Entrevista exclusiva: Embajador cubano en Bolivia habla de los 60 años del bloqueo yanqui contra la isla
Por Javier Larrain.
Pocos países del continente americano concentran tanto las miradas de expertos en distintas áreas y de gente común y corriente de variadas latitudes como la mayor de las Antillas: Cuba.
Para bien o para mal, la Revolución socialista suele ser además tema predilecto de las grandes transnacionales de las comunicaciones, empeñadas muchas veces en proyectar una visión que poco se corresponde con la realidad de lo que acontece en la isla.
Para hablar del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas, así como del tratamiento de la pandemia y las proyecciones económicas para este 2022 dialogamos, en exclusiva para Correo del Alba, con Danilo Sánchez, embajador de Cuba en Bolivia. Dejamos aquí esta primera entrega.
¿Cuál es el origen, fundamento y características del bloqueo a Cuba?
El origen del bloqueo está relacionado con el protagonismo de la Revolución cubana frente al Imperio. Es decir, desde que se fraguaba el proceso revolucionario Fidel dejó bien claro que la Revolución era auténtica, hecha por cubanos del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, y que se oponía a la intromisión histórica del imperialismo norteamericano en el país y por tanto se tomarían todas las previsiones para desarrollar un proceso genuino. Eso está claramente expresado en La historia me absolverá, su alegato de defensa cuando el Asalto al Cuartel Moncada, en que proyecta cuáles serían las líneas fundamentales del desarrollo de Cuba.
Al triunfar la Revolución comienzan a aplicarse las medidas anunciadas y el Imperio reacciona contra nuestro país. Ahí surge la contradicción, que se fue agravando con el tiempo, y pronto apareció un conjunto de justificaciones de los norteamericanos para recrudecer y consolidar todas sus censuras, sanciones, etcétera.
Eso que comento ha durado seis décadas, que fue lo que se cumplió recientemente en cuanto a la oficialización del bloqueo, aunque, como vimos, antes ya había sanciones. En consecuencia, el origen del bloqueo se relaciona con la convicción de la dirección del país y de la Revolución de conservar nuestra soberanía e independencia frente al imperialismo.
La Casa Blanca desde esa época ha insistido en que se trata de un “embargo” y no de un “bloqueo”, pero en La Habana se afirma lo contrario, ¿por qué?
Estados Unidos ciertamente se ha empeñado en decir –y mucha gente se lo cree– que es un embargo. Y eso para entrar en un análisis semántico, de concepto; acuden al diccionario para explicar estas cosas.
Por mi parte, podría afirmar que es un bloqueo porque se aplica en varias esferas de la vida del país: es económico, financiero y comercial, y afecta no solo las relaciones entre Cuba y Estados Unidos –que ahí es donde entraría la denominación de embargo, según ellos explican–, sino además a empresas de terceros países.
Con relación al último aspecto quisiera citar dos acciones: 1) Desde hace años los bancos supuestamente soberanos de cualquier país del mundo no pueden enviar libremente dinero-divisas a Cuba, acto inusual e ilegal, por demás brutal contra un país pequeño; 2) Aqueja a empresas de terceros países que tienen algún vínculo con Estados Unidos, es decir, un empresario de cualquier parte del mundo que quiera invertir en Cuba, en alguna institución o terreno que fue legalmente expropiado o nacionalizado, está sujeto a sanciones por el sistema judicial norteamericano.
En conclusión, es un bloqueo porque impide el libre desarrollo del comercio y el libre tránsito de las divisas: 1) Cuba no puede comercializar con el dólar porque Estados Unidos le impone sanciones; 2) Cuba no puede utilizar tecnología o cualquier equipamiento que tenga componentes norteamericanos; 3) No se pueden vender en Estados Unidos productos que tengan materia prima de origen cubano. Es una larguísima lista de regulaciones dirigidas a asfixiar y eliminar el proceso revolucionario. Algo condenado durante décadas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de manera abrumadora. Razón por la que la gente sensata y nuestros amigos alrededor del planeta mantienen una política exigiendo a Estados Unidos que levante el bloqueo contra Cuba.
“Nosotros mantenemos una política de principios, y es en ese marco que se podrá avanzar, en la medida en que se respete nuestra soberanía e independencia, para que pueda darse una relación constructiva entre Estados iguales”.
Desde 1992, en 28 ediciones la Asamblea General de la ONU se ha pronunciado de forma contundente por condenar el bloqueo y solicitar a Estados Unidos su levantamiento, sin embargo, eso parece estar muy lejos de suceder. Comprendiendo que, primero, no depende de la comunidad internacional levantar o no el bloqueo; y segundo, es una medida efectiva en aras de erosionar las condiciones materiales de las y los habitantes de la isla, ¿qué piensa hacer Cuba al respecto?
