen las nuevas guerras.
A estas alturas, bien sabemos que el odio es una corriente, que contagia, que es adictiva e incluso que se puede morir por ello. En su empeño porque el mundo odie a Cuba y su soberanía, debemos reflexionar. ¿Lo han conseguido? Evidentemente no. Cuando alguien es culpable de un delito suele tener miedo de que lo descubran. Mienten para tapar ese miedo y seguir dando la imagen de poderosos. Aunque, si ahondamos en esa cobardía, más que a ser descubiertos en sus pecados, lo que les espanta es que se sepa lo que en este archipiélago realmente sucede. Cómo a pesar de las necesidades materiales que ellos mismos generan echando culpas a diestro y siniestro al Gobierno cubano, este país avanza con resistencia, y no ha caído jamás.
No dejan que el socialismo “fracase” levantando el Bloqueo. ¿Tanto le temen?
Cuba no va a volver a sentirse fuera de lugar, porque -en mi visión de esperanza, que para nada difiere a lo que se avecina-, la gente en el propio territorio de los opresores ya sale a la calle pidiéndoles que cesen.
Vimos una muestra de su “demodesgracia” la semana pasada cuando tres activistas (Gail Walker, Calla Walsh y Analie Rincón) fueron detenidas por intentar dialogar con el senador Menéndez acerca de Cuba. Los que se jactan de ser los pedagogos de la democracia en el mundo, deberían escuchar -digo yo-, cuando su pueblo va a hablarles. Pero ya les conocemos esta falla con la libertad de expresión. Afortunadamente, las tres defensoras de la justicia salieron a la calle tres horas después. Con el regalo de una citación judicial para el próximo 12 de julio. Nada sale gratis cuando se trata de luchar por las causas justas. Cuba eso lo sabe mejor que nadie.
El nivel de frustración imperial debe rebasar todo tipo de medidores al no conseguir sus fines con un territorio que tienen prácticamente al lado, y que usaban de casino y de otras malas artes antes de que triunfara la Revolución.
Destrozaron todos los países a los que supuestamente iban a liberar. Y Cuba sigue siendo una piedra en el zapato del poder de la Casa Blanca.
Lugar por cierto al que el pasado domingo 25 de junio asistieron en marcha más de 500 personas, no sin antes haber desplegado un gran mosaico artístico con una imagen que hacía referencia a la petición de Cuba fuera de la lista de países que patrocinan el terrorismo: Off The List, rezaba.
A veces siento que esto es una comedia con un guión barato, pero lo triste, es que es real. Verídico pero siniestro. Y de unos sentimientos muy mezquinos el acusar a un país como patrocinador del terrorismo, cuando lleva la vida alfabetizando personas y enviando médicos al mundo, a países subdesarrollados y también desarrollados. No olvidemos Italia en el Coronavirus. No olvidemos las vacunas.
Pero la jugada se les vuelve en contra cuando la luz del Caribe llega y les deslumbra en su propio lar. En la concentración frente a la Casa Blanca se escucharon cánticos, discursos, música y sobre todo se vivió el compromiso de mucha juventud y el abrazo de generaciones que se concentran en esta causa tan noble como el decir “esta boca es mía”.
Muchos de estos jóvenes viajaron a La Habana el pasado 1ro de Mayo y vieron con sus propios ojos la realidad. Tocaron, sintieron, respiraron. Y volvieron conmovidos. Junto a incansables luchadores por su pueblo como el profesor Carlos Lazo, coordinador de Puentes de Amor; el gran amigo de Cuba y fotógrafo Bill Hackwell, las activistas que habían sido detenidas días antes, y cientos de cubanos residentes y amigos de diferentes grupos de solidaridad que lo tenían claro; repetían al unísono: “No nos moverán”.
Y así será. Ni nos mueven, ni nos moverán. A los cubanos y amigos de Cuba que hemos alzado la voz por su causa. Porque la dejen vivir en paz. Porque cese esta guerra. Porque no vamos a volver atrás ni para coger impulso.
Queda camino y aquí estamos todos. En cualquier lugar: En firme.
Tomado de Cubadebate / Fotos: Bill Hackwell.