Cuba

Hallazgo bajo profundidades

Por Ana María Domínguez Cruz

Sin antecedentes en cuanto a magnitud y profundidad de las acciones científicas y ecológicas descritas, expertos de diversas áreas del conocimiento del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana (CIM-UH), la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y la empresa turística Avalon-Marlin, además de marineros y personal técnico de apoyo, protagonizan un hecho singular.

Bojear 5 700 kilómetros de las costas norte y sur de Cuba, incluyendo sus cuatro subarchipiélagos para analizar y estudiar la salud de los arrecifes de coral alrededor de la plataforma cubana, utilizando una serie de indicadores ecológicos mundialmente aprobados para ello, y evaluar el estado de las poblaciones de grandes depredadores, básicamente de tiburones, tanto en la plataforma como en el área oceánica, es lo que ha llevado que naveguen a bordo del Oceans for Youth durante este julio y agosto.

La mayoría de los expedicionarios son jóvenes, muchos de los cuales son recién graduados y otros se esfuerzan por elevar su grado científico con maestrías y doctorados durante y después de esta experiencia.

La Doctora en Ciencias Patricia González Díaz, presidenta del consejo científico del CIM-UH y coordinadora de este proyecto, precisa en conversación con esta reportera vía WhatsApp (de barco a tierra) que la idea original es del Doctor Fabián Pina Amargós, motivado principalmente porque durante la pandemia se escribió un libro para la editorial Stringer (de las más importantes en el ámbito científico a nivel internacional), y en el capítulo dedicado al estado de los arrecifes de coral, una de las problemáticas detectadas fue que existía información muy desbalanceada en cuanto al área en Cuba.

«Oriente es una región del país que estaba muy pobremente estudiada y las metodologías empleadas en los casos que sí se estudiaron eran distintas entre ellas. Además, había diferentes científicos en esos proyectos, por lo que sus experiencias eran diferentes y unificar el conocimiento era vital.

«Nunca antes se había hecho un bojeo alrededor de los arrecifes de coral para su estudio y el de las poblaciones de tiburones, de ahí su novedad, dada también por la magnitud. Afortunadamente nuestras expectativas se han ido cumpliendo en la medida en que los objetivos trazados se han respetado y, por consiguiente, superados», afirma.

De corales y tiburones

Desde 1508, bajo las órdenes de Nicolás Ovando, entonces gobernador de La Española, Sebastián de Ocampo lideró aquel bojeo exploratorio —durante ocho meses— que le demostró al mundo lo insular de nuestro país. Este que hacemos ahora, a poco más de 15 días de concluir, ya arroja conclusiones preliminares significativas para la comunidad científica, subraya González Díaz.

«Se había pronosticado en esta época un blanqueamiento dramático de la población de corales en la región y el mundo en sentido general, y es algo que hemos corroborado. El monitoreo identificó altos niveles de corales con blanqueamiento, entre ellos algunos con muerte reciente por esa causa.

«Hemos detectado porcentajes elevados de esta situación, que como sabemos, es debido fundamentalmente al aumento de la temperatura como consecuencia del cambio climático. Pueden asociarse otros factores causantes de este fenómeno, pero ciertamente un incremento de tan solo dos grados en el agua incide de manera significativa. La tendencia en nuestros arrecifes es a la degradación, aunque en algunos sitios muestran buena salud».

La especialista recordó la labor desarrollada por Pedro Alcolado Menéndez y su grupo en el Instituto de Oceanología, cuando desde 2016 alertaba, sobre la base del conocimiento y estudio de esos ecosistemas, sobre el peligro que se cernía sobre los arrecifes coralinos a consecuencia del cambio climático.

González Díaz refiere que en esta oportunidad han hallado con alto nivel de afectación las especies del género Millepora (corales de fuego), corales del género Agaricia y el coral cerebro Pseudodiploria strigosa.

«Este último es una especie ingeniera por lo que es preocupante el hecho de que la encontremos tan afectada. En el caso de los corales de fuego, la especie Millepora complanata sirve de refugio y hábitat a algunas especies del arrecife como erizos y estrellas frágiles».

Otras especies, agregó, se muestran más resistentes y siguen estando saludables, como las Orbicella faveolata y O. annularis, con incluso más de uno o dos metros de altura. «Ello es una señal esperanzadora ya que estas también son especies ingenieras que brindan tridimensionalidad al arrecife y refugio a muchas especies».

En el Parque Nacional Cayos de San Felipe, al sur de Pinar del Río, encontramos un porciento de corales vivos superior a prácticamente todos los sitios monitoreados en el archipiélago cubano durante el bojeo, y ello es una muy buena señal.

Con respecto a la evaluación del estado de las poblaciones de grandes depredadores, la experta comentó que «a pesar de que en algunos puntos hemos encontrado poblaciones de especies en estado saludable, incluso de algunas en peligro de extinción, en sentido general la escasez es notable».

De los logros más importantes está el hacer ciencia como se requiere, en el sitio y el momento ideal. «Evaluar la salud de los arrecifes de coral, y más que eso, era necesario. Sin embargo, es totalmente novedoso que, por primera vez, para Cuba se evalúan los microplásticos y el sistema de carbonados en la columna de agua en los arrecifes además del lazo microbiano».

González Díaz precisó que los arrecifes de coral están priorizados en el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida) pero las investigaciones en ellos son muy difíciles por la logística que se requiere.

«Si algo negativo debiera señalar hasta el momento es que no hemos logrado tener internet a bordo como la soñamos y eso ha enlentecido la información al pueblo. Se genera mucha por el grupo de tierra y por nosotros mismos y hubiéramos querido compartir en tiempo real las maravillas que hemos encontrado para incidir de manera satisfactoria en la conciencia y educación medioambiental».

Tomado de Juventud Rebelde 

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