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La alternativa al dólar y los BRICS

Por Claudia Fonseca Sosa

El banquero más rico de Asia y director general del banco indio Kotak Mahindra Bank, Uday Kotak, arremetió recientemente contra el dólar estadounidense al considerarlo “el mayor terrorista financiero del mundo”.

“Creo sinceramente que el mayor terrorista financiero del mundo es el dólar estadounidense”, declaró el magnate, argumentando que “todo nuestro dinero está en cuentas nuestras [aquellas que un banco nacional tiene en un banco de otro país en la moneda extranjera] y alguien en EE.UU. puede decir: ‘no se puede retirar a partir de mañana por la mañana’. Así que estás atrapado”.

“Ese es el poder de la moneda de reserva”, advirtió Kotak, y en ese sentido, afirmó que “nos encontramos en un momento muy crucial de la historia”, en el que el mundo “busca desesperadamente una moneda de reserva alternativa”.

El banquero indio aseguró que “estos cambios ocurren una vez cada cientos de años” y recordó que, anteriormente, la libra esterlina era la principal moneda de reserva a nivel global, pero fue sustituida por el dólar.

“La cuestión es qué país del mundo puede adoptar esa posición” ahora, enfatizó Kotak, considerado un especialista de renombre en el mundo de las finanzas, quien opina que es poco probable que Europa, el Reino Unido y Japón puedan hacerlo.

Sin embargo, mientras Kotak y otros expertos se debaten sobre la inestabilidad del mercado financiero y la moneda estadounidense, otras alianzas económicas y otras divisas se fortalecen.

El último año, por citar solo algunos ejemplos, el yuan, la divisa china, ha reemplazo al dólar estadounidense como la moneda más negociada en los mercados de la Federación de Rusia.

Otros países como Argentina también remplazan el dólar por el yuan en su comercio bilateral con China.

El Banco Central de Irán está estudiando la posibilidad de crear, junto con Rusia, una Stablecoin respaldada en oro que podría aceptarse como medio de pago en las liquidaciones de comercio exterior en lugar del dólar, el rublo y el rial iraní.

Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y la India están discutiendo formas de impulsar el comercio no petrolero en rupias y dírhams.

Incluso Washington ya admite que las sanciones económicas contra Rusia y otras naciones ponen en peligro el estatus del dólar estadounidense como moneda global.

“Existe el riesgo, cuando imponemos sanciones financieras, de que estén vinculadas con el papel del dólar, que con el tiempo puede socavar la hegemonía del dólar”, señaló a mediados de abril la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen.

La funcionaria subrayó que “para otros países no será fácil encontrar una alternativa con las mismas propiedades”.

Desafíos al modelo de Bretton Woods

En julio de 1944, representantes de más de 40 países se reunieron en un hotel en Bretton Woods, en New Hamp­shire, Estados Unidos, para diseñar un nuevo modelo de relaciones comerciales y financieras entre quienes se erigían como potencias una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. Los acuerdos emanados de esa cita tuvieron una fuerte influencia por parte de Estados Unidos, la mayor potencia mundial ya establecida.​

Fue en esas condiciones que se define el uso del dólar a nivel global, siempre que su valor estuviese respaldado en oro.​ En 1971, durante la presidencia de Richard Nixon, se rompe con dicha relación. Por lo cual el dólar ya no se respalda en el oro, sino exclusivamente en la confianza que le otorga la sociedad, consolidándose a partir de allí su carácter pleno como moneda fiduciaria.

Han pasado ya casi 80 años, pero las instituciones nacidas en aquella reunión de 1944 -el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial- han continuado reproduciendo los mismos es­quemas de dominación, para beneficio exclusivo del gran capital, en manos de las potencias occidentales.

No pocas veces los préstamos otorgados por el FMI o el Banco Mundial han im­plicado “condiciones leoninas” para los países en desarrollo y en situación crítica, con merma del gasto público, reducción de los poderes estatales y desempleo.

Sin embargo, cada día son más y más fuertes las voces que claman por la construcción de un sistema financiero más justo, con una moneda alternativa al dólar.

Así, en 2014, se lanzó el Acuerdo de Re­servas de Contingencia y el Banco de Desarrollo del BRICS, mecanismos mediante los cuales economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica decidieron comenzar a cambiar el orden existente y reivindicar su papel -cada vez más importante- en la economía internacional.

Pero la “ruptura” del status quo establecido por los denominados “gemelos de Bretton Woods”, no solo tendría implicaciones para este grupo de cinco países.

Según expresó en 2014 la entonces presidenta brasileña, Dilma Rou­sseff, anfitriona de la VI Cumbre del BRICS, el naciente Banco de Desarrollo de los BRICS re­pre­sentaría “una alternativa para las necesidades de financiación de los países en desarrollo” y “compensaría las deficiencias de crédito” que existen en las instituciones financieras multinacionales.

Este 2023, Rou­sseff asumió la presidencia del Banco de Desarrollo de los BRICS, que tras varios años de funcionamiento se consolida como fondo destinado a otorgar préstamos, financiamiento y asistencia técnica para proyectos de los miembros del bloque económico y otros países en desarrollo.

Dilma terminará el mandato de cinco años de su antecesor Marcos Troyjo, designado por el expresidente Jair Bolsonaro en 2020, y permanecerá en el cargo hasta el 6 de julio de 2025.

