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Cuba: Cultivo de la caña, es más que azúcar

 Por Victor Villalba / Resumen Latinoamericano-Cuba.

Los cubanos desarrollan el país bajo una férrea y despiadada política de asfixia económica impuesta por el gobierno de EE.UU, que busca generar un colapso interno y poner fin a la Revolución Cubana.

Esa política genera múltiples dificultades en todos los ámbitos.

En el sector agrario la producción de caña y sus derivados ocupan un lugar especial, por todo lo que generan y el alto consumo de recursos energéticos y financieros para su producción.

Esta rama de la economía cubana en el año en curso deslumbra luces y sombras. Resumen Latinoamericano pretende visibilizar el espíritu de una Cooperativa de Producción Agraria (CPA), que con el empeño de su colectivo de trabajadores mantiene resultados destacados y busca seguir tributando al desarrollo del país.

Con 1600 hectáreas, la CPA Bernaldo Díaz se enfrenta a cumplir con los planes de entrega de caña a la industria azucarera bajo las complejidades ante las carencias de insumos y combustible. El espíritu de los 60 cooperativistas asegura su presidenta, Yamile Báez Fernández, contribuye a la sostenibilidad de los resultados y beneficios logrados hasta el presente año.

Desde el 2012, su modelo de gestión interno y la atención a las familias de los campesinos, son el factor principal para satisfacer sus necesidades y otros incentivos que buscan desarrollar la fuerza de trabajo en función de tareas de autoconsumo.

RL:  En medio de la compleja situación económica que atraviesa Cuba, cómo trabaja esta Cooperativa para obtener resultados tan relevantes.

Yamile Báez Fernández: Tenemos todos los lotes cañeros diversificados con caña y agropecuarios. Trabajamos la caña en la mañana y los cultivos varios en la tarde. Tratamos de tener cultivos sembrados en todos los lotes, aunque en ocasiones los tenemos alejados y esto nos dificulta la doble jornada.

Para que tengamos un rendimiento por hectárea al que aspiramos y aspira el país, son necesarios fertilizantes y combustibles para las maquinarias.

Nuestra fuerza campesina tiene un excelente compromiso con hacer producir la tierra y desde que estoy en la Junta Directiva busco mantener el espíritu del cooperativista siempre en alto.

El trabajo en el campo es muy duro, yo soy hija de una mujer fundadora de Cooperativas y aprendí de ella todo los que se. Mantener a la Cooperativa unida y que todos trabajen para defenderla es mi primer objetivo. Trato que mi colectivo este enfocado en esa tarea. Aunque el país tenga una situación económica difícil, nuestros cooperativistas no tienen una situación extrema en sus casas y sus familias se sienten respaldas. Ellos saben que pueden contar con la Cooperativa cuando tienen un problema familiar.

Tenemos una política de ir buscando soluciones entre nosotros y a los cooperativistas que cumplen con sus tareas y con el colectivo reciben una estimulación muy cuantiosa, además de su salario.

Por lo difícil acceso  que se encuentra mi asentamiento campesino, con un total de 700 casas, la Cooperativa también costea, cada tres meses, la posibilidad de que todos los cooperativistas y sus familiares disfruten de una semana de vacaciones en algún lugar recreativo del país. Esto parte de un fondo que a su vez se genera de los ingresos obtenidos de la entrega de la caña a la industria y la posibilidad de venderle al Estado cubano y las entidades del municipio, como escuelas y centros de Elaboración, nuestras producciones de cultivos varios y leche.     

Todavía no tenemos cubierto todos nuestros lotes con caña, porque esas áreas por la falta de insumos y combustible no se han logrado preparar. Nuestra Cooperativa se encuentra en una situación favorable con respecto otras Cooperativas colindantes y esto nos compromete a brindarles ayuda en muchas ocasiones.

Esta labor altruista es parte del espíritu de nuestro colectivo.

RL: El espíritu de trabajo y la unidad confirman el reconocimiento ¿Ha pensado en compartir su experiencia de vida interna con otros colectivos?

Yamile Báez Fernández: Me han propuesto dirigir fuera de la Cooperativa y siempre digo que no, porque este es el trabajo que he desarrollado y se hacer. Puedo exigirle al campesino qué norma debe hacer por jornada y si es preciso se lo demuestro yo misma que sí se puede cumplir. El respeto al campesino y la valorización de su trabajo a hecho que todos me respeten y me apoyen en las metas que nos proponemos.

La confianza del colectivo en la dirección es una arista imprescindible para que una Cooperativa funcione bien.

Fotos y Video: Victor Villalba / Resumen Latinoamericano-Cuba.

 

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