Creo que hay que seguir la batalla de denuncia y de hecho la defendemos como una prioridad política porque la ONU es la institución que han creado las naciones y es el foro de los Estados, por lo que hay que ir a ese espacio a acusar a Estados Unidos.
Ahora, ¿qué ocurre? Estas decisiones no son de obligatorio cumplimiento, pero moralmente se traducen, sin duda, en una derrota para el Imperio; otra cosa es que ellos hagan caso omiso, lo cual demuestra su prepotencia y arrogancia. No es lo mismo que la inmensa cantidad de países le digan a Estados Unidos que debe y tiene que levantar el bloqueo porque es ilegal, inhumano y totalmente injusto, a que no lo hicieran, porque esa es la comunidad de las naciones.
Por eso hay que seguir denunciando, porque en la medida en que las personas tengan más elementos pueden proteger esa postura, y el gobierno norteamericano y quienes le secundan permanentemente tratan de decir que el bloqueo no afecta y que Cuba puede comerciar libremente, lo cual es una reverenda mentira porque si fuera como ellos dicen ya lo habrían levantado. Hay un dicho popular en Cuba que dice: “Si el bloqueo no nos afecta, como dice Estados Unidos… ¿por qué no lo levantan?”.
Entre los puntales de la economía cubana están en el ingreso por concepto de remesas, muy golpeada por Donald Trump, y el turismo, igualmente afectado a causa de la pandemia, ¿cómo el bloqueo les ha afectado en esta particular coyuntura?
El bloqueo lleva 60 años, el gobierno de Trump aplicó 243 nuevas medidas para dificultar nuestro desarrollo económico: 1) Cortar la llegada de divisas; 2) Frenar las posibilidades de inversión; 3) Extorsionar a otras identidades financiera; son conocidas las sanciones que han impuesto a bancos de todo el mundo.
Lo anterior quiere decir que, junto con lo que ya se venía aplicando por más de medio siglo, Trump sumó otras 243 restricciones, muchas de estas implementadas en la pandemia, algo fatal para un país pequeño que vive del turismo, sin grandes recursos naturales, pero sobre todo en un momento en que el mundo entero –y Cuba no está ajeno a ello– sufre los efectos del Covid-19. O sea, ha sido para tratar de estrangularnos.
Yo diría que en esta coyuntura ha habido una hazaña del pueblo y de nuestras autoridades, quienes han hecho esfuerzos tremendos para preservar los servicios básicos de la población e incrementar la producción de alimentos, etcétera. Se ha empeñado Estados Unidos para que no llegue combustible a Cuba, hay una gran campaña internacional, orquestada por Washington y otros enemigos, para darnos el golpe final. Por eso, insisto, es un deber de primer orden condenar el bloqueo y que el pueblo siga unido tratando de revertir esa situación.
¿Qué estamos haciendo? Lo que hemos hecho siempre: dar la batalla, luchar. El presidente Miguel Díaz-Canel ha llamado a la unidad del pueblo, ha convocado a la ciencia –que de hecho está en la primera trinchera–, ha dicho que debemos buscar soluciones, que hay que tener una visión constructiva, ofensiva, propositiva, de esfuerzo, para ahorrar y utilizar mejor los pocos recursos que tenemos.
En esta misma coyuntura que estamos tratando, que es particularmente delicada, caracterizada, entre otras cosas, porque ya no está la dirección histórica a cargo del gobierno, ha habido expresiones focalizadas de disconformidad de parte de ciertos sectores sociales, quienes se han manifestado en no pocos casos a través de huelgas, mítines y protestas sociales, ¿hay una lectura desde Estados Unidos de que este sí que sí es el momento en el que tiene que caer la Revolución cubana?
Hace mucho tiempo que ellos están buscando lo mismo y han fraguado con sus tanques pensantes todas las vías para derrocarnos, hay todo un mecanismo para identificar nuestros problemas, que sin duda tenemos, y el 11 de julio fue una muestra de ello, todo eso es información pública.
Creo que la vida es la que está demostrando cómo las nuevas generaciones han logrado captar y recoger el influjo y las enseñanzas de los líderes históricos de la Revolución, es cierto que actualmente están Raúl y otros líderes históricos, pero, claro, las riendas del país, en el orden administrativo y político, las están llevando las nuevas generaciones que se han ido formando a lo largo de los años, a las cuales Fidel, Raúl y otros dirigentes, dedicaron tiempo para formar, porque los cuadros no se forman solo con teoría, sino con práctica y dándoles la capacidad para que trabajen y asuman responsabilidades.