En su disertación inaugural, la nueva presidenta del Banco del BRICS, destacó la importancia del bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica para el desarrollo global. “Es un reflejo del papel de sus integrantes como líderes globales y de su capacidad para unirse para afrontar los mayores y más urgentes desafíos de la actualidad. Juntos, los integrantes del BRICS son más fuertes y capaces”, manifestó la exgobernante brasileña.

Sobre su actividad al frente del Banco BRICS anunció: “Recaudaremos fondos en una amplia gama de mercados mundiales, en diferentes monedas”. “También trataremos de financiar los proyectos en divisas locales, favoreciendo los mercados nacionales y reduciendo la exposición a las variaciones del tipo de cambio”, dijo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien asistió a la ceremonia de toma de posesión del cargo de Rou­sseff celebrada en Shanghái, destacó, por su parte, las razones por las que fue creada la nueva institución financiera y su función en el contexto global actual.

“El Banco de Desarrollo surge como herramienta de reducción de la desigualdad entre países ricos y países emergentes que se traduce en forma de exclusión social, hambre, extrema pobreza y migración forzada”, mencionó.

“El cambio climático, la pandemia de la covid-19 y los conflictos armados impactan negativamente en las poblaciones más vulnerables”, agregó.

“Muchos países en vías de desarrollo acumulan deudas impagables (…) Ningún gobernante puede trabajar teniendo un cuchillo en la garganta porque tiene una deuda, los bancos tienen que tener paciencia y si fuese posible renovar los acuerdos, colocar la palabra tolerancia en cada renovación”, dijo el jefe de Estado brasileño.

Puntualizó que “no puede ser que los bancos asfixien a la economía de los países como está haciendo ahora con Argentina el Fondo Monetario Internacional, y como hicieron con Brasil durante tanto tiempo y con todos los países del tercer mundo”.

“Yo sueño que el BRICS pueda crear una herramienta de desarrollo que sea fuerte y que preste dinero con la perspectiva de ayudar a los países y no de asfixiar a los países”, añadió.

“¿Por qué una institución como el banco de los BRICS no puede tener una moneda para financiar las relaciones comerciales entre Brasil y China, entre Brasil y todos los demás países BRICS?”, sostuvo Lula.

BRICS, pilar para un orden mundial más justo

Expertos recuerdan que desde 2009, cuando se realizó la primera cumbre del grupo BRIC, entonces integrado por Brasil, Rusia, India y China, el mundo comenzó el tránsito hacia una forma de integración que apunta a un verdadero equilibrio político mundial.

Ahora como BRICS, tras la incorporación de Sudáfrica en 2010, este grupo ha generado perspectivas tan reales que ya otras naciones con capacidad productiva y economías diversificadas han expresado el interés de unírsele, entre ellas Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Emiratos Árabes Unidos y México.

Los expertos señalan que la influencia económica de los BRICS podría ir en aumento a corto plazo debido al creciente número de países que expresan su interés en unirse al grupo.

Hoy el grupo BRICS es uno de los pilares para un orden mundial más justo y guardián de un verdadero multilateralismo, con una creciente importancia ante la decadencia de todo el sistema de relaciones económicas globales, con EE.UU. y sus políticas neocoloniales a la cabeza.

De conjunto los países BRICS ya han superado al Grupo de los Siete (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea), al representar una mayor parte del producto interno bruto mundial.

El gráfico de Acorn Macro Consulting, una compañía de investigación macroeconómica con sede en Reino Unido, muestra el crecimiento constante de los BRICS en comparación con el G7 y predice que, en los próximos años, la brecha irá en aumento.

Según los datos proporcionados,los BRICS ahora aportan el 31.5% del PIB mundial, mientras el G7 representa el 30.7%.

De acuerdo con lo vaticinado, para 2028 el porcentaje de los BRICS aumentará al 33.6%, comparado con el 31.6% de 2022, mientras que el porcentaje del G7 disminuirá al 27.8% en comparación con el 30.4% del año pasado.

A finales de 2020, las cifras fueron similares y los dos grupos de países contribuyeron en un 31% cada uno al crecimiento económico mundial.

Además, el FMI augura que entre 2023 y 2028 la contribución de China al crecimiento económico global será dos veces superior a la de EE.UU.

El índice de la India también superará al del país norteamericano, constituyendo en un 12.9% en comparación con el 11.3% del año pasado.

Los expertos alertan que los BRICS conforman ahora casi la mitad de la población mundial, una cuarta parte del PIB mundial. El rechazo al dólar de al menos algunos de estos países podría afectar sobre todo a Estados Unidos, que compra bienes en todo el mundo exclusivamente con su moneda.

El principal atractivo que tiene la propuesta que se hace desde los BRICS es la falta de dependencia hacia Estados Unidos y la Unión Europea. El uso de la economía como instrumento de presión política ha socavado la reputación de estos dos actores como socios fiables en el comercio internacional.

En tanto, se considera que una moneda de los países BRICS puede convertirse en el rival más probable del dólar en los próximos años.

La introducción de una moneda colectiva de los BRICS depende en gran medida de la voluntad política y del acuerdo de los países miembros del bloque para utilizar dicho mecanismo como parte de la aplicación de la política monetaria.

Como instrumento de reserva o de pago en la actividad económica y comercial exterior es beneficioso para los propios países BRICS, ya que aumentaría la estabilidad de sus sistemas financieros y reforzaría sus soberanías.

En video, influencia económica del BRICS

Tomado de Cubadebate/ Foto de portada: Grigori Sysoev/ Sputnik.

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