Internacionales

En busca de culpables (VI y Final)

Por José Luis Méndez Méndez/ * Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Este comportamiento inusual, generó toma de decisiones políticas, que ordenaron despriorizar parte de la búsqueda de información para producir inteligencia. Los servicios especiales se auto convirtieron en ciegos y sordos.

Para consolidar la versión “sorpresa”, se reconoce que la discreción palestina fue estricta, lo cual habría mejorado la seguridad operacional a varios niveles. Al extremo de ocultar a los participantes el probable objetivo. Este razonamiento es risible en términos de previsión. No era necesario conocer de antemano en específico el lugar que sería comprometido, bastaba una señal para desencadenar la alarma. Máxime, si los palestinos estaban induciendo a creer un comportamiento no agresivo.

Al menos cinco grupos armados palestinos se unieron a Hamás en el lance del 7 de octubre, después de realizar ejercicios militares conjuntos desde 2020, según muestra varios análisis de expertos y medios especializados en temas de seguridad.

Los grupos llevaron a cabo ejercicios en Gaza con tácticas similares a las que utilizaron durante ese día, incluso a menos de un kilómetro de la frontera común, y los publicaron en las redes sociales.

Ensayaron la toma de rehenes, el asalto a instalaciones y el quiebre de las defensas israelíes. El último ejercicio ocurrió apenas 25 días antes del emprendimiento real.

Existen pruebas documentales de cómo Hamás reunió a organizaciones beligerantes de Gaza para robustecer su capacidad militar y todo esto a la vista y escucha de decenas de agentes, colaboradores, de oficiales de agencias de espionaje, que existen por y para evitar lo que sucedió, cuesta dar crédito a tamaña tontería.

El 29 de diciembre de 2020, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, declaró que el primero de cuatro simulacros de la operación “Pilar Defensivo” ofrecía un “mensaje contundente y una señal de unidad” entre las diversas facciones armadas de Gaza. Mientras, los israelíes mirando los astros en el firmamento.

Al ser el grupo armado más poderoso de Gaza, Hamás fue la fuerza dominante en una coalición que reunió a otras organizaciones palestinas en un ejercicio que simulaba un juego de guerra, supervisado por una “sala de operaciones conjuntas”. La estructura se creó en 2018 para coordinar las facciones armadas de Gaza bajo un comando central.

Desde de 2018, Hamás se fue aproximando a una unidad de pensamiento y acción. Pacto una coordinación formal con la Yihad Islámica Palestina (YIP), la segunda en fuerza armada más grande de Gaza y, al igual que Hamás, una organización proscrita considerada “terrorista” en varios países occidentales.

Existía un antecedente, Hamás también había luchado junto con otros grupos en conflictos anteriores, pero el ejercicio de 2020 fue anunciado como una evidencia de que se estaba unificando una gama más amplia de organizaciones. Nada referente a estos progresos llamaron la atención a los guardianes sionistas.

El ejercicio de 2020 fue el primero de cuatro simulacros conjuntos realizados durante tres años. Cada uno fue documentado en sofisticados videos publicados en redes sociales.

Seguidores en las redes identificaron al menos diez grupos distintos, incluida la Yihad Islámica en Palestina, por sus cintas en la cabeza y emblemas distintivos, mientras entrenaban junto con Hamás durante los ejercicios de la operación “Pilar Defensivo”, en varios sitios de mensajería.

Tras el 7-O, cinco grupos publicaron videos en los que, se veía cómo participaron, otros tres emitieron declaraciones escritas en las que también confirmaban su intervención.

La existencia de información previa, adelantada por fuentes propias israelíes, de colaboradores regionales como la mencionada inteligencia egipcia y de aliados como Reino Unido y Estado Unidos. Lo más llamativo ha sido los momentos previos, los inmediatamente posteriores y lo que siguió en una tardía, lenta, desordenada e incoherente respuesta.

Un programa televisivo, que tuvo alta repercusión reveló nuevos detalles sobre las horas críticas de la noche anterior a la mañana del Sábado Negro, incluida la réplica a la pregunta de dónde estaba el jefe de la Inteligencia Militar esa noche.

