Culturales

José Ernesto Nováez Guerrero: Un joven con pasiones ocultas

Por Verónica Alemán Cruz.

Si hay algo mejor que el hecho de que te regalen un libro es que ese acto sea realizado por el propio autor. Si no lo conoces — ni a él ni al libro — entonces podría tornarse maravilla y sorpresa saberte portadora de uno de los escasos ejemplares realizados por una editorial provincial. Mas constituyó asombro infinito cuando leí sus poemas…

Él, de quien pudiera decirse que dirige la Universidad de las Artes, que apenas se halla discretísimamente en sus 30 y que es un voraz lector. Él, (re)creador en versos de otras vidas mucho antes llenas de leyendas, como suelen serlo los personajes históricos o los propios poetas.

Aunque quien escribe no conoce en persona al joven que hoy nos acompaña, únicamente con la lectura de uno de sus poemarios me atrevería a aseverar que hay en José Ernesto un escritor poco convencional. Solo con acercarse a su sujeto lírico el lector siente aflorar en su interior la fuerza de su creación poética. Condensar historias pasadas en versos libres es un ejercicio revolucionario en el que parece despojarse de toda materia y entregarse a la palabra escrita.Ser poeta es un oficio peligroso”, afirma.

Licenciado en Periodismo por la Universidad «Marta Abreu» de Las Villas, José Ernesto Nováez Guerrero nació en la ciudad de Santa Clara en el año 1990. Es poeta, narrador, investigador y profesor universitario. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y egresado del Centro de Formación Literaria «Onelio Jorge Cardoso». En la actualidad se desempeña como Rector del ISA. Asimismo, coordina el capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad.

Tiene publicados el libro de relatos Hijos del polvo (2015) y el compendio de entrevistas Pensar el país. Conversaciones en La Caldera (2019), ambos por Sed de Belleza Ediciones. Es autor de la antología Corazón Central: muestra de poesía villaclareña reciente (Ediciones Casa de Cultura de Santa Elena, Ecuador, 2017).

 

“La columna infame”

Los hechos los refiere Manzoni en un volumen:

dos hombres fueron atormentados en Milán,

en el año de dios de 1630,

acusados de propagar la peste

untándola en las paredes.

Durante toda una tarde los estuvieron matando:

en el lento suplicio de la rueda

fueron quebrando uno a uno sus huesos,

hasta no dejar ninguno intacto.

Finalmente fueron degollados

y su sangre salpicó a la multitud

llenando alguna sed antigua de la tierra.

En el lugar donde vivían

fue erigida de mármol una columna,

que llamaron columna infame.

Una tarja en cuidado latín

recordaba el hecho.

Milán siguió muriendo de peste.

Los griegos ya tenían la respuesta:

toda columna levantada por los hombres

se alza también sobre sus almas.

Títulos suyos han sido merecedores de premios y actualmente se encuentran en producción editorial. Tales son El libro negro, cuaderno de poemas con el que se alzó como ganador del premio Mangle Rojo (2018) que otorga la editorial Áncoras.

WhatsApp perfora nuestros silencios, y me atrevo — desde la pantalla — a preguntarle por el poemario del cual ahora disfrutaremos dos de sus textos. ¿Por qué El libro negro? ¿Cuál es la razón para que todos sus protagonistas sean hombres?

«El libro negro como título es un juego con los diversos libros de colores escritos por importantes políticos y líderes revolucionarios. Es un volumen para hacer balance de las revoluciones, de lo sublime y absurdo que contienen, desde una perspectiva esencialmente optimista. No ha pasado el tiempo de la revolución. Su actualidad descansa en la necesidad que tienen las sociedades humanas de horizontes liberadores. El libro es entonces un balance crítico de esos procesos con un ojo puesto en el porvenir».

«Lo segundo no responde a ninguna intencionalidad específica. Trabajé con mis referentes humanos y poéticos y, desafortunadamente, son hombres en su mayoría. En otro poemario inédito trabajo también varias figuras femeninas. Entre ellas una que admiro mucho es Rosa Luxemburgo».

“Roque”

El Salvador, 10 de mayo de 1975

Era un pobre poeta,

lo mataron en medio de la lluvia.

Las hojas de la selva fueron el sudario.

Aprendió en un segundo

el lenguaje del plomo sobre el cuerpo.

Lo detuvieron una o dos veces

cuando era joven.

Ponían una luz en su cara y preguntaban:

¿Cuál es su nombre?

¿Su nombre?

¿Su nombre?

Y él los miraba sin miedo,

respondía:

Roque Dalton.

Su patria era pequeña como un campo de bananas.

En cobertizos de madera

procreaban los hombres de su pueblo.

Entre tantos oficios eligió la guerrilla.

Lo mataron los bravos combatientes

del Ejército Revolucionario del Pueblo,

con fusiles del pueblo,

en defensa de las ideas del pueblo,

dice un rumor que por agente de la CIA.

Sobre su cuerpo

llovió un cielo de pájaros floridos

y sin quererlo sus verdugos fue árbol.

Ser poeta es un oficio peligroso.

También al análisis y a redescubrir desde los detalles incita “Javier”:

Madre de Dios, 15 de mayo de 1963

La poesía es sangre.

La poesía se incrusta como balas y los sesos revientan.

Tus sesos, Javier, sobre la tierra del jaguar y la leche.

Tus sesos y las balas asesinas,

que te revientan por poeta.

Has muerto de un verso, tú, que tenías veinte y uno.

Pero el poema no entiende de edad

y lo escribes

con lo que va quedando de tus huesos.

La poesía es sangre,

el poema son los buitres que anticipan

tu muerte de gacela.

Porque te cazan los fieros con dardos, con ponzoña,

te cazan con los senos de tu madre

y el calor de tu prima junto al heno.

La poesía es lluvia, Javier, dicen los buitres:

es río,

piedra,

vado silencioso.

La poesía es dolor.

Tu muerte es el poema.

Recibió en 2020 el premio de la I Convocatoria Editores Mexicanos Unidos 2020. Por los cinco cuentos de El reino de la bestia le fue entregado el premio Hermanos Loynaz 2021 de narrativa, que pronto verá la luz. Artículos suyos han aparecido en revistas de Cuba y Ecuador. Es colaborador habitual en diversas publicaciones digitales e impresas como La JiribillaCubaperiodistasJuventud Rebelde y La Jornada, entre otros.

¿Has publicado ensayo?, me animo a escribir antes de terminar la conversación por chat.

«Dentro de una compilación que hizo Ediciones ICAIC en 2021 llamada Guerra Culta. Hay otro libro aprobado en Ediciones La Luz, en Holguín, ese sí solo de textos míos. Y otro artículo en una compilación que debe salir en Ciencias Sociales el año próximo».

No me quedan dudas: este artículo es solo el comienzo de una larga carrera literaria. Lo descubrió acá en Asimetrías, una ventana al cosmos literario juvenil donde la diferencia radica en la libertad de la creación.

Tomado de Revista Alma Mater.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *