Cuba

Cubanas con derechos

Por Liset García */ Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

Si a las mujeres, que son la mitad del mundo y a las que casi se exige y responsabiliza con el devenir de la otra mitad, les diera por construir sus historias, se hallarían revelaciones para poner a pensar a la humanidad toda: siglos de invisibilización, despojo de sus derechos, condenadas a la hoguera por arpías o por herejes, han signado sus vidas.

Tras lenguajes edulcorados y eufemísticos, contenidos incluso en el cuerpo de políticas y de leyes, la escena mundial muestra cómo se ha impedido el avance a las mujeres y obstaculizado la transformación social a favor de su desarrollo.

Pero, a veces sobran las narraciones porque hay datos que hablan por sí solos. Informes recientes de Naciones Unidas, revelan que cada dos minutos muere una mujer por complicaciones en el embarazo o el parto y se subrayan más disparidades en el acceso a la atención de salud.

Prácticamente en todas las regiones del mundo el número de muertes maternas ha aumentado o se ha estancado su descenso, datos que revelan, según el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la necesidad urgente de garantizar que todas las mujeres y niñas tengan acceso a servicios de salud cruciales y puedan ejercer plenamente sus derechos reproductivos.

Se reportan 30 millones de nacimientos no planificados y 20 millones de abortos inseguros anuales. En naciones en “desarrollo” una de cada tres menores de 18 años contrae matrimonio sin consentimiento propio, y 16 millones de adolescentes dan a luz en países donde la mortalidad materna es la primera causa de defunción en esas edades, y donde, además, el feminicidio es una de los primeros motivos de muerte.

Son realidades denunciadas por Cuba en foros internacionales, en los que ha demandado agendas de desarrollo sostenible, equidad en el acceso a la salud, la educación, la cultura, los medios financieros; igualdad de género y empoderamiento de la mujer.

Al cuestionar tal panorama, la pequeña Isla caribeña, ha puesto en tela de juicio cómo todavía en muchos territorios las mujeres perciben un salario inferior al de los hombres por igual trabajo, o deban elegir entre la muerte o la cárcel si necesitan interrumpir un embarazo no deseado.

Desde que fuera aprobada la Plataforma de Acción en la Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing, se ha puesto la mirada una y otra vez en lo avanzado. Múltiples estudios confirman que falta ganar conciencias para llegar internacionalmente a lo trazado entonces.

Aunque Cuba asistió a aquel cónclave femenino con las principales metas cumplidas, en especial en lo referido a la educación, el empleo, el respeto a los derechos sexuales y reproductivos, y una legislación de avanzada, persisten las insatisfacciones.

Todavía se percibe predominio de enfoques masculinos discriminatorios, entra al juego de roles un montón de opiniones a favor y en contra del desempeño de la mujer, lo cual impide alcanzar la necesaria equidad en todos los terrenos.

Hay muchas historias por contar de años de batallas y conquistas, como las que dieron el derecho al voto a la mujer cubana en 1934, o la igualdad ante el trabajo y el estudio, proclamada luego de 1959, algo que pudo obtenerse gracias a una voluntad política que le abrió puertas y ventanas, las dignificó y les facilitó organizarse y avanzar en una Revolución dentro de la Revolución, como las calificara Fidel.

Hoy en Cuba alrededor del 60 por ciento de los profesionales y técnicos son mujeres. Constituyen casi el 80 por ciento en los sectores educacional y de la salud, y cerca del 70 por ciento de quienes ejercen el Derecho.

Otro campo, el parlamentario, sirve para ilustrar cómo las cubanas han ganado espacio. En 1976, al constituirse la Asamblea Nacional del Poder Popular, solo eligieron a un tres por ciento de mujeres. Treinta años después fueron el 27.6, y en las siguientes legislaturas, cada cinco años, ascendieron al 31 por ciento, al 46, al 52. Y en las elecciones del próximo 26 de marzo, ellas son el 55 por ciento del total a elegir.

Así y todo, las cubanas no desisten en su lucha por conseguir toda la justicia frente a rezagos de la ideología patriarcal que aflora en el hogar, en relaciones de pareja, en centros de labor. Seguirán trazando estrategias para cerrar la brecha entre lo normado y la igualdad real e impulsar aún más su participación, sabiendo que todo lo logrado por ellas hasta aquí sigue siendo aspiración, horizonte lejano en varios sitios del planeta.

(*) Periodista cubana. Colabora con Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Dunia Álvarez Palacios

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