Octubre
Por Graciela Ramírez / Corresponsalía Resumen Latinoamericano-Cuba.
2 de octubre de 2024.- Es una madrugada calurosa en La Habana, por suerte tengo luz y buena conexión, pareciera algo elemental.. pero se ha vuelto inusual en la isla rebelde, castigada por Estados Unidos con el bloqueo más inhumano, cruel y largo de la historia, por el pecado de ser libre y soberana.
Por la diferencia horaria, aprovecho mientras espero las noticias de mis hermanos en medio del horror de Gaza y Beirut.
Pregunto al Doctor Fayez si hay noticias del director del Hospital, Dr. Muhammad Muhanna, secuestrado en diciembre por el ejército israelí. Fayez es un joven médico palestino graduado en Cuba, atiende a los niños, embarazadas y a todo aquel que llegue herido o requiera de atención al Hospital Clínico Quirúrgico Al Awda, en el norte de Gaza.
–Nada se sabe aún, me responde y pone una carita de tristeza en su respuesta.
¿Has podido ir a la casa de tus padres en el centro de Gaza?
–Ya no tenemos casa, fue destruida, vivo en el hospital. Mis padres tuvieron que desplazarse a un campamento de refugiados en el sur de Gaza.
Me envía una foto en la que junto a otros médicos asisten un parto. Fayez no ha salido del Hospital desde octubre del año pasado.
Por cada 100 niños que mueren en Gaza, nacen otros 100. Responde desde Gaza
Fayez pregunta como estamos aquí, en su otra patria, envía cariños para todos. Me dice que está muy ocupado ahora y que mañana enviará otra foto, me deja con el abrazo de palestino-cubano y un corazón.
Siento una especie de vergüenza por mi molestia por el apagón de unas horas y la conexión intermitente. Gaza nos hace revalorizar todo. Hasta el vaso de agua que tomamos y le falta a los niños que atiende Fayez.
Octubre, mes de revoluciones históricas sigue marcando la diferencia. Así como hay un antes y un después del 7 de octubre del 2023, que nos cuestiona la deshumanización del mundo en que vivimos, también lo hay a partir de este 1ro de octubre, donde una mujer, por primera vez en la historia mexicana, una mujer de ciencia y conciencia, firme y valiente, ocupa la presidencia de los Estados Unidos de México y en el acto de asunción se compromete a trabajar por los pobres. Nuestra alegría del día fue la asunción de Claudia Sheinbaum en México.
Un 1ro de octubre en el que Irán dirigió varios cientos de misiles a los cuarteles del ejército fascista israelí y del Mossad en la Palestina ocupada. “Irán no ha estado en guerra en estos 45 años y no la ha declarado. No atacamos objetivos civiles sino militares” “En respuesta al martirio de Ismail Haniyeh, Sayyed Hassan Nasrallah y el mártir Nilforoushan”, han declarado las autoridades militares y religiosas iraníes, en respuesta a los asesinatos selectivos a sus máximos dirigentes.
Mientras Fayez promete enviarme una foto actual desde su hospital en Gaza, escribo a mis amigos en Beirut que apenas han dormido en estos días.
–Esto es un horror responde Mohamed, Beirut está destrozada.
Pregunto sobre la situación a Kifah, a quien conocí en el campo de refugiados de Sabra-Chatila en Beirut, durante una visita en octubre del 2015.
–Hemos tenido que desplazarnos del campo de refugiados, abandonar nuestras casas, porque ningún lugar es seguro. La destrucción en distintos barrios de Beirut es total.
-No hemos podido iniciar las tareas de quitar los escombros de las calles por los constantes bombardeos. Los hospitales se colapsaron.
Pregunto por los compañeros del partido Democrático del Líbano y el partido Comunista, a quienes conocí durante la batalla por la libertad de los cinco patriotas cubanos y por los dirigentes de la Casa del Pueblo.
La mayoría luchando junto a la Resistencia, otros han caído, cada uno desde el lugar que le corresponde, responde Kifah.
Pregunto por el hermoso edificio en el sur de Beirut donde me alojé.
–Fue totalmente destruido, no quedó nada de él, solo el humo de las bombas y el polvo. Dispararon con un raid de bombas al vacío, no dejaron ni escombros, todo lo pulverizaron. No vivía ningún dirigente allí, no existía ningún arsenal de armas, eran sólo familias, trabajadores, profesionales, vecinos de toda la vida, que tras los primeros bombardeos se vieron obligados a desplazarse.
Un escalofrío me recorre el cuerpo, busco las fotos de aquella visita no tan lejana en el tiempo. Y veo a los refugiados y a la niña huérfana que sólo me pidió: “No se olvide de nosotros”. Qué será de todos ellos?
Como si fuera ayer, veo a Kifah entregándome la pañoleta roja con la imagen del Che que una madre palestina le llevó a la prisión donde estuvo detenida durante siete años en Israel. -Me ayudó a resistir todos esos años, dijo Kifah. Me la entregó para que nos ayudara en nuestras resistencias. La pañoleta estuvo en manos de nuestras compañeras en Venezuela cuando las guarimbas del 2017 quemaban vivos a los chavistas; pasó a manos de nuestras hermanas brasileñas cuando encarcelaron a Lula en Curitiva.