Además, se dio a conocer una diapositiva de una presentación preparada en julio de 2022 por el entonces comandante de la División de Gaza, titulada ‘El plan de la Gran Incursión de Hamás”. Ahora, presentar esa dato resulta un chiste de mal gusto.

Durante la noche anterior al ataque sorpresa, un correo electrónico salió veloz de una de las bases en el sur, informando de ciertas señales que se multiplican por toda la Franja; durante las mismas horas, el Shin Bet también recibe señales adicionales que indican que algo evidente está a punto de suceder. Aproximadamente a la 1:00 a.m., el Jefe de Estado Mayor recibe la primera actualización del Shin Bet, y luego del Comando General Sur; Alrededor de las 3:30 de la madrugada, se activa y convoca  para una conferencia telefónica con el fin de realizar una evaluación ordenada de la situación.

En preparación para esta conversación, el jefe de la Dirección de Operaciones, el general de división Oded Basiyuk, convoca una actualización y surgen las mismas “señales indicativas”. Este general se regala dudar y el lujo de buscar alternativas ante lo que ya está en desarrollo: argumenta que puede ser un ejercicio de Hamás o que se estén preparando para una “acción estratégica contra Israel en las próximas horas”. Para colmo la aparente ingenuidad imprevista de un curtido general emerge: “no hay una explicación satisfactoria” para lo que está sucediendo en la Franja de Gaza, y concluye que sus 8.200 efectivos harán un esfuerzo para profundizar la información tanto como sea posible.

Aproximadamente una hora después, se realiza la misma consulta telefónica. Se informa sobre los indicios que han sido recibidos, el jefe del Estado Mayor pide “mejorar las capacidades de recopilación” sobre el incidente, también actualizar la preparación de la fuerza aérea, e instruye “a examinar lo que surja [en la inteligencia], al tiempo que cuestiona la suposición instalada de que Hamas no quiere la guerra”. ¿Si no quería una guerra con Israel, para qué se entrena hace tres años y práctica?

Ante lo innegable se toman pálidas de alerta, mientras hoy todavía resulta altamente llamativa la ausencia en las consultas de una persona, el nada menos omnipotente y sagaz jefe de la Inteligencia Militar, el mayor general Aharon Haliwa. Con total sangre fría, ante la avalancha de indicios, informaciones, chismes, sospechas y la acompañante intuición propia de hombres acostumbrados a recelar, contra todo pronóstico ese fin de semana está de vacaciones en Eilat.

Poco después de las 3:00 de la madrugada, recibe una actualización telefónica de su asistente sobre las señales que llegan de Gaza. Por alguna razón, Haliva no convoca a su propia evaluación de la situación ni participa en la conversación telefónica con el jefe de gabinete. Más que eso se aisla y no responde al teléfono.

Más tarde, para mayor incredulidad, él mismo explicó a quienes preguntaron por su desaparición: “Después de todo, incluso si hubiera participado en la consulta con el jefe de gabinete, no habría cambiado nada: diría que probablemente fue un simulacro, que las señales eran débiles y que esperaríamos hasta la mañana. No habría cambiado el resultado final de ninguna manera”.

En apoyo a este cúmulo enorme de rarezas se exhibió una presentación preparada en julio de 2022 por el entonces comandante de la División de Gaza, donde se mostraba un mapa, titulado “El plan de la gran incursión de Hamás”; Según ella, más de 20 compañías lanzarán una incursión en más de 15 puntos simultáneamente, con más de 54 equipos de ingeniería rompiendo docenas de brechas en la barrera. El documento de la época  incluye una frase, que deja poco lugar a dudas: “La incursión constituye la amenaza más seria que enfrentan las fuerzas de las FDI en defensa. Por lo tanto, la gran pregunta que surge ahora es ¿por qué, a pesar de toda esta información, y de las advertencias y correos electrónicos, algunos de los cuales se publicaron recientemente, la Inteligencia Militar no entendió a finales del verano de 2022, que era inminente un lance palestino? ¿Es creíble y posible tanta “ingenuidad”?

La historia dirá la última palabra, todo es secreto hasta un día no haya de revelarse y como consta en la Biblia, en S. Marcos 4:22-40 “porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado ni escondido, que no haya de salir a la luz”.


(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada:  Illia Yefimovich / DPA / Europa Press.

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