¿Por qué temen a la cumbre de los 77+China?
Por Javier López
Mientras la hipocresía occidental lleva días intentando deslegitimar el derecho de 134 países a reunirse en La Habana bajo el esquema de la Cumbre de los 77+China, utilizando notas espurias y mensajes capciosos en los medios hegemónicos como el siguiente: “se espera que participen altos representantes de dictaduras y regímenes autoritarios aliados de La Habana. Entre ellos se destacan Xi Jinping (China), Nicolás Maduro (Venezuela), Ebrahim Raisi (Irán) y Daniel Ortega (Nicaragua) y presuntamente el régimen de Corea del Norte”, en la capital cubana se ultiman los detalles para iniciar el histórico acontecimiento.
La Cumbre para Cuba es un acto de seriedad y responsabilidad.
La esencia del conclave es imposible de ocultar bajo las condiciones que vive el mundo actualmente. Con un profundo trabajo previo el próximo 15 y 16 de septiembre arrancará el esperado encuentro. La sede principal será el Palacio de las Convenciones de La Habana y el tema central estará regido por los “Retos actuales del desarrollo: papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”.
Aquí va el verdadero dolor de cabeza de las potencias occidentales: es demasiado peligroso que los países pobres y en desarrollo se reúnan para pensar en un futuro de ciencia, tecnología e innovación que contribuya a resolver los problemas del 80% de la población mundial.
Que suceda en Cuba —una nación que ya debía estar de rodillas— es doblemente peligroso, porque cuando se habla de ciencia de inmediato vienen a la mente los éxitos de la Isla ante la pandemia y otras demandas en materia de biotecnología, por ejemplo.
Esta Cumbre trae pendientes de las anteriores, es así que en La Habana se enfrentarán una serie de retos y desafíos:
Uno de los principales está en promover el desarrollo sostenible y abordar la persistente pobreza en muchos países miembros, todo lo cual implica diseñar estrategias y políticas efectivas para impulsar el crecimiento económico inclusivo, mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Si en este particular y los que se relacionan a continuación se introduce la ciencia, la tecnología y la innovación para su solución, entonces sí que los “tiranos y dictadores” se convertirán en un verdadero peligro.
Garantizar una distribución equitativa de los beneficios del desarrollo y promover la justicia social son desafíos cruciales, para lo cual se hace necesario abordar las desigualdades económicas y sociales, así como promover el acceso igualitario a la educación, la salud, la infraestructura y otros servicios básicos para todos los miembros de los 77+China.
El cambio climático es por igual un desafío que afecta de manera desproporcionada a los países en desarrollo. La Cumbre puede jugar un papel importante en abordar estas cuestiones, promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, así como gestionar una mayor financiación y transferencia de tecnología entre los países en desarrollo.
Ojo en este particular, aquí comenzarían a tomar forma los recientes acuerdos del BRICS en Sudáfrica.
Promover un comercio justo y equitativo, así como superar las barreras comerciales y asegurar un acceso justo a los mercados internacionales, es otro de los retos importantes para los países miembros.
El colofón de encuentro estará en fomentar —desde la base del respeto mutuo— la cooperación y la solidaridad. Fortalecer los lazos de cooperación en áreas como la salud, la educación, la tecnología, la infraestructura y la agricultura, que pueda impulsar el desarrollo y el progreso colectivo.
Estos serían algunos de los retos y desafíos relevantes y comunes, independientemente de los asuntos regionales o bilaterales y de interés que sean abordados de manera particular.
Después de esta Cumbre quedarán plateados nuevos proyectos y compromisos, ahora con un enfoque científico en su tratamiento, también vendrá el 78 periodo de sesiones de la Asamblea de Naciones Unidas de inmediato… donde será presentada la resolución que condena el brutal bloqueo de los EE.UU. contra Cuba.
Obviamente, el éxito de la cumbre pone los pelos de punta a quienes siguen creyéndose dueños del universo.
Tomado de Razones de Cuba
