Internacionales

Crimen en la avenida de las embajadas (II)

Por José Luis Méndez Méndez / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

El horrendo asesinato de Orlando Letelier del Solar, en plena capital estadounidense, fue el detonante, que expuso a la transnacional del crimen que fue la Operación Cóndor ante la opinión pública internacional, la Junta Militar chilena, estaba eliminando a sus opositores en distintos países, así había sucedido con el senador demócrata cristiano Bernardo Leigthon en Roma en octubre de 1975, quien escapó en ese momento de la muerte, pero con permanentes secuelas físicas y mentales, al igual que su esposa Ana Fresno, quien lo acompañaba en el momento de la agresión.

En febrero de 1974, Leighton se trasladó con su esposa a Europa, invitado a dictar conferencias sobre lo que acontecía en Chile. En ese contexto, realizó discursos en los que entregó su visión sobre la situación que se vivía en ese país, hasta antes del golpe militar, régimen que rechazó desde un comienzo. Esto, más tarde, le costaría la prohibición de ingresar a su país.

En 1975, específicamente el lunes 6 de octubre, a las 20.20 horas en Roma, fue baleado junto con su esposa por neofascistas italianos en asociación con el terrorista Stefano delle Chiaie en la puerta del edificio de apartamentos donde vivía. Según documentos desclasificados de la CIA, Delle Chiaie había contactado antes al agente de la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, Michael Townley al terrorista de origen cubano radicado en Estados Unidos, Virgilio Paz Romero, para preparar un atentado  contra de Leighton. El ataque formaba parte de la Operación Cóndor.

Al día siguiente, Leighton fue operado del cerebro para evitar que perdiera el habla como consecuencias de las lesiones recibidas, los agresores habían apuntado a su cabeza, sabían su oficio. Pese a los esfuerzos médicos, sus funciones cerebrales resultaron comprometidas de manera irreversible, alternando momentos de lucidez con otros de olvido. Debido a ello, no pudo poner en práctica el trabajo que tenía en mente realizar: reunir a la oposición política contraria al régimen fascista y hacer un frente común con la izquierda. Su esposa, en tanto, quedó parapléjica por el resto de su vida.

Al año siguiente es asesinado Letelier, en la elaboración de la bomba asesina participaron el mencionado José Dionisio Suárez Esquivel, Virgilio Paz Romero, ambos terroristas de origen cubano al servicio de la DINA y el agente de la CIA, al servicio de la propia agencia chilena, el referido estadounidense Michael Vernon Tonwley, quien la colocó debajo del asiento del conductor y sortearon quién activaría el control remoto que detonaría la bomba. El elegido fue Suárez Esquivel, quien alegó que él no podría matarlo el lunes por tener que trabajar en la ciudad de Miami y el compromiso quedó pactado para el día siguiente.

Desde el sábado 18 de septiembre, la muerte viajaba debajo del asiento del conductor del auto, el matrimonio de Ronni y Michael Moffitt, habían dejado, después de asistir a una cena a la pareja Letelier en su residencia y regresado en el vehículo siniestrado.

Era el martes 21 de septiembre de 1976 cuando ocurre el asesinato contra Letelier y su colaboradora, una potente bomba colocada bajo el auto del líder chileno, fue detonada por control remoto. El vehículo, un Chevelle 1975, estalló en medio de Massachusetts Avenue, en el barrio de Embassy Row, uno de los más prestigiosos de la capital estadounidense y cercano a la Casa Blanca.

La autopsia del cuerpo de Letelier, quien tenía 44 años y era padre de cuatro hijos, señaló: “Sangrado, amputación traumática de la extremidades inferiores y lesiones sufridas con la explosión”. Fue tal el efecto brutal de los explosivos, que un oficial de la policía presente le expresó a Isabel, la esposa de Letelier: “Esto no fue un accidente automovilístico, colocaron una bomba en el automóvil de su esposo. El cuerpo quedó destrozado, partido en dos partes. Las piernas volaron a varios metros de distancia. Es mejor que recuerde a la persona que salió de su casa esta mañana”.

El asesinado gozaba de un gran prestigio, pues había ocupado puestos de gran importancia en el gobierno constitucional de Salvador Allende: embajador en Estados Unidos, ministro del Interior, ministro de Relaciones Internacionales y ministro de Defensa al momento del golpe. Ese mismo día fue arrestado y enviado a la isla Dawson, cerca de la Antártida, para su planificada ejecución. Pero, gracias a numerosas presiones internacionales, fue puesto en libertad y deportado a Venezuela, desde donde llegó a Estados Unidos para emprender, de inmediato, la lucha contra el régimen fascista. No eran pocos los individuos y organizaciones que, después de este horrible asesinato, reclamaban conocer toda la verdad en este caso.

Se cumplen cuarenta y seis años de tan vil crimen, sus asesinos viven protegidos en Estados Unidos, Tonwley, bajo el programa estadounidense de protección de testigos por haber hecho arreglos con las autoridades. Suárez Esquivel y Paz Romero, estuvieron prófugos durante más de una década y finalmente cumplieron exiguas penas, Guillermo Novo Sampoll, cometió otros ilícitos y por este acto de terror nunca cumplió prisión, vive en Florida.

En la memoria histórica de los combatientes contra el fascismo Orlando Letelier del Solar, tiene un merecido reconocimiento, su obra indeleble perdurará como ejemplo y alerta contra todo intento de retrotraernos a los años de la Operación Cóndor. Nunca jamás.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, «La Operación Cóndor contra Cuba» y «Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba». Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: AP.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *