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EEUU necesitó más de un siglo para criminalizar el linchamiento

Por Raúl Antonio Capote.

El presidente de EEUU, Joe Biden, firmó este martes una ley aprobada por el Congreso que califica los linchamientos como delito de odio federal.

Aprobada por la Cámara Baja y el Senado, es una iniciativa considerada histórica, que castiga con hasta 30 años a los que cometan tan criminales actos, y lleva el nombre de Emmett Till, en homenaje al adolescente asesinado brutalmente en Mississippi, en 1955.

Durante años se intentó penar, sin resultados, los asesinatos cometidos por multitudes o linchamientos de los que fueron principales víctimas los afrodescendientes y otras minorías.

Más de 4.400 afroestadounidenses fueron ejecutados en Estados Unidos siguiendo esta práctica, entre 1877 y 1950, según documentó la Iniciativa para una Justicia Igualitaria.

Los crímenes se cometían con impunidad, con frecuencia en lugares públicos y a plena luz del día, y afectaron, además, aunque en menor medida, a otras minorías como la nativa, la asiática o los emigrantes mexicanos.

También blancos resultaron víctimas de este bárbaro proceder; claro, se trataba de personas que se encontraban entre los miembros marginados de su comunidad.

En algunos casos, durante la llamada «era de los linchamientos» (1890-1920) incluso se llegaron a publicar notas en los periódicos, que convocaban a las masas a participar en estos.

En junio de 1919, un titular del New Orleans State rezaba: «3.000 (personas) quemarán a un negro», refiere BBC.

Durante el Movimiento por los Derechos Civiles en EEUU, los linchamientos a sus activistas en los años 60, en Mississippi, conmovieron a la opinión pública nacional a favor de una legislación que tuvo que esperar más de un siglo y 200 intentos fallidos para ser aprobada.

Niños y niñas condenados a cadena perpetua, campamentos para encerrar a migrantes menores de edad, cárceles secretas donde se recluye a personas sin juicio y sin derecho al debido proceso, explotación de mano de obra esclava en las prisiones… así predica su moral la «justicia estadounidense», demorada, muy demorada en condenar, en letra de ley, la práctica criminal del linchamiento por turbas cargadas de odio.

Tomado de Granma / Foto de portada: AP.

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