El propio presidente Miguel Díaz-Canel tiene una trayectoria de responsabilidades importantes, en provincias, al frente del Partido Comunista, fue ministro de Educación Superior, fue primer Vicepresidente, en fin, tiene un largo historial, igual que otras figuras que se han ido formando a lo largo de estos años. Por eso creo que la mejor respuesta a la pretensión que ha tenido el gobierno norteamericano, sus tanques pensantes y sus ideólogos, de que con la salida de la generación histórica la Revolución se iba a desmoronar, la está dando la vida misma ya que seguimos dando la batalla, con dificultades, con problemas, con carencias, pero: ¿dónde no hay problemas?, ¿dónde no hay dificultades?, ¿qué país habría soportado un bloqueo feroz de esta naturaleza logrando conservar la esencia de su proyecto político?
“La vida es la que está demostrando cómo las nuevas generaciones han logrado captar y recoger el influjo y las enseñanzas de los líderes históricos de la Revolución”
Lo quisiera llevar al terreno de la especulación, ¿cómo podría darse una buena relación con Joe Biden?
Nosotros contra el pueblo norteamericano no tenemos ninguna aversión, aquí se trata de una postura contra el Imperio y sus agresiones. Nosotros mantenemos una política de principios, y es en ese marco que se podrá avanzar, en la medida en que se respete nuestra soberanía e independencia, para que pueda darse una relación constructiva entre Estados iguales.
Esa es nuestra aspiración, pero hay escollos que hay que sobrepasar, y el bloqueo es uno de ellos; el territorio de la Base Naval de Guantánamo que ocupan ilegalmente hace un siglo, es otro; lo mismo que el cese de la agresión permanente que tiene el gobierno estadounidense por cualquier vía y que, a lo largo de estos 60 años, se ha presentado con la invasión de Playa Girón y los grupos alzados en parte de nuestras regiones montañosas o en acciones de sabotaje como las del avión de Cubana de Aviación.
La agresividad estadounidense no ha cesado, de hecho recientemente nos han atacado con una guerra mediática tremenda, porque dominan los medios de comunicación internacionales o la mayoría de ellos, entonces tratan de confundir, de mentir, tergiversar y crear una matriz de opinión negativa respecto al proyecto revolucionario cubano.
Finalmente, entendiendo que el bloqueo o la devolución del territorio de Guantánamo son cosas estratégicas para Estados Unidos, ¿sería un avance para las relaciones bilaterales que ellos retomaran siquiera la agenda de Barack Obama?
Dicho de manera muy resumida, habría que recordar que con Obama, y también con Carter, ha habido distintos momentos, matices. Recuerden que Carter estuvo en Cuba, hubo un diálogo, igual que se conversa con legisladores, es decir, ese vínculo se mantiene, pero habría que señalar con toda franqueza que aunque hubo esa ligera distensión hace pocos años el proyecto de Obama, y los que lo asesoraban, que difería quizás con proyectos anteriores más agresivos, tenía el mismo propósito: derribar como fuera el proceso revolucionario, revertirlo a través de la penetración. Obama hablaba de las relación “pueblo a pueblo”, pero cuando usted oye, escucha y ve su discurso, las medidas que tomó, etcétera, se da cuenta que fue uno de los periodos en los que más sanciones se impusieron a entidades que tenían relaciones con nosotros.
Lo que describo a veces la gente no lo sabe, lo que ocurre es que se dieron algunos pasos, se restablecieron las relaciones diplomáticas, funcionaba el consulado, el propio Obama viajó a Cuba, pero su propósito, y que nadie se llame a engaños, era revertir el proceso revolucionario. Después llegó Trump y revienta todo eso, y fue peor todavía.
A eso voy, Trump frena la entrada de las remesas, el turismo, antes permitido…
Exacto, hay una relación grande de nuevas medidas que están destinadas a estrangular el desarrollo económico de Cuba y revertir nuestro proceso político, esa es la esencia del tema.
EL BLOQUEO: AYER Y HOY
1.- El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba fue oficializado el 3 de febrero de 1962, bajo la administración de J.F. Kennedy.
2.- Los propósitos reales de la medida fueron explicados por el subsecretario de Estado, Lester D. Mallory, quien el 6 de abril de 1960 declaró: “[Buscamos] provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria… debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
3.- Los daños cumulados a causa del bloqueo superan los 144 mil 413 millones de dólares a precios corrientes.
4.- En junio de 2021 la Asamblea General de la ONU se expresó abiertamente por el cese inmediato y definitivo del bloqueo: 184 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y tres abstenciones (Colombia, Brasil y Ucrania).
Tomado de Correo del ALBA / Foto de portada: EFE.