Hoy debe volver para que viaje nuevamente, de mano en mano, de resistencia en resistencia a Gaza y Beirut, a nuestra Palestina y nuestro Líbano.
Esa visita confirmó las certezas que tenía, mis percepciones espirituales, culturales y políticas. Siempre estuve centrada en la agresión brutal del imperialismo hacia América Latina y sus formas de expresión en la vieja Europa. Como toda persona consciente que abraza los valores de la paz, la autodeterminación de los pueblos y la defensa de los derechos humanos, mantuve siempre mi incondicional solidaridad con Palestina ocupada. De la mano de mi compañera de luchas, mi amiga del alma, mi hermana Wafica Ibrahim llegué en aquel octubre a Beirut. Wafi como le decimos todos con cariño, está a cargo de la Asociación Cultural José Martí, es miembro de la FDIM, coordinadora del capítulo libanés del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, y nuestro vínculo para los países latinoamericanos, como directora para América Latina de la Red Panárabe Al Mayadeen Tv, cuyo presidente, el destacado periodista y profesor Ghassan Ben Jeddou, preside con excelencia y al que también conocía por su solidaridad incondicional con Cuba.
Fue gracias a Wafica que pude conocer de cerca la inmensa riqueza cultural del Líbano, sus calles e iglesias, su costas bañadas por el mar mediterráneo, donde se celebraban hermosos festivales de música. Aprendí de sus especias y sus dulces, de su música, del respeto a todas las religiones, y de la fortaleza de su resistencia.
Wafi me esperaba de madrugada en el aeropuerto de Beirut, siempre alegre y amorosa, me recibió con los brazos abiertos. En el trayecto hacia la ciudad observé las trincheras custodiadas por jóvenes del ejército, unas con bolsas de arena, otras con alambres de púa. Pregunté si pasaba algo…Wafi respondió con su serenidad de siempre: los puentes y lugares de interés pueden sufrir atentados terroristas de los sionistas.
Desde el 2006, fecha en que el Líbano respondió victorioso a la guerra de Israel, se mantienen las trincheras. A medida que amanecía y entrábamos a la ciudad veía por las calles, afiches y pasacalles con las imágenes de sus mártires. En el Líbano se honra a los combatientes de la misma forma que en Cuba. Tuve la dimensión real del valor ético, moral y político que significan para ambos pueblos, más allá de las distancias que nos separan. Aprendí que el idioma universal de los que luchan se comprende de inmediato en la gratitud de la sonrisa y el abrazo con el que nos reciben. En el té que nos brindan, como la tacita de café cubano. Aprendí también aquello que hoy nos recuerda Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, que el imperialismo y el sionismo son hermanos gemelos.
En esta distancia, desde La Habana que tanto amo, quisiera estar allí junto a Wafica, tan querida por todo el pueblo cubano, tan respetada por toda la prensa libre, por nuestros movimientos sociales y organizaciones políticas. Wafica tiene un alma tan inmensa, por su trabajo extraordinario y su solidaridad es querida por los más humildes y nuestros más dignos mandatarios. Y hoy no me alcanza el tiempo para responder a todos los que desde tantos países preguntan por Wafica…
Es media noche. Hablo con ella para darle fuerza, pero es ella la que nos la da a todos. Para que llegue a la heroica Gaza, al Beirut que resiste, a todos los trabajadores de Al Mayadeen que siguen transmitiendo en medio de las bombas para que la verdad llegue al mundo, a Kifah y todos los Refugiados, a la niña huérfana que me pidió que no los olvidemos, a Fayez y sus niños, a todos los prisioneros en las cárceles fascistas de “Israel”. En esa fuerza y en esa resistencia por la vida crece la esperanza de que un día no lejano volvamos a reír y hablar de nuestras vidas sin tener que preguntar ¿a cuántos nos han matado hoy?
Palestina-Líbano y Cuba laten con el mismo corazón, el de los que resisten y no se rinden jamás pese al daño infinito del imperialismo y el sionismo. Es un orgullo muy grande para toda la prensa libre y contrahegemónica que dos jóvenes periodistas cubanos de Prensa Latina que llegaron a Beirut en el 2022, testigos de tanto dolor desde octubre del año pasado, permanezcan reportando desde allí. Un día les preguntaron si querían regresar, respondieron como Martí: “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”.
De aquel edificio en el que estaba la casa de Wafica y me alojé, destruido por el odio del sionismo fascista, en el que había tanta vida, alegría, libros, retratos,
jazmines y especias,
muebles y esas pequeñas cosas que guardamos en nuestras casas, que es como guardar en un lugar especial del corazón y tienen un valor incalculable, en el que una de sus habitaciones cabía lo más sagrado de la Revolución Cubana. De ese precioso edificio que ya no está físicamente pero jamás podrán borrar de los que allí lo habitaron, me quedan las flores de Beirut, las hermosas flores del Líbano que me entregaron nuestras hermanas y hermanos libaneses una tarde de octubre. Esas flores del país de los cedros, a sólo 90 millas del país de los olivos, que más temprano que tarde, como los niños de Gaza volverán a nacer.
A nuestra querida Wafi, a salvo y trabajando con todo su dolor a cuesta, llegue el amor y la solidaridad de todos sus hermanos de lucha en todo el mundo. En esta Cuba que te acogió como una de sus más dignas hijas estará siempre tu casa.
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