Cuba

Intentan revivir el culebrón del síndrome de La Habana

Por Raúl Antonio Capote. 

Como uno de esos productos televisivos elaborados en serie, la saga del llamado «síndrome de La Habana» regresa en una nueva temporada.

El interminable culebrón aparece en escena siempre en momentos oportunos. Se trata de no dejarlo desaparecer, de que no caiga en el olvido, teniendo en cuenta el daño que ya hizo como herramienta para justificar el recrudecimiento del bloqueo económico, y el enrarecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU.

Esta vez, una junta de revisión interna de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) decidió cerrar un estudio a largo plazo de pacientes que padecen del «síndrome de La Habana», debido a que no encontraron signos de lesiones cerebrales en ellos, según refieren varios medios estadounidenses.

Jennifer George, portavoz del NIH, dijo que, además, la revisión interna encontró que las políticas de «consentimiento informado» para unirse al estudio, no se cumplieron debido a la coerción, aunque no aclara de parte de quien se produjo tal acción sobre los pacientes.

Mientras que, el autor principal del estudio, el doctor Leighton Chan, sostuvo la tesis de la vocera, y dijo que paraban el estudio por precaución, adicionando suspenso a la trama del «síndrome tenebroso»

Una de las tesis manejadas por los medios involucran, incluso a la CIA, y a miembros del Gobierno, en el intento de ocultar «los verdaderos resultados médicos», que demuestran, según ellos, la existencia de lesiones cerebrales en niños y adultos, en un acto de mimetismo, digno de mejor causa.

No, señores y señoras, manipular la percepción de la realidad es una «maña vieja» para escamotear la verdad y lograr un fin con absoluta impunidad, sin importar los medios para conseguirlo.

El llamado «síndrome de La Habana», utilizado por elementos de extrema derecha de EE.UU. y de la mafia cubanoamericana para justificar un endurecimiento de la política hacia Cuba, y reforzar la idea de que Rusia y China constituyen una amenaza para la seguridad mundial, es una gran mentira.

«Estados Unidos carece de pruebas para culpar a otras naciones de la existencia de ataques sónicos contra sus ciudadanos, dentro o fuera del país» publicó The New York Times en agosto de 2021.

La declaración surgió luego de una reunión convocada por la directora de Inteligencia Nacional, Avril D. Haines, en la que el secretario de Estado, Antony Blinken, expuso que sobre los «incidentes de salud inexplicables» no existen pruebas para acusar a ningún país, ni hay ninguna certeza de que las microondas sean la causa de las enfermedades.

Múltiples evidencias científicas aportadas por investigaciones desmienten las teorías esgrimidas para explicar, «convenientemente», las causas de los incidentes y esgrimir falsas acusaciones contra Cuba.

Especialistas de EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, China, Rusia y Cuba, entre otros, coinciden en que el término acuñado de Síndrome de La Habana «es una fabricación mediática», y que las acusaciones «no resisten un análisis científico serio».

Tomado de Granma.

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